Quizás podamos considerar al doctor Mas Magro como el mayor científico que haya dado nunca la provincia de Alicante, aunque en su propia época no siempre fue considerado así. En esta página relataremos algunas de sus principales hazañas y juzguen ustedes mismos.
Francisco Juan de Mata Mas Magro nació el 18 de febrero de 1879 en Crevillent. Si bien su padre también era médico, en un principio él no tenía tan claro que quisiera seguir sus pasos y se apuntó al Seminario de Orihuela para ser cura. Al final acabó cambiando de parecer, matriculándose en la carrera de Medicina en la Universidad San Carlos de Madrid.
Siendo aún universitario logró descubrir el origen de una epidemia en Murcia y fue llevado a hombros por las calles
Primer descubrimiento
Su primer gran ‘¡Eureka!’ lo gritaría con solo con 21 años. Fue estudiando la epidemia de triquinosis que estaba brotando en Murcia. Aquí consiguió adelantarse a otros doctores de la talla de Santiago Ramón y Cajal o Jaime Ferrán, siendo el primero de los investigadores en descubrir las larvas que originaron esta epidemia. Francisco incluso fue llevado a hombros por el centro de la ciudad murciana.
Ya terminada su licenciatura regresó a su Crevillent natal para abrir su propia consulta médica. En esta época el municipio sufría un brote de leucemia, por lo que Francisco se interesó en estudiar esta enfermedad entonces tan poco investigada. Sus novedosas publicaciones le fueron creando cada vez mayor fama a nivel nacional, e incluso rechazó una oferta laboral de una prestigiosa clínica de Barcelona.
Padre de la Hematología
Los motivos familiares que le retenían en Crevillent desaparecieron con la muerte de su padre, por lo que optó por mudarse a Alicante para abrir una clínica-laboratorio. Sus investigaciones desembocaron en la apertura del Instituto de Citología Experimental y Hematología. De hecho habitualmente Francisco Mas Magro es considerado como el padre de la Hematología en España. También dio clases en la Universidad de Valencia.
Pronto la fama del médico crevillentí llegaría hasta el extranjero. Fue el primer científico no francés en colaborar para la prestigiosa revista Strasbourg Médical, el único español en ser invitado al Congreso Internacional de Medicina de Budapest y formó parte de la Sociedad Internacional de Hematología.
Aún así al doctor Mas Magro le costaba horrores conseguir que el gobierno español financiara sus investigaciones. Aunque lo peor estaba aún por llegar.
A pesar de haber sido militante del Partido Conservador, el régimen franquista le aisló por considerarle ‘un personaje rojo’
Lo absurdo del poder
Tras el fin de la Guerra Civil, el nuevo Ayuntamiento franquista de Alicante emitió un informe sobre el doctor Mas Magro, alertando que era “un personaje rojo” dado que años atrás en el diario republicano ‘El Luchador’ se había publicado un artículo alabando su trabajo y pidiendo más apoyo gubernamental a sus investigaciones. Irónicamente él había sido militante del Partido Conservador durante su juventud, pero esto no evitó que pasara a integrar la lista negra del nuevo régimen.
Por estas absurdas razones, el trabajo del doctor crevillentí desde entonces pasó prácticamente inadvertido en la comunidad científica española. Incluso le llegaron a prohibir asistir al congreso médico de 1948 celebrado en París. La desesperación de Francisco era tal que hasta escribió cartas a Franco pidiéndole que al menos le financiara la compra de microscopios eléctricos para poder seguir investigando en su propio laboratorio, pero fue ignorado.
Realizó la primera foto del virus de la leucemia, aún contando con medios menos avanzados que otros laboratorios
Reconocimiento mundial
A veces los genios se crecen en las situaciones más adversas, e irónicamente los grandes descubrimientos de Mas Magro se produjeron durante estos años de ostracismo. Sus estudios sobre la leucemia le catapultaron incluso a ser candidato al Premio Nobel en 1953, un hecho que pasó prácticamente inadvertido en España y cuya candidatura no recibió ni el más mínimo apoyo mediático.
Sin desfallecer, al año siguiente el crevillentí logrará llegar todavía más lejos. A pesar de no contar con los medios avanzados de otros laboratorios del mundo, consiguió realizar la primera foto a un virus de la leucemia utilizando una técnica de colorear que le había enseñado su padre. Un ‘¡eureka!’ inédito a nivel mundial.
La curiosa ‘recompensa’ a este hallazgo por parte del gobierno español fue retirarle la única subvención que aún recibía por sus investigaciones, apenas cuatro años más tarde. Ante este hecho, Francisco Mas Magro decide tirar la toalla y jubilarse a los 79 años. Falleció solo unos meses más tarde.
Más de 400 curaciones
Algún tiempo después, el Instituto Nacional del Cáncer en EE.UU. aprovecharía el silencio de la comunidad científica española para presentar como propio el descubrimiento del virus leucémico fotografiado. Ningún profesional de la Medicina o autoridad de nuestro país reivindicó la autoría del doctor crevillentí.
Aunque la trayectoria de Francisco Mas Magro pueda resultar de lo más frustrante, debemos quedarnos también con la parte más positiva. Durante todos sus años de ejercicio curó a más de 400 enfermos de leucemia en su consulta médica, una cifra inusualmente alta para la época. Un increíble logro del que a buen seguro se pudo sentir bien orgulloso hasta sus últimos días.