Entrevista > Isabel Navarro Cerdán / Periodista y escritora (Petrer, 10-junio-1977)
A los 18 años, Isabel Navarro decidió cambiar el clima mediterráneo por la meseta castellana para labrarse un futuro profesional. Sin olvidar sus raíces, dejar atrás la tranquilidad de Petrer para abrazar el ritmo frenético y acelerado de Madrid, le ha traído muchas satisfacciones, tanto a nivel personal como laboral.
En la gran ciudad se licenció en Periodismo, comenzando desde muy pronto a moverse en medios de comunicación de tirada nacional como ‘La Razón’, ‘XL Semanal’ o ‘Mujerhoy’, revista de la que llegó a ser redactora jefe durante nueve años (2011 – 2020).
En 2004 cruzó el charco y fue profesora de Comunicación en la Universidad Anáhuac de México, de donde se trajo una experiencia “muy emocionante”. Su extensa carrera de más de dos décadas se ha visto recompensada con varios galardones, entre los que destacan el Premio Tiflos, el premio UNICEF de Periodismo y el de la Asociación de la Prensa de Madrid, entre otros.
Poesía como gesto vital
En la mente de esta inquieta redactora hay también lugar para la poesía, otra de sus grandes pasiones, que utiliza para dar rienda suelta a su innata sensibilidad y que complementa su personalidad periodística a la perfección como “dos vasos comunicantes”.
Buena prueba de ello son los dos libros que ha publicado: ‘Inane’ (Premio de Poesía Blas de Otero 2007 de la Universidad Complutense) y ‘Cláusula suelo’ (2016), donde centró su mirada en los efectos devastadores de la última crisis económica.
Actualmente trabaja en el departamento de Cultura de la ONCE, donde escribe y realiza un podcast mensual sobre cine y series; además, escribe en la revista ‘Traveler’ y dirige un taller online de poesía y periodismo en la Fundación José Hierro de Getafe.
Compromiso con su género
El 6 de noviembre será la protagonista de la conferencia enmarcada dentro del XXXIII Otoño Cultural organizado por la concejalía de Cultura de Petrer, con ‘De las Sin Sombrero a las Sin Nombre’, una reflexión en clave femenina y feminista sobre el papel de las mujeres escritoras a lo largo de la historia y su silenciamiento en una sociedad machista que durante siglos ha ahogado su creatividad, relegándolas a un mero papel hogareño y casi decorativo.
En su conferencia, Navarro expondrá la dura realidad de muchas mujeres fascinantes, olvidadas tras un grueso velo de silencio, y sobre las que poco o nada ha trascendido. Vanguardistas, cultas y abiertas a los aires de modernidad que soplaban en Europa, la inmensa mayoría de ellas chocaron con obstáculos insalvables en forma de indiferencia, obligadas a redoblar esfuerzos para demostrar su valía frente a sus colegas masculinos.
Con su talento contribuyeron a engrandecer la cultura y las artes, pero el reconocimiento les fue esquivo por culpa de una sociedad que siempre las quiso arrinconar.
En la conferencia que vas a dar en Petrer vas a hablar de las mujeres escritoras olvidadas de la historia, ¿desde qué perspectiva lo vas a tratar?
Voy a hacer un ejercicio en el cual quiero que la gente se dé cuenta de cómo la manera que tenemos de ver la realidad invisibiliza a muchas mujeres que han construido el mundo. Desgraciadamente nos hemos acostumbrado a mirar fotos, a ver cuadros y a leer la Historia sin echar de menos a estas mujeres. Ahora nos hemos empezado a dar cuenta de que hay grandes ausentes por todas partes, mujeres que no es que no estuvieran, sino que no las conocemos porque no nos las han contado.
Y no es que haya sido fruto de una operación sofisticada como las que se hacía en los regímenes totalitarios al borrar literalmente a los “traidores” de las fotos, sino que sencillamente se las ha ido haciendo desaparecer con condescendencia, ignorancia o menosprecio.
«Hay mujeres de la Generación del 27 tan importantes o más que algunos de sus colegas contemporáneos»
¿Estás pensando en alguna época en concreto?
Por ejemplo, en las mujeres de la Generación del 27 tan importantes o más que algunos de sus colegas contemporáneos eran escritoras que compartían con ellos las mismas editoriales, las mismas revistas, creando a su lado todo ese movimiento literario. Estaban ahí, pero llega un momento en que la estructura patriarcal las va haciendo desaparecer, terminando relegadas a una mera referencia a pie de página al lado de sus compañeros.
¿A qué respondía ese interés por borrarlas?
No es un interés oculto, al final el patriarcado tiene sus propios mecanismos para que el rol serio, el que implica la autoridad y la credibilidad, lo adopte un hombre. Es un mecanismo naturalizado que se aplica de manera inconsciente a muchísimos esquemas de la vida cotidiana, que conduce a que todo lo que hace la mujer parezca invisible, una manera de perpetuar una serie de roles en los cuales el hombre ha tenido siempre un papel preponderante. Afortunadamente, ha habido mujeres que han escamoteado ese ninguneo, aunque son las menos.
Tu conferencia se centra en ‘Las Sinsombrero’, un grupo de mujeres vanguardistas que hubo en nuestro país en los años 30. ¿Qué importancia tuvieron en la cultura de la época?
‘Las Sinsombrero’ era una denominación que se ha acuñado muy recientemente para denominar a un movimiento de modernidad que hubo en la España de los años 20 y 30 en el que las mujeres tuvieron un gran protagonismo a través de instituciones como el Liceum Club Femenino. El nombre hace referencia a ese gesto transgresor que realizaron unas mujeres de quitarse el sombrero en público, cuando lo normal era llevarlo y el no llevarlo era señal de libertad, como lo fue en los años 60 la minifalda.
