Entrevista > Francisco García de Quirós / co-fundador empresa Emxys
La conquista del espacio sigue siendo uno de los máximos deseos del ser humano. La mirada desde el espacio exterior puede predecir los fenómenos naturales y evitar tragedias o hacer más ágil su atención. También hace posible analizar el deterioro que sufre el Mundo o cómo volver más productivas sus tierras sin afectar el medio ambiente.
Emxys es una compañía innovadora nacida en la Universidad Miguel Hernández (UMH), que diseña, desarrolla y produce instrumentos para aplicaciones espaciales, tanto científicas como comerciales.
Participación internacional
La experiencia acumulada durante años en ingeniería y servicios I+D para aplicaciones espaciales científicas y comerciales, les permite afrontar procesos completos involucrando desarrollos electrónicos de alta complejidad.
Desde su creación en 2005, Emxys ha participado ya en numerosos proyectos con la Agencia Espacial Europea (ESA) y la NASA, y con las principales agencias espaciales nacionales como la alemana (DLR) o la japonesa (JAXA), incluyendo entre ellos equipos que han participado en cuatro misiones al espacio.
«La misión HERA tratará de desviar asteroides con riesgo de impacto en la tierra»
Misiones científicas
En la actualidad participan, entre otros, en un importante e histórico proyecto (misión HERA) combinada de ESA y NASA, que involucra a numerosos países, para alejar asteroides que puedan poner en peligro a nuestro planeta si llegaran a impactar, alterando su trayectoria orbital por medio de un impacto a alta velocidad.
Además, están inmersos en otros proyectos como satélites de comunicación, misiones científicas a Marte o sistemas de propulsión efectivos para la mitigación de escombros en el espacio. Los creadores son dos profesores de tecnología electrónica de la UMH: José Antonio Carrasco y Francisco García de Quirós.
¿En qué consiste la misión HERA?
Es una importante misión de defensa planetaria que consiste en enviar dos naves robóticas al espacio: la nave europea HERA y la nave norteamericana DART. Serán enviadas el próximo año con el objetivo de desviar el curso de asteroides. El primer objetivo ya está marcado, y se trata de un asteroide al que llamamos DIDYMOS, y que se encuentra orbitando entre la tierra y Marte en el cinturón de Apolo.
Mide 800 metros de diámetro, se encuentra a dos millones de kilómetros, y a la velocidad que se mueve supone un peso de millones de toneladas que si cayera en la tierra supondría una catástrofe global. Un asteroide es un cuerpo celeste rocoso, más pequeño que un planeta y mayor que un meteoroide.
No hay por qué preocuparse porque no hay indicios de que esto vaya a ser así, pero nos hace ver una idea de la importancia que tiene este proyecto internacional cuando se ponga en marcha, porque ese asteroide es solo uno de los millones que circulan por el espacio.
¿Cuál es el objetivo de vuestro satélite de comunicación ODALISS?
Estamos desarrollando un satélite que se va a fabricar íntegramente en Elche, destinado a aplicaciones de altas prestaciones capaz de manejar gran cantidad de datos. Contará con sistemas de comunicaciones por láser y cámaras de observación de la tierra que enviaran los datos a una velocidad de 100 Mb/s.
Al comunicar con la tierra mediante un haz laser en lugar de mediante comunicaciones de radio, como es tradicional, éste es un satélite muy difícil de interferir por lo que ofrece una máxima seguridad ante posible intromisión.
La observación de la tierra, a través de este sofisticado satélite, está capacitado para el control de fronteras, vigilancia para el cambio climático, detección del avance de la desertificación, emisiones de contaminación o el control de plagas. A través de este sistema se podrían prevenir desastres naturales. Tanto la agencia espacial europea como empresas de telecomunicaciones están interesados en adquirirlo, y en un año estará ya disponible.
«El retorno de muestras de Marte pretende recuperar material de su suelo para entender mejor al planeta rojo»
¿Entre vuestros destinos marcados está Marte?
Hemos diseñado un sensor de navegación de radiofrecuencia que está planeado para estar a bordo de la nave espacial Mars Sample and Return y recoger muestras. La Misión de retorno de muestras de Marte de la ESA y pretende recuperar medio kilogramo de material de suelo de Marte al aterrizar una nave espacial en su superficie, que la cargará en una esfera de 23 cm y que posteriormente será enviada a la órbita alrededor del planeta.
Esta esfera será capturada por una nave espacial más grande que luego viajará de regreso a la Tierra con las muestras de Marte. Para encontrar la esfera de tamaño de balón de la nave espacial que regresa, y gestionar las maniobras de encuentro y captura, entran en juego un conjunto de sensores como el de navegación por radiofrecuencia de largo alcance desarrollado, el primero capaz de detectar la esfera desde una distancia de 3.000 Km.
¿Cuál es la función de la agencia espacial europea?
ESA es una organización internacional con 22 Estados como miembros. Mediante la coordinación de los recursos financieros e intelectuales de sus miembros, puede emprender programas y actividades que van más allá del alcance de cualquier país europeo. La misión de retorno de muestras de Marte de la ESA es clave para entender al Planeta Rojo.
«Las informaciones sobre indicios de vida en Venus hay que tomarlas con mucha cautela»
Recientemente se han detectado posibles indicios de signos de vida en Venus ¿Qué opinan ustedes?
Son informaciones que hay que tomar con mucha cautela. Se buscan evidencias de actividad biológica, pero habrá que esperar para saber si eso es posible. Noticias recientes sobre la detección de Fosfano en la atmósfera son esperanzadoras, pero es posible que esta substancia se esté produciendo por algún proceso químico desconocido hasta ahora en la atmósfera de Venus.
Hay que descartar todas las posibilidades antes de atribuir la existencia de este gas a procesos metabólicos de posibles formas de vida. Hace años surgió la misma posibilidad en Marte tras detectarse metano en su superficie, producida por algunos signos de actividad volcánica, y seguimos sin encontrar allí rastro de vida.
En cualquier caso, enviar satélites de inspección a Venus sería muy conveniente, aunque complicado porque es un planeta que registra condiciones muy agresivas, presiones y temperaturas altísimas que llegan hasta los 400 grados y un ambiente altamente corrosivo, por lo que sería muy complejo recoger cualquier tipo de muestras.
Por otro lado, el tiempo y las distancias se miden de otra manera en el espacio. Este es siempre uno de los principales impedimentos para lograr los objetivos de cualquier misión espacial. Todo se mide en millones de kilómetros y años luz. Esto supone que los proyectos tengan que ser siempre a largo plazo.