Santa Pola ha encontrado un nuevo lugar para acumular la posidonia, una cuestión que históricamente siempre ha traído complicaciones al Ayuntamiento. El sitio escogido es una balsa con capacidad para 37.000 litros ubicada en la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR).
“Se trata de una balsa que lleva varios años en desuso y está ya completamente seca. No hemos hecho el cálculo exacto, pero creemos que aquí tenemos espacio suficiente para poder almacenarla durante varios años. Esto nos hará ganar tiempo para investigar cómo podemos reutilizarla” nos indica Jorge Díez, concejal popular de Playas.
Beneficios de la posidonia
La posidonia oceánica es una planta acuática endémica del Mediterráneo (habitualmente confundida con las algas comunes, pero es erróneo dado que la posidonia cuenta con órganos especializados para hacer las funciones propias de las plantas como hojas, tallo y raíces) que llega con frecuencia al litoral y conquista gran parte de la superficie de las playas.
En realidad hace una labor muy positiva hacia el ecosistema pues aporta oxígeno para el resto de especies submarinas, frena la erosión de la playa y su aparición es una especie de certificado medioambiental de la limpieza del agua.
Soluciones pendientes
Sin embargo, no suele ser bien recibida por los turistas y bañistas. Además en verano puede ser foco de mosquitos y malos olores. Así pues todos los Ayuntamientos costeros se ven obligados a retirarla de sus playas, al menos en temporada alta.
“Durante estos últimos años la llegada de posidonia ha crecido bastante. Antes ocurría que se pescaba mucho más haciendo arrastres, no siempre legales. Ahora se deja crecer más la pradera. El Ayuntamiento ha dado varios bandazos con este tema. Años atrás el Seprona estuvo a punto de ponernos una gran multa porque la arrojábamos ilegalmente en la sierra. No creo que cambiar el sitio de almacenaje solucione demasiado el problema, debemos investigar más cómo reciclarla” nos comenta Ramón José García, portavoz santapolero de Ciudadanos y marinero de profesión.
Dificultades en la gestión
Lo cierto es que durante los últimos años el Ayuntamiento ha ido arrojando la posidonia en la zona portuaria de Vatasa, donde se ubica el antiguo astillero. “No es un buen sitio. Hace bastante feo. No queríamos seguir almacenándola aquí al aire libre con todo el impacto visual que genera” nos explica el edil Díez.
Además, cuando la posidonia es recogida inevitablemente se mezcla con arena, lo cual provoca el empequeñecimiento de la playa. Por ello el Ayuntamiento se ve obligado a, una vez acopiada, tratarla para recuperar la mayor parte de arena posible y devolverla a su origen.
«La recogida de la posidonia debería hacerla una empresa más especializada» R. J. García (C’s)
Normativa europea
Por otra parte la normativa europea limita bastante esta labor, pues especifica que solo puede tratar la posidonia un gestor de residuos convenientemente acreditado para ello. En Santa Pola se encarga de este trabajo Urbaser, la empresa concesionaria que también realiza los servicios de limpieza viaria.
“En otras localidades criban la arena en la propia playa, o incluso recogen la posidonia en el mar antes de que llegue. Hacer esto sería un gran avance para Santa Pola. El problema es que necesitamos algunas máquinas específicas para eso que no tenemos. Nuestro contrato con Urbaser se firmó hace 15 años, y entonces estas cuestiones ni se planteaban” se lamenta el concejal Ramón José.
Cabe recordar que la sociedad Urbaser lleva ya más de un año realizando este servicio fuera de contrato, pues la última prórroga concedida por el Ayuntamiento caducó a finales de 2018. El gobierno municipal tendrá pues que licitar un nuevo pliego próximamente. Desde Ciudadanos piden que se tenga en cuenta la particularidad de la posidonia. “Esta labor debería hacerla una empresa diferente más especializada que la que gestiona la limpieza viaria. O incluso los propios trabajadores municipales” opina el portavoz de la formación naranja.
Aprovechar las propiedades
Una vez recogido y tratado este material orgánico, ambos concejales entrevistados coinciden en que el Ayuntamiento debe encontrar una solución para poder reutilizarlo. “Tenemos ya algunos proyectos en mente y varias investigaciones abiertas. La más avanzada es una iniciativa para emplearla en la agricultura ecológica” explica Díez.
Se trata de un proyecto llamado ‘Posigreen’ iniciado por el vecino santapolero José Luis Espinosa, que incluso ya ha recibido un galardón municipal. Su idea es aprovechar las propiedades antibacterianas y la capacidad de retención de agua que tiene la posidonia, para el cultivo de especies ornamentales, forestales o incluso de frutos secos. Funcionaría pues de alternativa a insumos no renovables, como son las turbas.
Existen varios proyectos abiertos para reutilizar la posidonia en la agricultura ecológica, la industria textil o como material de construcción
Investigaciones abiertas
Según nos explica el concejal de Playas también existen otras ideas abiertas cuyas investigaciones están menos avanzadas. Una de ellas sería reutilizar la posidonia en la industria textil. “En este caso os puedo contar poco, ya que hemos firmado un contrato de confidencialidad con la persona que está investigando” nos indica.
