El pasado 12 de septiembre Santa Pola vivió uno de sus días más intensos de toda su historia reciente. La DANA llegó a descargar hasta 232 litros por metro cuadrado en esta localidad que fue la más castigada de toda la comarca del Bajo Vinalopó.
En principio las previsiones eran más optimistas. Se esperaba que la parte más fuerte de la gota fría cayera hacia el interior. Sin embargo, un cambio de vientos a última hora puso a la localidad santapolera en el epicentro de la tormenta. Las lluvias comenzaron hacia el mediodía, pararon un par de horas más tarde, y luego se reanudaron hasta la noche. Las calles se inundaron y muchas personas quedaron atrapadas dándose momentos de auténtica angustia.
Desde AQUÍ en Santa Pola hemos querido revivir estas horas tan críticas con dos de sus principales protagonistas. Ellos son la alcaldesa Loreto Serrano y el jefe de la agrupación local de Protección Civil, Juan Antonio Martínez. Dos personas que, a buen seguro, recordarán este 12 de septiembre durante el resto de sus vidas. Al igual que todo el resto del pueblo.
Las previsiones decían que la DANA solo pasaría por Santa Pola de refilón, pero un cambio de viento la puso en el epicentro
Antes de las lluvias
La alerta roja de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) llegó afortunadamente con bastante antelación. Desde el día anterior ya se sabía que una gran tromba iba a caer sobre Santa Pola. Así pues, desde el Ayuntamiento se pusieron en marcha las primeras medidas.
«Antes de las lluvias metimos a todos los mendigos en un albergue» L. Serrano (alcaldesa)
“Nuestro trabajo ya empezó en las horas previas a la llegada de la DANA. Normalmente en septiembre, desde hace años, limpiamos y desbrozamos todos los barrancos así como los imbornales. En cuanto recibimos la alerta volvimos a repasar estos puntos, quitamos las papeleras de las calles, retiramos los objetos de las playas y habilitamos un albergue para todos los mendigos” nos cuenta la alcaldesa en declaraciones a este periódico.
El equipo de gobierno también se reunió de urgencia junto con la Policía, Protección Civil, la Guardia Civil y Cruz Roja. Se determinó juntar toda la maquinaria disponible en la Jefatura de Policía, así como palas y otros instrumentos.
“Pusimos sobre alerta a todos los profesionales municipales que pudiéramos necesitar para resolver incidencias. Servicios de emergencia, albañiles, electricistas, jardineros… Todos estaban preparados para actuar desde antes de que empezaran las lluvias” nos explica el jefe de Protección Civil.
La primera llamada de emergencia vino desde el Museo del Mar para salvar una obra artística del agua
Primeras horas
El día comenzó ya con los cielos nublados, aunque sin precipitaciones. Fue una mañana de tensa calma. Hacia la una de la tarde comenzaron a caer las primeras gotas, un preludio de lo que se venía encima.
“Yo estaba en aquel momento en la Jefatura de Policía. Esa misma mañana había tenido una última reunión con el comisario jefe José Miguel Zaragoza para ultimar detalles. Menos mal que fuimos previsores, porque luego acabó cayendo mucha más agua de la esperada. Nunca se sabe lo que va venir, y es mejor prevenir que curar” nos señala el jefe de Protección Civil.
La primera llamada de auxilio recibida por el operativo de seguridad provino del Museo del Mar sobre las tres de la tarde. “El agua estaba entrando en el Castillo, poniendo en riesgo una obra artística que está hecha de papel. Intervinimos para colocarla en un estante más alto y quitamos un tapón del suelo que permitió que el agua se evacuara mejor hacia la calle” recuerda Juan Antonio Martínez.
Las primeras lluvias tumbaron muchos árboles recién podados y llenó el centro de troncos caídos
Breve paréntesis
Durante este primer tramo de lluvias no hubo demasiadas personas atrapadas en situaciones de peligro, pero si cayeron muchos árboles. “Se habían podado recientemente y pesaban menos. El agua los arrastró y nos encontramos con medio pueblo obstaculizado por los troncos” nos cuenta el jefe de Protección Civil.
Así pues, durante las cuatro horas que duró el parón de lluvias, las fuerzas de seguridad trataron de retirar el mayor número posible de troncos caídos. Todos ellos eran conscientes de que lo peor aún estaba por llegar.
