Entrevista > Odile Rodríguez de la Fuente / Bióloga y comunicadora (Madrid, 14-febrero-1973)
Fue uno de los hombres más queridos y respetados de su época. Sus programas de televisión eran seguidos masivamente por una audiencia millonaria, hipnotizada por la forma tan particular que tenía de transmitir sus conocimientos por la naturaleza y el medio ambiente, en una sociedad poco acostumbrada entonces a oír hablar de concienciación ecológica.
Félix Rodríguez de la Fuente, fallecido a los 52 años en un fatal accidente de avioneta el 14 de marzo de 1980 en Alaska mientras preparaba uno de los episodios de ‘El hombre y la tierra’, fue uno de los comunicadores más populares en la España de los 70, cuyas enseñanzas, cuarenta años después de su muerte, siguen aún muy vigentes.
Odile Rodríguez de la Fuente, la menor de sus tres hijas, tenía tan solo 7 años cuando su padre perdió la vida en las gélidas tierras del continente americano. Desde muy pronto asimiló las enseñanzas de su progenitor, poniendo cara al empeño de transmitir y dar a conocer su impresionante legado profesional a las nuevas generaciones. Licenciada en Biología y Producción de Cine, creció en un hogar donde el cariño por la naturaleza y los animales siempre han sido una prioridad.
Libro conmemorativo
Coincidiendo con el 40 aniversario de la desaparición del recordado naturalista, Odile ha publicado un libro profusamente ilustrado titulado ‘Félix. Un hombre en la tierra’, donde a lo largo de diez capítulos recoge las reflexiones de este pionero visionario, que fue una de las primeras personas en nuestro país en alertar sobre el cambio climático y en declarar su respeto al resto de las especies que habitan el planeta.
La obra es una selección de los textos más significativos y desconocidos del trabajo del divulgador, así como las transcripciones de sus principales intervenciones radiofónicas y televisivas.
El 13 de noviembre la comunicadora viene a Petrer como cierre de las conferencias del ciclo del Otoño Cultural, organizadas por la concejalía de Cultura del Ayuntamiento petrerí y CaixaPetrer, que este año alcanzan su 33 edición, para hablarnos del impresionante legado de su padre y para trasmitirnos que evitar el calentamiento global y restituir el orden medioambiental está en nuestra mano.
La conferencia que te trae a Petrer gira en torno al libro que has publicado sobre la obra de tu padre, ¿desde qué perspectiva lo vas a tratar?
Voy a hablar de las claves que hay detrás de él, por qué apareció el fenómeno Félix y qué hizo de él un comunicador extraordinario que logró cambiar la mentalidad de todo un país en relación con la naturaleza.
Mi padre siempre impregnaba sus mensajes de aspectos filosóficos que tenían que ver con las grandes cuestiones que siempre han estado ahí: quiénes somos, de dónde venimos, dónde estamos y hacia dónde vamos. Fue un adelantado a su tiempo porque nos habló del reciclaje, de las energías renovables, de las ciudades del futuro… Siempre ha sido una fuente de inspiración inagotable.
Háblame del libro, ¿qué podemos encontrar en sus páginas?
He hecho una inmersión en la obra radiofónica, audiovisual y escrita de mi padre, y lo he estructurado en diez capítulos que conforman los ejes tanto de su personalidad, como de su visión del mundo y de las cosas. Bajo cada uno de estos capítulos he escrito una introducción y un compendio de su pensamiento y de sus mejores citas. Es muy fácil de leer, es como una biblia de su pensamiento.
Tu padre fue un pionero en muchos sentidos, habló de calentamiento global y de respeto a la naturaleza cuando casi nadie lo hacía en este país.
No me deja de sorprender, fue una fuente de conocimiento y de acercamiento a la naturaleza constantes. Hay muchísima gente a la que les ha inspirado y les ha causado un gran impacto.
«Es impresionante el cariño que, 40 años después de su desaparición, sigue arrastrando Félix Rodríguez de la Fuente»
¿Por qué te decidiste a recuperar su legado?
Fue GeoPlaneta la que se puso en contacto conmigo recordándome que este año se cumplía el 40 aniversario del fallecimiento de mi padre, y querían ofrecerme la oportunidad de escribir un libro sobre él. Al principio no lo tenía nada claro porque ya se han escrito muchas biografías y documentales, pero vi que había un vacío sobre el compendio de su pensamiento.
También me convenció darme cuenta de que estamos en un momento crucial con el cambio climático y con los enormes retos que tenemos por delante.
«El público agradece y necesita este tipo de divulgación, de descubrir el mundo en el que vive»
¿Cómo te sientes viendo que después de 40 años de su fallecimiento la gente le siga recordando con tanto cariño?
Es impresionante y un privilegio. El público agradece y necesita este tipo de divulgación, de descubrir el mundo en el que vive.
Una de sus pasiones, que no todos conocen, era la cetrería.
Él fue la persona que resucitó el arte de la cetrería en España, y toda su vida la practicó.
Su forma de comunicar era muy particular y tenía un don muy especial para llegar al público
Sí, de hecho, uno de los capítulos que le dedico a esto se llama ‘La palabra’. Era espontáneo y nunca escribía un guion, eran todos improvisados, sin un esquema previo. El arte de la comunicación tan extraordinario que tenía mi padre es digno de ser estudiado y analizado.
«Soy la fan número uno de mi padre»
Ser hija de Félix Rodríguez de la Fuente te habrá dejado una profunda huella
Por supuesto, como me dedico a lo mismo que él me confieso su fan número uno. Es una doble admiración: como figura paterna y como figura profesional.
