Entrevista > Juanjo Pérez Parker / Presidente de AVIBE (Benidorm, 20-julio-1986)
La actividad empresarial del turismo se desarrolla en un campo de batalla extremadamente competitivo. Como en las guerras reales, los enfrentamientos se producen en lugares muy concretos y estratégicos del mapa del mundo y cada uno de los batallones que conforman los ejércitos de cada destino tienen una misión muy específica que cumplir.
Las agencias de viajes, aquellas que se dedican a vender el producto, son algo así como la avanzadilla que, infiltrada en territorio enemigo, trata de situar las piezas necesarias para que el desembarco del resto de sus aliados sea exitoso. La Asociación Empresarial de Agencias de Viajes de Benidorm (AVIBE) reúne a todas esas tropas de asalto que, temporada tras temporada –y ya van 41 años–, sitúan a la ciudad como uno de los destinos más demandados del mundo.
Juanjo Pérez Parker, su presidente, explica que “AVIBE nació en Benidorm, pero desde hace ya varios años estamos abarcando otros municipios de la provincia. Tenemos una historia de 41 años y formamos parte de varios organismos público-privados como el Consejo de Turismo de la Comunitat Valenciana, el Consejo Provincial de la Diputación, la Cámara de Comercio, Invattur, la Fundación Visit Benidorm… todos los organismos, en definitiva, que son fundamentales para la promoción del destino”.
Optimismo truncado
Pérez Parker, que charló con AQUÍ en Benidorm sólo unos días antes de que el gobierno de Reino Unido anunciara su decisión de obligar a todos los viajeros que entren en su país procedentes de España a guardar una cuarentena de 14 días, era en ese momento, incluso, optimista respecto al verano. “La percepción es mucho más optimista que hace un mes” decía en ese momento.
Desde AVIBE “preveíamos un verano casi a cero, pero ahora hay más optimismo. Notamos un mayor movimiento, un aumento en el volumen de consultas. Obviamente, hablando de un volumen mucho más reducido del normal. Pero hay que ir día a día”, sentenciaba su presidente.
Sólo unos días más tarde, Boris Johnson terminaba de un plumazo con ese optimismo y abocaba a Benidorm y al resto de la Costa Blanca a una dramática situación que analizamos en profundidad en este mismo número de AQUÍ en Benidorm.
¿Cuáles son los principales objetivos de la asociación?
Proteger y defender los intereses de las agencias de viaje asociadas y todo lo que envuelve a nuestro sector. Todo ello, evidentemente, además de promocionar el destino y hacer que el mismo vaya moviéndose y creciendo. Mucho más, si cabe, en estos momentos que estamos viviendo.
Un colectivo que abarca mucho más que esa imagen que todos tenemos en mente cuando hablamos de una agencia de viajes como aquel sitio donde se puede acudir para comprar un paquete vacacional. ¿Qué otro tipo de agencias engloba la asociación?
En AVIBE tenemos agencias de todo tipo, como aquellas dedicadas a los traslados de los turistas, las receptivas, emisoras… Se trata, en definitiva, de una representatividad bastante importante dentro del sector.
Nosotros actuamos también como receptivos de algunos de los operadores más importantes de Europa como Jet Tours, el más grande en la Costa Blanca relacionado con el sector británico, y eso nos hace tener una importancia mucho más grande del que la gente pueda pensar.
¿Han sufrido mucho los cambios de uso del cliente final a la hora de organizar y reservar sus vacaciones?
Es verdad que con la era tecnológica que llevamos varios años viviendo, el peso de las agencias de viaje ha disminuido bastante en cuanto a viajes europeos. Hoy en día, cualquier persona que se va a un país de Europa mira su vuelo en el portal de la aerolínea y contrata el hotel en una plataforma de Internet.
Pese a ello, en situaciones como las que estamos viviendo somos una garantía de confianza y eso lo hemos notado. La gente está volviendo a confiar en nosotros, que somos los que de verdad demostramos profesionalidad y conocimiento del destino.
«Las previsiones nos hacían pensar en un 2020 que mejorara la campaña de 2019, que fue buena»
Le confieso que no sé muy bien por dónde empezar a preguntarle por la situación actual que vive el sector del turismo en general y el de las agencias de viajes en particular. Si le parece, lo haré por el principio. ¿Cómo estaba yendo el año desde el 1 de enero hasta aquel ya famoso fin de semana de marzo?
2019 fue un año bueno y las previsiones para 2020 nos ponían ante un ejercicio todavía un poco mejor. Enero y febrero, dentro de la temporada baja, fueron meses no tan malos como otros años y las reservas futuras que había nos hacían ser muy optimistas.
Esas buenas previsiones, ¿hicieron que el golpe fuera todavía más acusado?
Por ello, el golpe ha sido bastante duro, también para las agencias de viaje. Nosotros somos el colectivo que vendemos el destino como un todo. No sólo hoteles, sino también playas, gastronomía, eventos, experiencias… El problema es que, si no hay producto, no tenemos nada con lo que operar. Si los hoteles están cerrados, si no hay vuelos, si no hay cruceros… no tenemos actividad.
«Antes del 12 de marzo el mercado no mandaba ninguna señal de que esto pudiera ocurrir»
Quizás sean ustedes los que, de todo el entramado turístico, manejen los primeros datos en términos de reservas y cancelaciones ya que, como ha dicho, son los que venden el destino. Habiendo oído a tantos ‘capitanes a posteriori’ reivindicar durante el confinamiento que esto es algo que se veía venir, ¿el mercado les estaba dando a ustedes algún síntoma de que, efectivamente, esta situación se iba a producir?