«Me sorprendió la implicación de la Policía Local. En otros municipios no se dignan a trabajar estrechamente con nosotros» J. A. Martínez (Protección Civil)
“Hicimos una cooperación perfecta con la Policía. Me sorprendió el grado de implicación de los agentes. Nos ayudaron a retirar los troncos y malezas que obstruían las calles. Incluso se agachaban por debajo de los vehículos para comprobar que todo quedara limpio. Yo llevo 13 años en Protección Civil, he colaborado con policías de muchos municipios y puedo asegurar que esto no es normal. Muchos agentes se niegan a hacer estas acciones, considerando que no es su trabajo. Los de Santa Pola fueron ejemplares. Todos arrimaron el hombro” nos asegura Juan Antonio Martínez.
Lógicamente, las vías más elevadas fueron las primeras en ser limpiadas como la calle Ángel, Elche, el entorno de la calle Mayor o el de Felipe II. Todo ello se consiguió realizar en apenas tres horas. “Cuando terminamos esta zona nos dirigimos hacia la zona de abajo y el Puerto para seguir retirando árboles caídos, pero comenzó a llover de nuevo” relata el director de Protección Civil.
La gran riada
Esta segunda tromba fue incluso más intensa que la primera. Como dice la expresión popular, ahora llovía sobre mojado. “Las calles de Santa Pola históricamente siempre se han encharcado fácilmente. Hace unos años se realizó una remodelación del asfaltado y ahora la permeabilidad ha mejorado. Pero claro, cuando te caen del cielo 230 litros por metro cuadro en seis horas, es imposible que no se formen riadas” nos explica la alcaldesa Loreto Serrano.
En aquel momento las llamadas a los servicios de emergencia se multiplicaron. “Tuvimos que dejar de quitar troncos para atender a todas estas emergencias. Yo hubo un momento que me quedé totalmente incomunicado con mis compañeros ya que el walkie talkie se me estropeó al empaparse y cuando trataba de llamar a la Policía estaban las líneas saturadas” recuerda José Antonio.
Aquí empezaron las horas más críticas. Vehículos desplazados, casas inundadas, personas atrapadas, ascensores estropeados con gente dentro…
«Hubo cierta imprudencia de algunos ciudadanos que ignoraron la alterna y salieron a las calles» J. A. Martínez (Protección Civil)
Las calles se inundan
“Desde todos los canales oficiales pedimos que la gente se quedara en sus casas para no ponerse en peligro. La mayoría nos hicieron caso, pero hubo algunos imprudentes. Yo incluso veía vehículos que se metían en las calles elevadas por las que estaba bajando el agua” nos señala el director de Protección Civil.
De hecho, el operativo de seguridad tuvo que cortar el acceso a algunas vías especialmente peligrosas por estar en pendiente, como la calle de Virgen del Carmen o la calle Sevilla a la altura con Juan Sebastián Elcano.
“Como anécdota, se dio un momento en el que teníamos que evitar también la entrada de vehículos a la rotonda de Celestino María y dos calles, porque había alcantarillas abiertas y era muy peligroso acceder. Dado que en aquel instante no teníamos agentes disponibles, las propias concejalas de Urbanismo y Seguridad Ciudadana, Trini Ortiz y Ana María Blasco, se pusieron a dirigir el tráfico” recuerda la alcaldesa.
Ayuda desde Elche
Los refuerzos no tardaron en llegar, casi todos procedentes de la Policía Local de Elche. “Para algunos agentes fue muy emocionante, porque años atrás habían estado destinados en Santa Pola y se reencontraron con antiguos compañeros en un momento realmente crítico” nos cuenta el jefe de Protección Civil.
Muchos agentes santapoleros que tenían turno de noche, e incluso que estaban de vacaciones, también se pusieron el uniforme fuera de horario para ayudar a sus compañeros. “Yo diría que estuvieron en funcionamiento prácticamente el 100 % de los policías del pueblo” apunta Juan Antonio Martínez.
Urgencias humanas
El operativo se centró sobre todo en atender urgencias humanas para evitar posibles desgracias, que afortunadamente no llegaron. “Nuestro primer objetivo fue poner a todo el mundo a salvo. Los daños materiales siempre se pueden reparar. Si pierdes tu coche es una faena, pero tiene arreglo. La vida sí que no se puede recuperar” nos señala Loreto Serrano.