Cuando él murió tú tenías siete años, ¿qué recuerdas de aquel día?
Terrible, como un agujero que se abre bajo tus pies. Es muy difícil de procesar para una niña de esa edad, donde el padre es una fuente de seguridad permanente y de amor inabarcable. Te genera un sentimiento de profunda tristeza y de pérdida inasumible. Algo que marca tu vida.
Todos conocemos su faceta pública, pero ¿cómo era como padre?
Era una persona muy cariñosa, muy de abrazar, recuerdo estar todo el rato subida a él. Le recuerdo como alguien muy próximo y con una gran curiosidad por el universo infantil.
¿Desde cuándo te sientes atraída por todo lo relacionado con la naturaleza y el medio ambiente?
Desde que tengo conciencia siempre ha estado conmigo. Durante mucho tiempo me pregunté si quizá fue a raíz de la muerte de mi padre y si desarrollé esta vocación como una forma de ocupar ese vacío. Cuando se crea la fundación, hicimos un gran trabajo de archivo y vimos una revista de la época en la que salía yo en la portada con mi padre, y el titular era “Mi hija pequeña quiere seguir mis pasos”. Ahí me di cuenta que ya tenía esta inclinación antes de que falleciese.
¿Crees que sigue vigente el legado que nos ha dejado?
Sí, en todas esas personas a las que marcó y que le recuerdan 40 años después.
«Los próximos diez años van a ser determinantes para el futuro del planeta»
En tus conferencias insistes mucho sobre el calentamiento global, ¿realmente estamos destruyendo el planeta?
Siento tener que decirlo, pero la situación es realmente muy crítica, mucho más de lo que se dice. Los próximos diez años van a ser determinantes en el curso que va a tomar el estado vital del planeta, y eso va a tener un efecto directo sobre nosotros.
Pero no me gusta centrarme solo en eso. A mí, como divulgadora medioambiental, me encanta lanzar mensajes impregnados de asombro, de belleza, de curiosidad, de descubrimiento de todo lo que nos aporta la naturaleza y sobre todo de mucha esperanza, porque la naturaleza, a nada que la descubras, tiene un potencial de salvarnos enorme.
¿Estamos a tiempo de frenar ese deterioro? ¿Cómo podríamos hacerlo?
Son infinitas las cosas que se pueden hacer: saliendo a la naturaleza y recuperando el vínculo que tenemos con ella; dedicarnos tiempo a desarrollar un crecimiento personal; ser más selectivos con lo que consumimos; instalar paneles de energía solar en los tejados de las casas o de los edificios; tener un vehículo eficiente; consumir de forma consciente productos de cercanía; implicarte en la educación de tus hijos y sacarlos a la naturaleza… Todas estas medidas van a mejorar sustancialmente nuestra calidad de vida y el sentirnos mucho más plenos y felices.
¿Qué crees que diría tu padre sobre todo lo que está pasando en el planeta?
Se sentiría profundamente preocupado, sería el adalid de todos estos temas y estaría concienciándonos constantemente, pero haría una lectura positiva. Estaría diciéndonos que quizá el tocar fondo forma parte de un proceso de despertar, que esta crisis es la mejor oportunidad que hemos tenido como especie para reinventarnos, para sacar lo mejor de nosotros mismos.
¿Y sobre la crisis del coronavirus, que opinaría?
Un poco lo mismo, trataría de extraer las lecciones de algo como lo que nos está pasando. Plantearía lo vulnerables que somos y cómo nos hemos convertido en una especie muy arrogante en relación con la naturaleza. Nos recordaría que somos una especie que dependemos del entramado de la vida. También hablaría de la importancia de la ciencia, de que tenemos que escuchar más a los científicos que son los que saben.
«La biodiversidad es un tampón natural a la propagación de enfermedades producidas por virus y bacterias»
Algunas voces alertan de que el coronavirus es un invento de laboratorio, ¿qué opinas al respecto?
Necesito más datos para opinar sobre ello, no me gusta elucubrar sobre temas de los que no tengo información fehaciente. Sí que te puedo decir que epidemias, pandemias y enfermedades, van a ir al alza con la pérdida de biodiversidad.
La biodiversidad es un tampón natural a la propagación de enfermedades producidas por virus y bacterias. Cuanto más sanos están los ecosistemas, menos probabilidad hay de que existan este tipo de enfermedades.
¿Podría ser una especie de venganza o de efecto rebote de la naturaleza por haber sido el ser humano tan agresivo con ella?
Es un mecanismo natural. Podríamos decir que las epidemias y las pandemias son como resortes de la naturaleza para devolver el equilibrio entre especies a la propia diversidad. Es normal que ocurra cuando hay un gran impacto sobre los ecosistemas por la proliferación de una sola especie, la nuestra, que vive de una forma muy desnaturalizada.
«Es muy importante que nos demos cuenta de que no somos los dueños de la naturaleza»
Llama la atención que, con apenas unas semanas de confinamiento, la propia naturaleza se haya regenerado por sí sola
Está claro, la naturaleza lleva aquí 4.000 millones de años y ha ido mejorando y produciendo ingentes cantidades de especies. Nosotros, de alguna manera, entrañamos el legado de todo ese tiempo sobre la tierra, somos un producto de la naturaleza y de la evolución de la vida sobre la tierra.
Como tales, deberíamos tener un enorme sentido de responsabilidad sobre las otras formas de vida. Es muy importante que nos demos cuenta que no somos los dueños de la naturaleza.