Ha sido una legislatura bastante movida para la escuela concertada. Tanto padres, colegios como colectivos han organizado manifestaciones contra lo que ellos han considerado una clara discriminación en favor de la pública por parte de la Conselleria de Educación. Mientras tanto, muchas voces han cuestionado el modelo educativo concertado y piden que se supriman las subvenciones públicas a estos colegios.
Las elecciones ya están a la vuelta de la esquina, y desde este periódico hemos querido realizar un repaso de lo sucedido durante esta legislatura así como una reflexión sobre el futuro del modelo educativo en nuestra comunidad. Para ello, hemos contactado con dos representantes tanto de la escuela concertada como de la pública.
También queríamos haber contado con la participación de la Conselleria de Educación, pero desde el departamento dirigido por Vicent Marzá (Compromís) no han querido contestar a nuestras preguntas.
«No entiendo por qué sigue existiendo la educación concertada. Quién quiera algo privado que se lo pague él» T. Angós (Conf. Gonzalo Anaya)
Dos modelos, dos mundos
“Estos cuatro años han sido un desastre para la concertada. Compromís solo ha querido cargársela y hemos tenido que ir recurrentemente a la calle y a los juzgados. Francamente, espero que no repitan a partir de 2019” nos comenta Julia Llopis, presidenta de la Confederación Católica de Padres de Familia y Padres de Alumnos (Concapa) en la Comunidad Valenciana.
“Hoy en día no encuentro ninguna razón para que siga existiendo la escuela concertada. Me parece muy bien que algunos padres quieran llevar a sus hijos a colegios privados o religiosos. Pero quién quiera Educación privada, que se la pague él” nos señala Txomin Angós, presidente de la Confederación valenciana de AMPAs de la pública ‘Gonzalo Anaya’ y de la FAPA ‘Enric Valor’ de Alicante.
Dos puntos de vista totalmente antagónicos, que ponen en relieve dos formas distintas de entender la Educación. Esta división también se plasma en datos. En la provincia de Alicante ahora mismo funcionan 736 centros públicos por otros 389 privados, de los cuales 104 son concertados.
Dicho de otra manera, el 35 % de los centros alicantinos son privados y dentro de éstos hay un 27 % que tienen un concierto económico con la Generalitat. Contamos en estos cálculos; tanto los colegios de Infantil, Primaria, institutos de Secundaria y Especial; como también los centros para adultos, de idiomas, enseñanzas artísticas, deportivas o conservatorios de música.
Los colegios del Opus Dei, donde separan a los niños de las niñas, también reciben fondos públicos
Colegios públicos, concertados y privados
Antes de todo, conviene explicar cómo funciona exactamente la legislación española y valenciana en cuanto a la escuela privada se refiere. Aquellos colegios que son concertados reciben financiación pública de las administraciones autonómicas, mientras que el resto de privados se autofinancian con las cuotas de las familias.
A cambio los concertados supuestamente no pueden cobrar matrícula a sus alumnos y entran dentro de los mismos distritos escolares que los públicos. Si se reservan el derecho a impartir una educación religiosa basada en los valores de la congregación que regente el colegio (Maristas, Salesianos, Jesuitas, Teresianas, etc). Mientras, en los públicos la asignatura de Religión es optativa y la Educación es completamente laica.
“Cada alumno de la concertada le cuesta a la Administración unos 3.000 euros de media. En el caso de la pública, nos vamos hasta los 6.200 euros por cabeza. Que no me cuenten que no nos podemos permitir los conciertos en la Educación, cuando nos estamos ahorrando un buen dinero con ellos” argumenta Julia Llopis.
“Todos sabemos que la teoría es una y la práctica es otra. En las escuelas concertadas se pide una cuota supuestamente ‘voluntaria’ pero que luego te la hacen pasar canutas si no pagas. Además inflan también los precios de las extraescolares, uniformes, comedores, etc. Esto no son colegios sino negocios, y lo peor es que los estamos manteniendo con impuestos de todos. Todo este dinero público debería ir a mejorar todas las deficiencias de la pública. No es tan difícil de entender” nos indica Txomín Angós.
«Un alumno de la concertada le cuesta 3.000 euros a la Administración, la mitad que uno de la pública» J. Llopis (Concapa)
Lejos del campo
El representante de los padres de la pública valora que la educación concertada nació con la misión de cubrir las necesidades educativas que el estado no fuera capaz de garantizar, pero afirma que la realidad es bien distinta.
“Puedo comprender que si la Administración no tiene presupuesto para construir un colegio público en una zona poco habitada, pues excepcionalmente llegué a un acuerdo económico con un centro privado. Se supone que la concertada nació con ese fin. Pero en la práctica no quieren irse al campo. Se ponen en las ciudades que es donde pueden captar más ‘clientes’. Esto se ha convertido en un negocio, y punto” nos comenta Angós.
