Cuando hace ya varias décadas las calles de los municipios españoles comenzaron a llenarse de iglús verdes, la gente, como ante todos los cambios, los miraba con una mezcla de extrañeza y desconfianza. Pocos pensaban que aquellos contenedores, destinados a recoger el vidrio, fueran a tener éxito. Era la época, recordemos, en la que los cascos usados se devolvían al supermercado y todo lo demás iba directamente al cubo de la basura.
Aquello cuajó y al redondeado contenedor verde se unieron otros. El azul para papel y cartón llegó poco después mientras que el amarillo, destinado a los envases, ha sido el último en unirse a la familia. La cada vez mayor concienciación respecto a la emergencia climática ha hecho el resto.
En la actualidad, una buena parte de la población –por desgracia, no toda– separa su basura y la deposita correctamente en los contenedores destinados para cada uso. Tras habernos acostumbrado a los ya existentes, ahora llega un nuevo cambio y Elda será parte de él: la implantación del llamado ‘quinto contenedor’.
Todo lo que no puede ser reutilizado deberá depositarse en el contenedor gris
La última frontera
Realmente, lo que llegan ahora son dos nuevos contenedores, pero no se asusten, no es nada complicado. Francisco Javier Amor, jefe de servicio de Fobesa, la empresa encargada de la recogida y gestión de los residuos urbanos en Elda, lo explica de forma clara y gráfica. “Hasta ahora, todo lo que no iba al vidrio, papel-cartón o envases se tiraba a los contenedores de color verde. Ahora, esos contenedores desaparecerán y se sustituirán por otros dos: el gris y el marrón”.
Se trata, sin duda, de la última frontera del reciclaje. Con estos dos nuevos contenedores, al fin, podremos seleccionar y separar todos los residuos que, de una u otra manera, puedan tener un nuevo uso y dejar de lado lo poco que todavía no puede ser reciclado.
Así, “al nuevo contenedor marrón deberá de ir todo lo orgánico”, explica Amor. “Todo aquello que huele mal, lo que se degrada. Los restos de comida, de fruta, las cáscaras de huevo… En definitiva, todo con lo que se puede hacer compost”, concluye. A la vez, el contenedor gris, llamado ‘de residuos’ quedará para aquello que no puede ser tratado como pañales, cuchillas de afeitar, el polvo de la aspiradora, etc.
Se instalarán 800 nuevos contenedores marrones para residuos orgánicos
Nuevos contenedores
Hasta ahora, Elda disponía de 900 contenedores cuadrados verdes (no confundir con los iglús de vidrio) en los que se podía depositar la bolsa de basura. En el proceso de adaptación a la nueva normativa europea, todos ellos están desapareciendo paulatinamente y están siendo sustituidos por un total de “800 contenedores marrones, que estarán ubicados más o menos en los mismos puntos que los verdes”, explica Amor.
A la vez, “en las 162 islas de recogida selectiva que tenemos en Elda se van a instalar los contenedores grises. Así, cada isla contará con un punto de recogida de vidrio, otro de papel-cartón, uno de envases y, ahora, uno de residuos”, concluye.
Por todo ello, y mirándolo desde un punto de vista global, los ciudadanos de Elda verán sustituidos los actuales 900 contenedores generales por un total de 962 nuevos receptores que, como es lógico, deberán empezar a aprender a utilizar.
Educación ambiental
Esa labor formativa está recayendo “en un grupo de educadoras medioambientales, que están recorriendo Elda casa por casa para explicar el nuevo funcionamiento del sistema”, explica el jede de servicio de Fobesa. “Llevan trabajando en ello desde noviembre y no es hasta que terminan de visitar una zona cuando realizamos el cambio de contenedores”.
Todo ello, evidentemente, requiere de un tiempo de implantación. Como explicaba Amor, este proceso comenzó el pasado mes de noviembre y ya ve la luz al final del túnel, ya que “lo habremos finalizado por completo a finales de este mes de marzo”.
Uno de los puntos más importantes, a tener en cuenta en este proceso, es que el mismo “no afectará a la frecuencia de la recogida de los residuos. Lo que sí se va a producir es una adecuación de las rutas y las frecuencias a esta nueva realidad”, explica Amor.
Todo se recicla
Amor aprovecha también para desmontar una de las excusas más utilizadas a la hora de justificar la decisión de no reciclar los residuos; esa que expone que una vez los restos llegan separados al contenedor, es el mismo camión el que los recoge mezclándolos de nuevo. “Eso es una leyenda urbana”, asegura.
“Lo que la gente no sabe es que los camiones de la basura actuales nada tienen que ver con los que veíamos hace años. Algunos de ellos tienen hasta tres compartimentos diferentes en su interior y, por lo tanto, pueden recoger tres tipos de residuos sin mezclarlos”, elabora. “Además, las cajas son intercambiables. Por lo tanto, podemos ver un camión recogiendo un tipo de residuo por la mañana y otro distinto por la tarde, pero lo que no sabemos es que la caja que lleva es distinta”, ejemplifica Amor.
Las normativas europeas prevén sanciones para los municipios que no hagan los deberes
Ahorro económico
El jefe de servicio de Fobesa desmonta también el discurso “del que dice que ‘hasta que no me paguen, no reciclo’. Lo que no sabe la gente es que las normativas europeas son cada vez más estrictas y, por lo tanto, penalizarán a aquellos municipios que no hagan bien los deberes”.
En ese sentido, recuerda que “estamos obligados a llevar los residuos a plantas de tratamiento homologadas, como la de Villena. Eso es, efectivamente, más caro que llevarlos a otros lugares más cercanos, pero es la única manera de cumplir con la normativa. Si no lo hacemos o si la gente no recicla como debe, llegarán las sanciones y el servicio se verá afectado por ello, ya que los ayuntamientos deberán aumentar el precio de los recibos para hacer frente a ese aumento de los costes”.