Entrevista > Andrés Botella / Escritor (Alicante, 29-Marzo-1954)
Gran aficionado a García Márquez y a su ‘realismo mágico’, el médico alicantino Andrés Botella Soria publica su nueva novela ‘La sombra naranja de la tarde’. Está ambientada en los años 90, y trata sobre la conexión de nuestro mundo con otro planeta habitado por los más célebres personajes de ficción o superhéroes de cómics que han sido creados en la Tierra. La próxima presentación del libro tendrá lugar el 11 de julio en la tetería Luz de Luna a las 19:30 horas.
El Hombre sin rostro es el gran protagonista de esta historia, que nació a raíz de un cuento que el propio Andrés se inventó hace muchos años para divertir a sus hijos. Ésta es ya su cuarta novela publicada, y en 2013 fue finalista del Premio Azorín con ‘Hormigas de Sicairén’. Ahora, recién jubilado, espera tener más tiempo para seguir ejerciendo su gran pasión: escribir.
«He querido homenajear a todos aquellos personajes que me acompañaron durante mi infancia»
¿Eres un escritor de libros de fantasía?
No exactamente. Mis novelas reivindican la magia de lo cotidiano. Quizá, a priori, se pueda pensar que ‘La sombra naranja de la tarde’ es una novela dirigida a los jóvenes, pues trata de un planeta imaginario con superhéroes. Sin embargo, más bien habla de las condiciones sociales de la época, y los superhéroes son las herramientas para transmitir el mensaje pero nunca los protagonistas principales de la historia.
A mí me encantaría que el público juvenil se volcara en una novela de estas características, pero yo creo que está más encaminada a los adultos.
¿Por qué ocurre en los años 90?
Esta historia nace de un cuento que yo me inventé para mis hijos cuando eran niños. Luego tuve ganas de desarrollarlo más, así que a principios de los 90 me puse a escribir la novela. En 1994 ya llevaba dos terceras partes, pero sufrí una desconexión brutal. Por alguna razón perdí la chispa de la imaginación, y metí el escrito en un cajón. Hasta muchos años después no logré volver a encender esta chispa. Por eso sale publicada ahora.
«Si Orwell y Bradbury vivieran hoy quizás ya no pensarían que el apocalipsis vendrá por la televisión, sino por el móvil»
Pues la sociedad ha cambiado bastante desde entonces. ¿No te planteaste adaptarla a los tiempos actuales?
No, porque su época era muy importante para el desarrollo de la historia. Efectivamente muchas cosas han cambiado. Por ejemplo, en aquel entonces nadie tenía teléfono móvil ni internet. Con los parámetros de ahora, sería otra novela.
Fíjate que George Orwell o Ray Bradbury pensaban que el apocalipsis vendría por la televisión. Si vivieran ahora, se darían cuenta que el elemento que actualmente tiene dominada a la sociedad es el móvil.
Algunas cosas sí son muy transportables a esta época. En ‘La sombra naranja de la tarde’ se percibe una sociedad cada vez más deshumanizada, que elige a sus ídolos a través de un ocio que está teledirigido y planificado por los “directores de orquesta” que controlan este mundo.
Entonces… ¿por qué incluir superhéroes?
En realidad es un homenaje a las novelas de aventuras, cómics o las películas de serie B que yo consumía cuando era joven. A mí me fascinaban y abrieron las puertas de mi imaginación. La verdad es que muchas de estas películas eran infumables (risas), pero yo he querido homenajear a todas, tanto las buenas como las malas. Porque todas contribuyeron a mantener viva la llama de la imaginación.
¿Tenías algún personaje de ficción o superhéroe favorito?
No tengo ninguno especialmente favorito, guardo un cariño tremendo a todos los que pasaron la infancia conmigo. El Hombre Enmascarado, el Capitán Trueno, el Jabato, Superman, Batman, el Llanero Solitario, Asterix, etc. En el libro también hay alguna mención a la novela negra, como Philip Marlowe, el personaje creado por Raymond Chandler. Te confieso que ahora ya no tengo el cerebro procesado para leer un cómic o ver una película de dibujos animados (risas).
En tu planeta imaginario los personajes malvados viven en la Cara Oscura y los héroes en la Cara Luminosa. ¿No falta una ‘Cara Gris’ para aquellos que deambulan entre el bien y el mal?
Tienes toda la razón, pero no olvides que esta idea viene de un cuento infantil. Y a los niños pequeños no se les suele hablar de una ‘Cara Gris’.
Lo cierto es que en las historias de superhéroes los buenos suelen ser muy buenos y los malos muy malos. Sin embargo, quizás en el mundo real casi todos estamos en la Cara Gris.
Es verdad. Analizando los libros, cómics o películas de este tipo encuentras varios patrones comunes y conductas casi inmutables. El héroe tiene que comportarse de tal manera, y el villano de esta otra. Incluso muchos actores se encasillaron en hacer siempre papeles de buenos o de malos. Luego sí hay otros que han sido capaces de representar esta ambigüedad de la que hablas, caso de Robert Mitchum.
Ahora está muy de moda reinventar los personajes. El Batman de mis tebeos no tiene nada que ver con el de las nuevas películas de El Caballero Oscuro. De hecho el protagonista de mi novela es el Hombre sin rostro, quien vive en la frontera entre la Cara Oscura y la Cara Luminosa.
«El Hombre sin rostro es un personaje sin escribir, aún no es héroe ni villano»
¿Por qué el Hombre sin rostro es el elegido?
Porque es un personaje que aún no está escrito. Por tanto no es héroe ni villano, él está esperando a que alguien lo escriba. Todavía no tiene rostro.
Él es el encargado de viajar a la Tierra. Llega a una gran urbe, que representa el súmmum del capitalismo, el dominio urbano del poder. Podría ser Nueva York, Madrid o incluso Gotham. Cuando el Hombre sin rostro llega a la ciudad se encuentra la vida tal y cómo es. Con todas las miserias humanas. ‘La sombra naranja de la tarde’ intenta ser una reflexión o una llamada de atención sobre el entramado social que hemos dejado construir a nuestro alrededor.