En algunos casos los agentes tuvieron que entrar en vehículos o inmuebles que estaban totalmente rodeados de agua para rescatar a personas atrapadas. Estas operaciones fueron especialmente críticas, en las que los efectivos se amarraban a una cuerda por la cintura para garantizar la seguridad del rescatado y la suya propia. Afortunadamente, todos terminaron en final feliz.
“Recuerdo especialmente un autobús lleno de personas mayores que se quedó atrapado. Yo estaba en la calle viéndolo en primera línea, pasé momentos de mucha tensión” nos comenta la alcaldesa.
Vecinos de Santa Pola y de otras localidades aportaron sus propios vehículos todoterrenos para ayudar a las fuerzas de seguridad
Llegan los todoterrenos
Varios vehículos de la Policía Local resultaron estropeados a lo largo de la tarde a causa del agua. “Hubo uno cuyo motor estuvo a punto de explotar” recuerda José Antonio Martínez. Aunque Protección Civil puso a disposición de los agentes policiales su propio furgón, se antojó insuficiente para continuar con el operativo de salvamento.
Fue entonces cuando el Ayuntamiento, a través de los canales oficiales, hizo un llamamiento a la población pidiendo vehículos 4×4. “Fue increíble, en apenas hora y media teníamos más de 20 todoterrenos en la puerta de la Comisaria de Policía. No me esperaba una respuesta tan masiva. Desde aquí quiero expresar mi más enorme agradecimiento por tanta solidaridad” nos apunta el jefe de Protección Civil.
“Los conductores no eran solo de Santa Pola, algunos vinieron con su todoterreno desde otras poblaciones como Elche, Aspe o San Vicente del Raspeig. Y no llegaron más porque hubo un momento en el que ya estábamos cubiertos y dijimos que no hacía falta más ayuda. Esos vehículos 4×4 nos vinieron de perlas para poder entrar en las calles más críticas. Durante las últimas horas pudimos realizar labores de patrulla para asegurarnos que no se producían más incidencias” nos indica la alcaldesa.
Mensajes de ánimo
La solidaridad de otros municipios también se hizo notar a través de innumerables mensajes de ánimo en las redes sociales hacia Santa Pola e incluso por parte de sus políticos. Tanto los alcaldes de Elche y Alicante como el presidente de la Diputación se pusieron en contacto telefónico con la alcaldesa de Santa Pola.
“Agradecí muchísimo a Carlos González, Luis Barcala y Carlos Mazón su preocupación y su disposición a mandarnos ayuda. En aquellas horas tan duras yo necesitaba saber que contaba con todos los apoyos posibles. Quiero volver a darles las gracias por aquellas llamadas” nos señala Loreto Serrano.
Deja de llover
La lluvia por fin dio tregua hacia las últimas horas de aquel inolvidable 12 de septiembre. “Más o menos hasta las tres de la mañana no volvió a estar todo en orden. Yo llegué a mi casa, apenas dormí un par de horas, y me volví a levantar para ayudar a limpiar las calles”.
“Poco antes del amanecer el concejal de Infraestructuras, Jorge Antonio Díez, y yo nos dimos una última vuelta de reconocimiento por todo el pueblo. Estuvimos alerta durante horas porque seguía habiendo amenaza de más lluvias. Fue una velada prácticamente sin dormir”.
Lo cierto es que la ubicación geográfica de Santa Pola, que durante el día había creado tantos quebraderos de cabeza al estar ubicada junto a la sierra y los barrancos que forman numerosos caudales de agua, ahora jugó a favor. El nivel del mar por fin bajó, y las riadas pudieron desembocar en el Mediterráneo. En unas pocas horas aquellas calles inundadas hasta alcanzar alturas superiores a un metro, se habían quedado vacías.
Un nuevo día
Al día siguiente la DANA se dirigió hacia la Vega Baja, dejando respirar a Santa Pola. Comenzó entonces una labor de limpieza de las calles. El agua había arrastrado piedras y todo tipo de objetos. Por no decir que la ciudad estaba llena de barro por todas partes.
Los operadores de limpieza, así como los jardineros encargados de los parques y jardines, no estuvieron ni mucho menos solos. Un buen número de voluntarios salieron de sus casas para ayudar en estas tareas de recuperación.
