El Parc Natural de la Serra Gelada, como todos los parajes naturales del mundo, muta con cada estación del año. En el caso concreto de este enclave, también cambia sustancialmente la forma en la que sus visitantes, tanto locales, nacionales e internacionales, tienen de disfrutarlo.
Cabe recordar que, aunque su elemento más visible es la propia montaña que le da nombre, la mayor parte de su territorio comprende el ámbito marino y, por lo tanto, se encuentra bajo las aguas del Mediterráneo.
Es allí, en el refrescante mar, donde en los meses estivales, que en la Costa Blanca abarcan mucho más allá de los tres que marca el calendario, se concentra la mayor parte de los amantes de la naturaleza y el llamado turismo activo que lo visitan. Y ahora que el calor deja de ‘apretar’, cuando los días se hacen más cortos y el mar se torna algo más bravío, toca calzarse y recorrer a pie sus senderos y caminos a lomos entre Benidorm, l’Albir y Altea.
El Camino del Faro es el lugar emblemático del Parc Natural de la Serra Gelada y uno de los más visitados de la Comunitat
Diversidad de rutas
Uno de los grandes imanes del Parc Natural de la Serra Gelada, además de su privilegiada ubicación junto a una de las mayores y mejores ofertas hoteleras de Europa, es, precisamente, la gran diversidad de rutas que ofrece a sus visitantes.
Desde la que lo cruza de punta a punta, apta sólo para aquellos con cierta experiencia y buen fondo físico, hasta el amable Camino del Faro de l’Albir, uno de los paseos más visitados de toda la Comunitat Valenciana.
Un faro muy visitado
Los pocos menos de cinco kilómetros que completan el trazado de ida y vuelta, desde la entrada del camino hasta la blanca fachada que cobija la linterna que sigue destellando cada noche como referencia a los marineros, se han convertido, con el paso de los años y el boca-oreja, en el lugar preferido para todos aquellos que quieren estar en contacto con la naturaleza sin la necesidad de hacer largos viajes en coche hasta llegar a paraje más recónditos.
Las continuas mejoras que el propio Parc Natural, junto al ayuntamiento de l’Alfàs del Pi, han venido realizando en este camino, han permitido que lo que antaño era una tortuosa ruta que el farero debía realizar, con la ayuda de mulas, para conseguir suministros y seguir con su solitaria vida, sea ahora un paseo del que disfrutar en familia y que no presenta dificultad alguna para sus visitantes.
Pero, pese a todas esas actuaciones, todavía quedaba una última barrera por derribar: la accesibilidad total. Y como no hay crisis que no presente, a su vez, una oportunidad, la imperiosa necesidad de atraer a nuevos turistas en este invierno coronavírico que se nos viene encima, ha permitido que el consistorio alfasino haya atacado, por fin, esa cumbre.
La actuación ha complementado las realizadas con anterioridad y que ya permitían a personas con movilidad reducida disfrutar del camino
Nuevo paso adelante
Ahora, gracias a la colaboración entre el ayuntamiento de l’Alfàs del Pi, la conselleria de Medio Ambiente y el ente gestor del Parc Natural de la Serra Gelada, la ruta del faro se ha convertido en accesible.
Si hasta ahora la ruta principal del Parc Natural, el Paseo del Faro de l’Albir, era ‘transitable’, es decir que personas con movilidad reducida en sillas de ruedas manuales o eléctricas podían acceder y recorrer completamente el trazado, ahora se han añadido nuevos elementos que permitirán a ese colectivo disfrutar de toda la experiencia de la visita igual que lo hacían el resto de personas.
Tras años de inversiones y mejoras, ha llegado el momento de hacer esta ruta completamente apta para sillas de ruedas
Accesibilidad total
Tal y como ha explicado el propio alcalde alfasino, Vicente Arques, lo que se ha hecho ahora es “promover un proyecto que contempla obras de mejora en ciertos puntos de la ruta del faro para que definitivamente se convierta en una ruta accesible. Estas obras, que ha ejecutado la concejalía de Medio Ambiente y la Conselleria a través del ente gestor del Parc Natural Serra Gelada, han consistido en el pavimentado de los accesos a áreas de descanso y merenderos para que cualquier usuario de silla de ruedas, o personas con movilidad reducida, puedan acceder a las mismas y, así, hacer pleno uso de esta emblemática ruta del Parc Natural”.
Arques añade, en este mismo sentido, que el mayor reto de esta actuación ha sido, evidentemente, conseguir la total accesibilidad de esta ruta y que, para ello, “se han tratado de eliminar aquellas restricciones que impedían a personas con alguna discapacidad acceder. Desde el primer momento siempre se han tenido en cuenta requisitos, como que el Parc Natural cuente con aparcamientos de uso público, con plazas de aparcamiento reservado para las personas con discapacidad, que haya proximidad a los accesos para peatones, y que se cumpla con las dimensiones mínimas establecidas de calles o aceras de entrada accesibles”.
Gracias a estas últimas actuaciones, “los espacios de recreo del Parc Natural cuentan con rutas de acceso y senderos de recreo accesibles. Los desniveles de terreno están correctamente señalizados, así como el acceso principal; el pavimento de todas las rutas y zonas de recreo es antideslizante, y los senderos de circulación tienen una anchura mínima de 1,50 metros para los peatones y las personas usuarias de sillas de ruedas”, concluye Arques.