En absoluto. Nosotros no teníamos ningún tipo de percepción de que esto iba a pasar y, por lo tanto, no veíamos motivo para mayor preocupación. El golpe fuerte llegó el día 12 de marzo, cuando la OMS declara la pandemia. Fue en ese momento cuando llegó el aluvión de cancelaciones y el mundo se paraliza. Sin ninguna duda, es ese día 12 de marzo el momento que marca un antes y un después.
Pero, insisto, a día 5 de marzo nosotros seguíamos previendo un año bueno. Muchas empresas, como la mía, habían hecho inversiones para afrontar la temporada. Incluso el 14 de marzo, cuando se declara el estado de alarma, nosotros no preveíamos que pudiera durar tanto. Pensábamos que igual podíamos ‘rascar’ algo en Semana Santa. Ni en la peor pesadilla hubiésemos imaginado esta situación.
«La decisión de cerrar Benidorm con antelación hace que ahora los clientes nos vean como un destino sanitariamente seguro»
Benidorm decidió cerrar su industria antes de que fuera obligatorio, lo que supuso evacuar a miles de turistas en 72 horas. ¿Qué supuso aquello para el sector?
Personalmente creo que fue una decisión acertada. Hay agencias que se vieron muy afectadas porque un lunes se informó de que el miércoles se iban a cerrar los hoteles. En tres días hubo que sacar a miles de turistas, enviando aviones de vacío a Alicante para poder sacarlos a todos. Fueron momentos muy delicados y complicados a nivel operativo. En cualquier caso, gracias a esa rapidez el virus no se propagó como sí lo hizo en otros sitios.
¿Está ayudando esa decisión a la hora de vender ahora el destino como un lugar seguro?
Sin ninguna duda, así es. Fue, insisto, una decisión muy dura porque somos una ciudad que depende al cien por cien del turismo, pero también fue valiente, arriesgada y, sobre todo, acertada. Ahora, tanto los tour operadores como los clientes ven que estas decisiones, que tanto nos afectan, se toman pensando en la salud y la seguridad del destino. Eso hace que se cree una gran confianza en lo que a la seguridad sanitaria se refiere. Puedo decir que nos está ayudando mucho en esta fase de reapertura.
«Tenemos muchos clientes que están cambiando sus viajes a 2021. También los hay que están cansados de la situación y necesitan salir y viajar»
En estos momentos, ¿qué es lo que está buscando el cliente?
Estamos detectando muchas búsquedas, pero, aunque están creciendo, está costando que esas consultas se conviertan en reservas. Benidorm sigue siendo un destino consolidado, sobre todo para el sector británico.
Tenemos que pensar que Reino Unido ha atravesado una situación peor que la nuestra en cuanto a contagios y fallecimientos. Eso hace que la gente tenga miedo y esté cambiando sus viajes a 2021. A eso hay que unir que están teniendo muy buen tiempo, lo que perjudica nuestros intereses.
Con todos esos datos en la mano, ¿podemos ser optimistas en el medio-largo plazo?
Creo que en 2021 no vamos a alcanzar las cifras anteriores a esta crisis, pero es algo que no se puede prever. Hay que ir día a día y no somos capaces ahora de hacer grandes previsiones para septiembre… ¡pues imagínate para dentro de un año!
Lo fundamental ahora es seguir activos porque hay clientes a los que, si se les deja de ofrecer Benidorm, buscará otro destino y si les gusta lo volverán a elegir en 2021.
Como ya sucedió en el pasado, en este caso en beneficio de Benidorm, con crisis como la guerra de los Balcanes, las primaveras árabes, la inestabilidad de Turquía o el terrorismo en Egipto.
Efectivamente. Además, la situación que viven ahora mismo otros países como Portugal o, como tú has mencionado, Turquía son cosas que nos benefician como destino turístico. De eso no cabe duda.
«Nuestro clima sigue siendo el principal atractivo, pero llevamos años haciendo promoción a otros sectores»
Yendo más allá de la covid, el modelo turístico de Benidorm y la Costa Blanca lleva años trabajando en ir más allá del sol y playa. ¿Ese esfuerzo se está viendo refrendando por el interés de los clientes en todos esos productos complementarios?
Sí. La imagen simbólica sigue siendo el sol. Nuestro clima sigue siendo el principal atractivo, pero llevamos años haciendo promoción a otros sectores como el golf, el ciclismo, el buceo, deportes, gastronomía… y está dando resultados. En mi empresa hemos tenido que hacer inversiones comprando varios remolques porque tenemos muchos grupos de golfistas y ciclistas que los precisan.
La Fundación Visit Benidorm está haciendo un gran trabajo para no depender únicamente del sol y playa o del turismo británico. Es una labor que está teniendo un resultado muy interesante.
«Se está haciendo un gran trabajo para no depender únicamente del sol y playa o del turismo británico»
Llevamos muchos años hablando de la supuesta bajada del nivel medio del turista que nos visita. Desde su punto de vista, ¿es necesario repensar el modelo de alguna manera o, sencillamente, esa imagen no es real?
Creo que no lo es. Es más, creo que, conforme pasan los años, hay muchas empresas y productos cada vez más profesionales. Esa imagen no es real. ¿Cuántos turistas hay un mes de junio en Benidorm? ¿200.000? Si hay cien que tienen comportamientos incorrectos es normal en cuanto a porcentajes.
Hoy en día, con las redes sociales, es una información que se ‘viraliza’ rápido, algo que no ocurría hace 20 años porque no había tantas cámaras y teléfonos móviles. Pero se hacen virales, precisamente, porque no es lo normal. Que se relacione Benidorm con ese tipo de turista no me gusta porque no es así.