No hay ninguna imagen de unión entre todos los pueblos mediterráneos a los que una vez cantó Serrat, de Algeciras a Estambul, tan potente como la blanca silueta de una vela latina navegando, hinchada por el viento, sobre unas aguas azules e iluminada por esa luz tan especial que nos regala el sol en estas latitudes.
Pero si a esa foto mental que todos tenemos en la cabeza le aplicamos un potente zoom, lo más probable es que, bajo esa inconfundible vela de origen árabe, encontremos el casco de un llaut; más que un tipo de barco, una verdadera obra maestra de la artesanía de los pueblos costeros que, en sus apenas cuatro metros de eslora, monta tres mástiles y buena parte de la historia pesquera de nuestros antepasados.
Los requisitos de los tiempos modernos que genialmente glosó Chaplin, provocaron que esa embarcación centenaria fuera dando paso a otras de mayor tamaño y, como se suele decir ahora, mejor productividad. Pero, empeñados en que la memoria no se pierda para siempre, personas como Cristian Crespo se han lanzado a la aventura no sólo de recuperar el llaut, sino de darle una nueva oportunidad en nuestro turístico presente.
Dado que su proyecto está dirigido a potenciar la presencia del llaut en nuestras costas, la primera pregunta es obvia, ¿qué es el llaut?
Es, básicamente, la embarcación del Mediterráneo. Echando la vista atrás, vemos que tiene sus orígenes en los fenicios y ha pasado a lo largo de la historia por todas las civilizaciones que han dominado este mar: Fenicios, griegos, romanos, edad moderna, edad media… A la vuelta de la esquina está la época en la que, también en esta zona, la usaban nuestros abuelos.
Aunque tiene unos orígenes muy antiguos, ha sabido adaptarse y fue muy popular hasta la llegada de las lanchas motoras y demás. Por desgracia, es una embarcación que tiende a desaparecer.
Y ahí es donde entran en juego iniciativas como la suya…
Hay varios astilleros, sobre todo en las Baleares, que están intentando resucitar esta embarcación que va vinculada a una cultura, una forma de navegar y una historia.
«Parece que miremos de espaldas a nuestra propia cultura y pasado marineros»
En el norte de España, también con pasado marinero, los balleneros hacían travesías casi imposibles a bordo de sus traineras y hoy, para que no se pierda la memoria de esas embarcaciones, las han convertido en un deporte. ¿Por qué cuesta tanto hacer algo similar en esta zona mediterránea?
Parece que miremos de espaldas a nuestra propia cultura y pasado marineros. También ocurre que en el norte es algo muy puntual. Hay proyectos interesantes que están intentando rescatar esas embarcaciones y también tienen muy buenos proyectos de comunicación y, al final, parece que hay más de lo que hay. Son proyectos que, como los que te contaba de Baleares, están hechos con mucho cariño.
Lo que sí hay que reconocer a ambos, al norte y a Baleares, es su empeño en recuperar este tipo de navegación y de embarcación. Es algo que, no se entiende el porqué, aquí no sucede.
Algo tendrá que ver el auge del turismo del último siglo.
Es un turismo que demanda otro tipo de oferta de ocio. Quizás porque esta no les llega. Digo esto porque, por la experiencia que yo tengo, he podido comprobar que todo el que lo prueba sale encantado. Gusta mucho penetrar en toda la historia de la Bahía de Altea a través del llaut.
«Sólo he visto una vez a una persona navegando con vela latina. Fue algo impresionante»
¿Cree que esa competición deportiva sobre la que se basa la existencia actual de las traineras podría ser una opción para el llaut?
Sí. Es algo que nos gustaría poder intentar aquí. En Baleares, Murcia, Andalucía o Catalunya se hacen salidas y quedadas para navegar en vela latina. No sé si llegan a ser regatas, pero es algo que debería intentar desarrollarse.
El problema es que por aquí yo sólo he visto una vez a una persona navegando con vela latina. Fue algo impresionante.
Benidorm ha olvidado, a raíz de su reconversión turística, su pasado almadrabero en apenas dos generaciones. ¿Cree que el llaut está corriendo la misma suerte?
Sí. Desgraciadamente no se puede decir lo contrario. En Benidorm queda un solo pescador. En Altea, por fortuna, tenemos un poco más y sigue quedando flota. Hemos tenido esa mala suerte.
¿Todavía hay solución? ¿Quedan todavía testimonios vivos que nos puedan pasar ese testigo histórico?
Todavía quedan personas mayores que han sido pescadores, pero nos damos cuenta de que sus nietos ya no saben nada de ese pasado. Es algo que morirá con ellos a no ser que se pueda registrar a través de una documentación bien hecha.
«Ponemos mucha pasión e intentamos recuperar historias relacionadas con el llaut»
¿Qué están haciendo ustedes para impedirlo?