Incluso también hay sobre la mesa una tercera alternativa, que consistiría en emplear estas plantas marinas como material de construcción. “Éste es un proyecto más personal mío. Se trataría de usar la posidonia en aspectos como el pavimento o el aislamiento de las casas. Estoy ahora negociando para involucrar aquí al Centro de Investigaciones Marinas (CIMAR), que es un departamento científico de la Universidad de Alicante con el que ya hemos trabajado muy positivamente en temas similares”, nos cuenta Jorge Díez.
Lo cierto es que de momento solo existen hipótesis, y aún está por verificar que utilidad real se le puede encontrar a estos residuos orgánicos. “Hasta hace unos pocos años la posidonia se tiraba a la basura y ya está. Afortunadamente ahora hemos desarrollado más conciencia ecológica, pero aún hay muy poco investigado” nos explica Ramón José. Actualmente uno de los pocos usos que se les está dando a estas plantas es utilizarlas como cama para los caballos en los establos.
El Ayuntamiento está esperando el permiso de Costas para recuperar la administración de Vatasa y derribar sus antiguas dependencias
El futuro de Vatasa
El pleno municipal del Ayuntamiento de Santa Pola ha aprobado por unanimidad solicitar la concesión administrativa de las antiguas dependencias de Vatasa por un plazo de 50 años. Así el municipio logró evitar que la Dirección General de Costas (departamento dependiente del Ministerio de Transición Ecológica) desmantelase y derribara estas instalaciones. También varios vecinos han realizado recogidas de firmas para salvar esta zona.
En principio la idea del actual equipo de gobierno es utilizar estos antiguos astillero y naves para implantar un centro de alto rendimiento deportivo. “Creemos que esto le daría un empuje a la marca turística de Santa Pola. Pretendemos que se convierta en un referente del deporte a escala nacional” nos asegura Jorge Díez.
Desde Ciudadanos ven con buenos ojos esta iniciativa, aunque también proponen como alternativa darle un uso cultural a esta zona portuaria. “Un museo marino podría ser también un proyecto interesante. En Santa Pola tenemos un déficit en cultura, y algo así podría ayudarnos a acceder a otros tipos de turismo” nos comenta Ramón José.
Alternativas a los astilleros
Algunas voces también han hablado de la posibilidad de instaurar aquí una zona de ocio, un vivero de empresas o incluso una facultad universitaria de la UMH. Sin embargo estos proyectos se antojan más complicados al ser más difíciles de combinar con la rigurosa Ley de Costas que protege el litoral español.
Actualmente la pelota está en el tejado de Costas, pues tiene que autorizar la concesión y avalar la viabilidad ecológica que tendría la demolición del astillero y las naves.
En febrero el Ayuntamiento pretende realizar una gran recogida de la posidonia en las playas urbanas
Acondicionar la zona de la depuradora
La citada balsa de la Depuradora todavía tardará un tiempo en poder utilizarse para el acopio de la posidonia. Antes deben realizarse unas pequeñas obras de acondicionamiento para permitir la entrada y salida de los vehículos de transporte, así como para minimizar su impacto sobre el resto de las instalaciones de EDAR.
Mientras tanto, la Concejalía de Playas pretende realizar una importante recogida de posidonia en este mes de febrero. “No nos gusta tener que retirarla en invierno, porque la presencia de esta planta es muy positiva para la playa. Sin embargo a veces nos vemos obligados. Cada vez nos solicitan hacer más eventos sobre las playas urbanas como Levante o Tamariz durante todo el año, y ahora mismo están casi completamente abarrotadas de posidonia” nos explica el edil Díez.
«Queremos concienciar más a los bañistas de que la posidonia es muy positiva para la playa» J. Díez (concejal Playas, PP)
Lograr el equilibrio
A veces incluso esta especie marina invade la toma del agua canalizada, y puede atascar el bombeo de los lavapiés como ha ocurrido en Tamariz.
Aun así, el Concejal de Playas es de la opinión de que los vecinos y turistas deben aprender a convivir mejor con este organismo marino. “A veces los bañistas tratan a la posidonia como si fuera basura, cuando es justo al contrario. Tenemos que concienciar más a la gente de que es una consecuencia biológica positiva del ciclo natural de la playa. Es cierto que a veces puede causar problemas y tampoco podemos dejar siempre que campe totalmente a sus anchas. Debemos de encontrar un equilibrio” sentencia Jorge Díez.
El pasado año Urbaser llegó a retirar hasta casi nueve toneladas de este organismo marino
Rachas de llegada
El pasado año Urbaser llegó a retirar hasta casi nueve toneladas del citado organismo marino. Fueron más que en 2018, pero menos que en 2017 cuando se produjo una llegada masiva a las costas de la localidad santapolera.
El Instituto de Ecología Litoral se encarga actualmente de estudiar la evolución de la posidonia en las ocho playas urbanas de la localidad, a través de un proyecto biológico denominado ‘El Papel de la Posidonia en la Adaptación de las Costas al Cambio Climático’. Según su informe, hecho público en el pasado verano, la mayoría de los transectos (sistema analítico que mide la acción de los elementos para crear hábitats naturales en lugares urbanos) presentaban una tendencia positiva.