Ciertamente en la ciudad de Alicante hay 28 centros concertados actualmente. De hecho, si contamos solo los colegios ‘tradicionales’ (donde se imparta Primaria y Secundaria), encontramos que en Alicante solo hay 4 centros privados que no reciban financiación pública.
En Elche y Torrevieja la proporción de concertados es algo menor que en Alicante, pero en Orihuela todavía es mayor. Por contra, en El Comtat (la comarca más despoblada de la provincia), tan solo tienen un único concertado en Cocentaina. De hecho, los niños de hasta 18 municipios de esta zona se ven obligados a desplazarse cada día a otra localidad para poder dar clase.
«Somos un estado laico, pero nos dedicamos a engordar el negocio de las congregaciones religiosas con dinero público» T. Angós (Conf. Gonzalo Anaya)
Lo público paga lo privado
“Es vergonzoso que nuestros impuestos se destinen a agrandar el negocio de estas congregaciones religiosas. Conviene recordar que estamos en un estado laico. Yo si quiero practicar una religión, pues me voy a una iglesia y no le pido dinero a nadie. Y si no me gusta la Sanidad Pública, pues me gasto mi dinero en ir a una clínica privada. Mientras tanto, seguimos teniendo centros públicos con barracones, sin material escolar o en estado deplorable” aduce Angós.
Un caso especialmente llamativo es el de los colegios del Opus Dei, donde incluso los alumnos son separados por su sexo. Dicha congregación tiene dos centros en la provincia, el Altozano (para niñas) en Alicante y el Aitana (para niños) en Torrellano.
“Estamos permitiendo que con fondos públicos se hagan segregaciones por género. Es tremendo que en el siglo XXI todavía suceda esto. Si los padres quieren este tipo de educación para sus hijos, allá ellos. Pero con mi dinero, no” sentencia el presidente de la Gonzalo Anaya.
«La Conselleria quiere ir hacia un modelo de imposición lingüística y la concertada es el escape que nos queda» J. Llopis (Concapa)
El factor lingüístico
“Hay que recordar que los padres de la concertada también pagamos impuestos. Aquí el problema es que la Conselleria quiere imponernos un solo modelo de Educación pública basada en adoctrinamiento lingüístico. Ahora la mayoría de los padres no matriculamos a nuestros hijos por religión o principios, sino por la lengua vehicular del centro. Es así de triste” afirma Julia Llopis.
La presidenta de Concapa defiende que la educación concertada es básica para escapar del modelo unitario que propone Compromís. “Se han creído que esto es Corea del Norte. Ahora mismo no conciertan ya aulas para niños de 2 años. Todas tienen que ser públicas y el 90 % son en valenciano. Nosotros defendemos la libertad de elegir de los padres. Los políticos no pueden tomar estas decisiones sobre la Educación de nuestros hijos por nosotros”.
Así mismo, Llopis también acusa al conseller Vicent Marzá de discriminar deliberadamente a la escuela concertada. “Ha intentado cerrar todas las que han podido, y no han sido más gracias a que la Justicia le ha parado los pies”.
Los centros concertados acusan a Conselleria de discriminarles en la ratio de alumnos, las becas o la formación de los profesores
Discriminaciones
Julia Llopis también nos recita otros ejemplos de discriminación. “Han aumentado la ratio en la pública pero no en la concertada, así que tenemos muchos padres que no han podido acceder. El programa de profesores nativos ha sido todo para ellos. Nosotros todavía no podemos acceder a becas de transporte. Los docentes de la pública siempre entran primero en los cursos de formación del CIFIRE, y los nuestros solo acceden si restan plazas” se queja.
De hecho, algunos de estos temas están actualmente pendientes en los tribunales. La Conselleria de Educación recurrió la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) que le impidió suprimir aulas concertadas que tenían el concierto aún en vigor en ocho centros educativos.
También el sindicato mayoritario de la concertada FSIE ha recurrido el bono infantil de la Conselleria, pues consideran que choca con el principio de igualdad al otorgar plazas íntegramente financiadas para las escuelas municipales públicas pero no para las concertadas. Por si fuera poco, recientemente elevaron un nuevo recurso judicial contra la nueva ley autonómica que unifica las normas de admisión de alumnos transexuales en todos los centros públicos o concertados.
Los sindicatos de la concertada han recurrido varias decisiones de la Conselleria a los tribunales
Distritos escolares
En definitiva, la ruptura entre escuela concertada y Conselleria parece total. El nuevo campo de batalla ahora se está desarrollando en Alicante capital, donde el Ayuntamiento gobernado por el PP ha propuesto eliminar los nueve distritos escolares existentes y volver al distrito único.
En Concapa están a favor de esta medida, mientras que desde Compromís la han criticado alegando que beneficiaría a los centros concertados y dejaría medio huérfanos de alumnos a varios colegios públicos. La decisión final dependerá de la votación del Consejo Escolar, donde están presentes tanto integrantes de la Conselleria, como del Ayuntamiento, escuela pública y concertada. Así pues, el resultado se antoja apretado e incierto.