“El compromiso de los vecinos fue admirable. Todos los concejales del gobierno nos unimos a ellos. También vinieron los de Ciudadanos, Ruth López y Alejandro Cebrián, a los que quiero agradecer su colaboración. Urbaser también se volcó” nos apunta la alcaldesa.
Solidaridad
“Desde primera hora de la mañana estuvimos retirando vehículos desplazados para facilitar la labor de limpieza a los operarios y voluntarios. Además Urbaser nos había cedido unas bombas de achique, que nos vinieron muy bien para sacar el agua de sótanos o bajos en Playa Lisa que continuaban inundados. Colaboramos con los bomberos en todas estas tareas” nos señala el jefe de Protección Civil.
Juan Antonio Martínez también nos cuenta que estuvo recibiendo constantemente llamadas de personas interesadas en venir a ayudar. “Me alegró mucho recibir tanta solidaridad de gente desconocida que ni siquiera sé de dónde sacaron mi número. Les animó a todos a apuntarse a nuestra agrupación de Protección Civil. Somos como una gran familia. Aquí les daremos formación para que si ocurre otra nueva situación extrema puedan colaborar en más tareas”.
«Nos ha salvado que aquí la lluvia desagua fácilmente en el mar. Otros municipios no han tenido esa suerte» L. Serrano (alcaldesa)
Donaciones hacia otros municipios
La solidaridad de los santapoleros no quedó limitada a su propio pueblo. Durante los siguientes días se efectuaron diversas recogidas de alimentos y medicinas para ayudar a los afectados por el DANA en la Vega Baja. Tanto comercios como particulares participaron abrumadoramente en estas campañas.
“Llenamos dos camiones y cuatro furgonetas con productos de primera necesidad. Nosotros sufrimos un día horrible, pero hasta cierto punto tuvimos suerte. En otras localidades ha llovido más continuado y se han desbordado los cauces del río. En el caso de Santa Pola el mar ha sido nuestra mayor salvación” señala Loreto Serrano.
De hecho, durante los siguientes días Juan Antonio Martínez se desplazó a Catral, Dolores y la pedanía oriolana de El Barén para seguir con sus labores de salvamento. “Me uní al equipo de Protección Civil de Torrevieja y estuvimos desatascando las entradas de las casas, ordenando los contenedores, limpiando barro y demás tareas” nos relata.
Debemos plantearnos algunas futuras obras de pluviales para facilitar mejor la evacuación del agua en ciertas calles L. Serrano (alcaldesa)
Obras futuras
La lluvia, eso sí, ha dejado diversos destrozos materiales en Santa Pola que todavía están por reparar. “Las playas han sufrido serios daños, los pozos del saneamiento por vacío de Tamariz y Playa Lisa se inundaron completamente, varias canalizaciones se rompieron y el colector de Martinez Valero dejó toda la playa de Varedero llena de piedras” nos enumera Loreto Serrano.
Además de todas estas obligadas obras de reparación, la alcaldesa también nos indica que en el futuro cercano deberán plantearse mejorar la permeabilidad de algunas calles, para que estén más preparadas en futuras gotas frías.
“Existen ciertas zonas donde debemos intervenir las pluviales, como en Soroya, Playa Lisa, Gran Playa o en la entrada de Santa Pola. Haciendo diversas obras se puede conseguir que las calles evacuen mejor el agua y tengan menos tendencia a inundarse” nos señala.
Satisfacción
En general, una vez ya pasadas y reposadas estas horas tan críticas, nuestros dos protagonistas se muestran bastante satisfechos del operativo ejecutado. “Sin una buena planificación previa, nada habría sido posible. Tampoco sin la colaboración de tanta gente. Creo que fue un éxito” se felicita Juan Antonio Martínez.
“Siempre habrá quien diga que pudimos hacer más. Algunos vecinos me increparon por estar hablando por el móvil en vez de coger una pala y quitar el barro. Hay que entender que el teléfono es mi herramienta de trabajo, y puedo conseguir coordinar las acciones mucho mejor con una conversación telefónica que con una pala. Yo creo que todo salió bien y afortunadamente no tuvimos ninguna desgracia que lamentar” sentencia Loreto Serrano.