Somos, esencialmente, una empresa de alquiler de embarcaciones al uso. Es decir, necesitamos ser capaces de alquilar el barco para poder afrontar los pagos, pero, a la vez, le ponemos mucha pasión e intentamos, a través de un magazine, recuperar historias relacionadas con el llaut.
¿Siempre con un toque alteano?
En efecto. Buscamos que sean historias de aquí, que es donde tenemos la embarcación. Historias de pecadores, de una zona en la que, como hemos dicho, el llaut estaba presente hasta hace 30 o 40 años. Siempre desde un punto de vista ‘canalla’. No nos apetece hacer un libro de historia de esta embarcación.
Lo que buscamos es que alguien que ha tenido un barco de este tipo nos cuente sus aventuras, buenas y malas. También tenemos en mente poder hacer entrevistas, dentro del propio llaut, a personas de la bahía.
Se trata, pues, de un proyecto que, como me decía antes en el caso de las traineras en el norte, aúna navegación y comunicación.
Hemos integrado un medio de comunicación para poder transmitir todo el legado que nos ha dejado el llaut a aquellas personas que les apetece escucharlo. ¡Tampoco les vamos a dar la turra si no les apetece! (ríe).
Supongamos que soy una de esas personas que no quieren que le den la turra con sus explicaciones. ¿Qué ofrece una salida en llaut que no pueda ofrecer otra embarcación?
Es un viaje en el tiempo. Cuando estás en el llaut y navegas frente al pueblo de Altea, que conserva muy bien su casco antiguo, da la sensación de que el barco está absolutamente integrado en el pueblo. Es una experiencia de navegación muy cómoda y, a la vez, haciéndolo de la misma manera a como se ha venido haciendo durante muchísimos años.
Se trata, en definitiva, de una navegación tranquila e integrada con el entorno. Esto posibilita una buena conversación mientras estás navegando, algo que no ofrecen las lanchas rápidas en las que te haces la bahía en 15 minutos, pero no te enteras de nada.
Barco antiguo y navegación tranquila. Parece que me está usted hablando desde el siglo pasado.
Me gusta la metáfora de que con el llaut da la sensación de que estás navegando a través del tiempo. Viajas al pasado y puedes conocer la manera en la que navegaban nuestros antepasados cercanos, pero también los más lejanos.
«El siguiente paso es crear una asociación de amigos del llaut para que las administraciones públicas puedan ayudar»
Usted mismo ha dicho antes que, para que todo esto tenga éxito, será necesario documentar ese pasado que no queremos olvidar. Mientras que iniciativas privadas como la suya son muy loables, ¿existe interés por parte de la administración pública por este reto?
Realmente, sí. Por lo menos despierta interés. Hay una cosa que está ocurriendo: que el llaut está desapareciendo. Por ello, no hemos encontrado ninguna respuesta negativa a nuestra iniciativa y sólo estamos recibiendo muestras de apoyo desde todos los puntos posibles.
El siguiente paso es crear una asociación de amigos del llaut para, desde el punto de vista de las administraciones públicas, poder potenciar la recuperación de esta embarcación a través de todas las herramientas de las que dispone.
¿Qué papel juega el Club Náutico, en este caso el de Altea, en este proceso de recuperación de la memoria?
Su implicación está siendo muy buena. Desde el primer momento abrieron sus puertas al proyecto y, por ejemplo, nos han ofrecido un espacio en su revista trimestral para darle mayor visibilidad. Cualquier ayuda que nos pueden ofrecer, la prestan.
Antes me ha hablado de la impresión que le causó ver navegar a una embarcación con vela latina….
Sí y creo que sería muy bonito poder recuperarla de alguna manera. Es uno de nuestros objetivos para la temporada que viene.
«En Altea, entre el Club Náutico y el puerto público, hay unos 30 o 35 llauts, pero no salen a navegar»
¿Sabe cuál puede ser el censo de llauts que se encuentran en condiciones de navegación en la Costa Blanca?
Muchísimos más de los que pensamos. No tengo el censo, pero sí que hay muchos. Sólo en Altea, entre el Club Náutico y el puerto público, habrá unos 30 o 35, pero no salen a navegar.
«El llaut, aunque ha servido incluso como barco de guerra, de contrabando, de estraperlistas e, incluso, de paseo; está diseñado para pescar»
El llaut ha sido, tradicionalmente, un barco de pesca. ¿Cree que pueden desarrollarse proyectos turísticos basados en esa actividad pesquera?
Lo estamos planeado para el mes de noviembre. Ahora no es temporada de pesca, que empieza entre septiembre y octubre. El llaut, aunque a lo largo de la historia ha servido incluso como barco de guerra, de contrabando, de estraperlistas e, incluso, de paseo; está diseñado para pescar.
Por ello, estamos barajando la opción, que nos encantaría, de poder salir con el llaut a recuperar la historia y los usos de la pesca tradicional de la Bahía de Altea que, por suerte, sí continua viva.
Altea en llaut
Web: www.alteaenllaut.com
Teléfono: 682384359 / Email: alteaenllaut@gmail.com