Entrevista > Luis Larrodera / Director del Festival de Cine de l’Alfàs del Pi (Zaragoza, 16-septiembre-1973)
El Festival de Cine de l’Alfàs del Pi llega este año a su 32ª edición y lo hace, claro está, condicionado por la realidad pandémica que estamos todos sufriendo y compartiendo. No será, por lo tanto, un Festival de grandes aglomeraciones, pero tanto el equipo de dirección del evento como el propio ayuntamiento de l’Alfàs del Pi han querido que, pese a todos los problemas, la cita con el séptimo arte no se apague.
Luis Larrodera se puso al frente de esta nave, con más de tres décadas de navegación a sus espaldas, el pasado año. Fue entonces cuando este zaragozano, que ya había pasado por el Festival presentando la gala de clausura en alguna ocasión, tomó el relevo de Juan Luis Iborra como director del mismo.
Aunque con un tiempo limitado y con las precauciones lógicas de la primera vez, el Festival de 2019 ya dio algunas muestras de la dirección hacia la que Larrodera quería orientar el evento. En 2020 tendríamos que haber visto un nuevo paso en ese sentido, pero el coronavirus ha querido que, en lugar de eso, nos tengamos que conformar con dar un pequeño paso atrás que, eso sí, seguro que servirá para coger impulso de cara al futuro.
Menos días, misma ilusión
Tras muchas semanas de reuniones, dudas e interrogantes, la luz verde definitiva llegaba a mediados del pasado mes de junio. L’Alfàs del Pi celebrará el 32º Festival de Cine dos semanas después de lo previsto, del 18 al 25 de julio. Una edición con menos días, menos presupuesto y menos actividades paralelas, pero que mantiene su esencia y la única sección competitiva de cortometrajes.
En esta ocasión, el certamen ha recibido un total de 865 cortos que aspiran a obtener los 7.500 euros en premios. Tal y como reconoce el alcalde del municipio, Vicente Arques, el de 2020 será “un Festival de transición, mucho más austero. De los 150.000 euros presupuestados inicialmente, 100.000 han ido directamente al capítulo de Bienestar Social, para paliar los efectos del coronavirus en las personas más vulnerables, reduciéndose drásticamente la partida a 50.000 euros para el 32º Festival de Cine, a los que hay que añadir la subvención de la Diputación Provincial de Alicante de 35.000 euros”.
Dinamizar la economía
Tras meses de confinamiento, el evento no sólo supone un guiño a la normalidad sino que, como argumenta Arques, debe servir también como un “elemento dinamizador de la economía local, un reclamo turístico y cultural, un sector también muy afectado por la crisis del COVID, que estamos obligados a cuidar y promover”.
Para saber cómo se van a conjugar todos esos elementos en la edición, quizás, más atípica del Festival de Cine de l’Alfàs del Pi, AQUÍ en l’Alfàs ha pulsado la opinión y planes del director del certamen, Luis Larrodera, que desborda ilusión y optimismo pese a la adversidad.
El año pasado tomó usted el relevo de Juan Luis Iborra al frente del Festival Internacional de Cine de l’Alfàs del Pi. Teniendo en cuenta que fue su primera edición como director del mismo y con la perspectiva que da el tiempo, ¿cómo valora la experiencia?
Como experiencia personal y profesional, sin duda fue sensacional. Tanto el equipo del Festival, como la gente de l’Alfàs, todos me recibieron con mucho cariño y creo que tuvimos una muy buena edición.
«Los cambios y/o novedades para el Festival deben incorporarse de un modo natural»
Muchos hablamos entonces de que el relevo que usted personificaba en el Festival supondría un ‘renacer’ del mismo. Cuando tomó la decisión y se imaginó cómo tendría que ser su primer festival, ¿cuáles fueron los elementos que se propuso añadir o cambiar respecto a las tres primeras décadas del evento?