En aquella época había en España una modernidad que no nos podemos ni imaginar, con una cantidad enorme de periodistas, escritoras y pintoras a la vanguardia de lo que se estaba creando en el mundo. Ellas, por la libertad que tenían al pertenecer a una clase alta y culta, y la formación adquirida por haber viajado, traían nuevos aires, conocían lo que estaba pasando fuera de España y eran la punta de lanza de lo que estaba ocurriendo en muchos lugares del mundo.
Con la llegada de la Guerra Civil y el franquismo, todo este vanguardismo se diluyó, arrinconándose a las mujeres a su papel doméstico y de ángel del hogar. Muchas se tuvieron que exiliar, otras fueron represaliadas y otras se recluyeron en el exilio interior, y toda esa potencia creativa y toda la libertad que ellas habían ejercido se vio reprimida.
«La lucha por los derechos de la mujer es una maratón»
¿Cómo ves el papel de la mujer actual? ¿Siguen haciendo falta gestos como el de quitarse el sombrero?
Obviamente hemos avanzado muchísimo, no sin esfuerzo ni sacrificio, aunque lo que en teoría se ha logrado en la realidad se queda en papel mojado cuando la mujer vuelve a ser la principal cuidadora tanto de sus hijos como de sus padres.
Lo público sigue estando ocupado en su mayor parte por varones, y la mujer, si llega arriba, tiene que pagar un precio muy alto en su vida personal. Siguen faltando mujeres en puestos directivos importantes, sigue habiendo una apertura del año judicial sin mujeres, seguimos viviendo en un país donde no ha habido ninguna mujer presidenta del gobierno… La lucha por los derechos y las libertades de la mujer es una maratón, no un sprint.
El esfuerzo que tenemos que hacer por llegar al mismo sitio que el hombre es doble, el patriarcado es un dragón herido y caído, pero está dando unos últimos coletazos muy fuertes. Hemos avanzado, pero todavía queda mucho machismo que se resiste a desaparecer. Estamos viendo unas cifras de violencia de género altísimas, con mucho sometimiento, sobre todo entre la gente joven.
¿A qué mujer te hubiera gustado conocer?
Hay tantas… Sin embargo, si tuviera que decantarme por una sola lo haría por una periodista y novelista de los años 30 que tuvo que exiliarse en México, a la que yo admiro muchísimo y sobre la que voy a hablar en la conferencia, que se llama Luisa Carnés. Una mujer a la que se está recuperando últimamente, modernísima y muy valiente, con una obra escrita de una manera muy contemporánea.
«En Petrer hay una vida cultural impresionante»
Y ahora, centrándonos en tu faceta profesional, te fuiste de Petrer a Madrid muy joven a estudiar Periodismo y te quedaste allí a vivir, ¿cómo asimilaste ese cambio?
Echando mucho de menos a la familia, claro, pero a la vez tenía tanta hambre por descubrir y conocer el mundo que, aunque el contraste fue muy grande y hubo también muchos momentos de soledad, recuerdo aquella etapa como vertiginosa y apasionante. Pero con el tiempo, y sobre todo cuando tienes una familia, te das cuenta de que Madrid es una ciudad durísima y empiezas a valorar muchas de las cosas que dejaste atrás.
No tiene ningún sentido minusvalorar a una ciudad como Petrer (porque no es un pueblo, aunque lo llamemos así por costumbre). Es impresionante la vida cultural que hay en Petrer y el activismo, la solidaridad y la participación de la sociedad civil en tantos campos: culturales, sociales, políticos y también lúdicos, como la fiesta.
«Intento ser poeta cuando hago periodismo y periodista cuando hago poesía»
Otra vertiente importante tuya es la poesía. ¿Dónde te mueves más a gusto, en tu mitad periodística o poética?
Trato de que haya siempre vasos comunicantes entre ambas disciplinas, me gusta pensar que soy poeta cuando hago periodismo y periodista cuando hago poesía, intento que la sensibilidad poética esté presente en lo que escribo periodísticamente y viceversa. Procuro crear en un terreno común, porque la diferencia de géneros también es artificiosa, incluso en literatura. Para mí todo es literatura, tanto la poesía como el periodismo. En cualquier caso, soy yo en los dos terrenos y ambos están íntimamente vinculados.
«Para mí todo es literatura, tanto la poesía como el periodismo»
¿Tienes en mente escribir algún otro libro?
De poesía ahora mismo no. Tengo preparado uno de entrevistas que les he hecho a escritoras, que en algún momento verá la luz, pero de momento está ahí, reposando. Lo que sí que está a punto de salir es un ensayo que me han encargado sobre la cantante Rosalía.
«Las empresas periodísticas se encuentran en absoluta decadencia»
¿Cómo ves en estos momentos la profesión periodística y la actualidad informativa que estamos viviendo?
Estamos en un momento único que solo podremos juzgar cuando pase un tiempo y miremos hacia atrás, porque el periodismo es la historia que se escribe en presente. Estamos demasiado metidos en todo lo que está pasando con el coronavirus, como para saber si la profesión periodística ha estado a la altura.
Las que no lo están son las empresas periodísticas, que se encuentran en absoluta decadencia, y eso acaba repercutiendo en el periodista de base. La profesión está mal pagada y no hay tiempo ni hay manos suficientes. Y a eso se suma que los medios cada vez son más dependientes de los poderes económicos y políticos, y eso influye en la calidad y el rigor del trabajo.