Lo primero que tuve claro es la responsabilidad que suponía ponerme al frente de un Festival consolidado como es el de l’Alfàs. Eso implicaba que los cambios y/o novedades deberían incorporarse de un modo natural. Por eso, pensamos que el Festival podía crecer incorporando un nuevo escenario polivalente, como fueron las Escuelas Viejas, en el que pudiéramos ofrecer más cine y también otro tipo de actividades para todos los públicos, como fueron la magia para las familias o la noche de comedia.
En ese mismo sentido, ¿qué puntos consideró intocables?
La calidad de la selección de los largometrajes que se proyectan y, por supuesto, la de los cortometrajes de la Selección Oficial, además del ‘Cine en la playa’. Estos son algunos de los rasgos que distinguen al Festival y no podían perderse.
«La propuesta de dirigir este festival llegó en el momento oportuno. Juan Luis me animó a aceptar y no tuve dudas»
A usted le habíamos visto presentar la gala de clausura del Festival en más de una ocasión, pero ¿qué hizo que tomara la decisión de tomar el puesto de Iborra?
El cine ha sido siempre, y es, una de mis pasiones. Mi relación con los festivales de cortometrajes empezó hace muchos años, en Zaragoza, y desde entonces no ha parado. Dirigir un festival fue una posibilidad que estuvo a punto de realizarse hace algunos años, en otro lugar, pero al final no pudo ser. La propuesta de dirigir este festival llegó en el momento oportuno, y Juan Luis me animó a aceptar. No tuve dudas, la verdad.
«El Festival y l’Alfàs del Pi son uno. Y así debe de seguir siendo»
No sé si esto sucede en otros festivales de nuestro país, pero el de l’Alfàs del Pi es, a la vez, un evento a mayor gloria del cine y también una importante herramienta de promoción turística. ¿Cómo conjuga ambos intereses en su trabajo como director?
Sí, es una circunstancia habitual. En nuestro caso, esta combinación es algo que sale de un modo inmediato. El Festival y l’Alfàs del Pi son uno. Y así debe de seguir siendo.
El Festival de Cine de l’Alfàs del Pi pone el acento de forma muy especial en los cortometrajes. Usted mismo dirigió ‘Padre’ en 2018. ¿Es justo considerar el mundo del cortometraje únicamente como la ‘cantera’ en la que se forman los aspirantes a dirigir largometrajes?
En mi opinión, sería una valoración incompleta. Estoy de acuerdo que son muchos los cineastas que pasan por el cortometraje como paso previo al largo, pero creo que también tiene una entidad propia e independiente y así se demuestra en el cada vez mayor número de obras, un público que los busca y consume y festivales como el nuestro, en el que cortos y cortometrajistas son los protagonistas. Ellos son el ADN de nuestro Festival, y nuestro apoyo es incondicional.
«Aunque condicionados por la situación que nos está tocando vivir, estamos felices de poder mantener vivo el Festival»
Como decíamos antes, el de 2019 fue su primer Festival como director y, como siempre ocurre en esos casos, seguro que hubo mucho de toma de contacto para pensar en novedades de cara a un 2020 en el que todo ha quedado completamente desdibujado por la pandemia. ¿Cómo ha vivido tener que hacer una edición ‘light’ en su segundo año?
Ya teníamos bastante trabajo adelantado, sí. La selección de largos estaba prácticamente cerrada, las actividades paralelas… pero la pandemia nos ha obligado a cambiar la hoja de ruta y a hacer algo diferente.
Aunque sea una edición condicionada por la situación que nos está tocando vivir, estamos felices de poder mantener vivo el Festival y contentos con la programación que vamos a tener. Ahora, más que nunca, toca soñar y disfrutar con el cine.
¿Puede darnos alguna pincelada de lo que tenía preparado para esta edición y que no podremos ver?
¡Lo guardamos para el año que viene! -risas-. Estábamos trabajando en consolidar las Escuelas Viejas como espacio importante del Festival y en aumentar las actividades paralelas. Pero, como te digo, tendremos que esperar al año que viene.
«La pandemia ha sido un golpe muy, muy duro para el cine. No va a ser fácil, pero ahora toca recuperarse»
Este año ha recibido 865 cortos a concurso frente a los 945 de 2019. Aunque esa pequeña bajada se puede explicar perfectamente por la pandemia, ¿cómo cree que se encuentra la salud de la industria cinematográfica en España?
¡Uf! La pandemia obligó a parar todos los rodajes y proyectos que estaban en marcha. En algunos casos ha supuesto, incluso, que muchos ya no puedan realizarse. Ha alterado agendas, estrenos, la forma de trabajar… ¡todo! Ha sido un golpe muy, muy duro. No va a ser fácil, pero ahora toca recuperarse.
Usted ha sido presentador, monologuista, actor, escritor, director… ¿Cree que el mundo de la cultura goza en España del reconocimiento social que merece?
A la vista de lo que está sucediendo, por supuesto que no. A la cultura en nuestro país no se le reconoce su importancia, ni todo lo que genera, tanto social como económicamente.
¿Por qué cree que la cultura en general y el cine en particular se convierten, con mucha frecuencia, en armas arrojadizas en el debate político?
No lo sé… pero ojalá tuvieran en cuenta que cada vez que atacan a la cultura, no sólo lo hacen a personas concretas, sino también a las miles de personas y familias que trabajan en el mundo de la cultura y viven, o malviven, de ella.
La tele no mató a la estrella de la radio. El CD no acabó con el vinilo. El libro electrónico no ha sustituido al papel. ¿Cree que las salas de cine sobrevivirán al auge de las plataformas como Netflix, HBO, Filmin…?
¡Ojalá! La experiencia de disfrutar de una película en una sala de cine es algo único.
En un mundo en el que cada vez se producen más obras para ser estrenadas directamente en las plataformas televisivas y otras como Youtube, ¿los festivales como los de l’Alfàs van a tener que adaptarse de alguna manera para dar cabida a esos nuevos formatos?
Habrá que ir viendo cuál es la dinámica, claro. Pero seguro que nos entenderemos. El año pasado, sin ir más lejos, nosotros proyectamos ‘Roma’, de Alfonso Cuarón, y fue un éxito.
No sé si a usted le pasará, pero yo recuerdo perfectamente la primera vez que entré a una sala de cine siendo niño. En un país en el que sólo había dos canales de televisión y muy pocas opciones de ocio audiovisual para los más pequeños, aquel momento en el que por primera vez en mi vida vi cómo se apagaban las luces de la sala y se proyectaba una película en una pantalla enorme fue algo mágico. ¿Cree que hoy en día el cine puede atrapar de la misma manera a los niños?
Sin duda. Como te he comentado antes, disfrutar de una buena película en un cine es una experiencia maravillosa. Mis hijas disfrutan muchísimo yendo al cine. Entre ver la misma película en casa o en una sala, ellas lo tienen claro. Y mi mujer y yo, también.
Hablando de niños y de fomentar en ellos el interés por la cultura, ¿qué opciones hay de que el Festival de l’Alfàs del Pi tenga una sección o un apartado de su programación pensado para ese público?
Los niños, y las familias en general, son para nosotros un público muy importante. El año pasado, por ejemplo, hubo una programación de películas pensada para ellos, tanto en el Cine Junto al Mar, como en las Escuelas Viejas, además de una tarde de magia que tuvo una fantástica acogida.
«De 2021 espero que sea un año de asentamiento, de crecimiento y, sobre todo, de normalidad»
Se dice que a la tercera va la vencida. Aunque todavía queda mucho, y dando por hecho que la edición de 2021 pueda celebrarse sin contratiempos, ¿cómo querría que fuera su primer año completo y ‘normal’ al frente del Festival?
Un año de asentamiento, de crecimiento y, sobre todo, de normalidad.