Para cualquier administración, tanto en el ámbito privado como en el público, el presupuesto anual es uno de los documentos más importantes de cada ejercicio. Más allá de las prioridades que cada organización pueda marcarse, en base a sus objetivos empresariales o políticos, cada una de las acciones que quiera poner en marcha deben ir respaldadas por una dotación económica que haga viable el desarrollo de las mismas.
Los ciudadanos suelen mirar con cierta despreocupación y lógica incomprensión las complicadas cuadraturas de cuentas de la Unión Europea o el Gobierno de España, pero, por cercanía y una mejor capacidad de interpretación, estudian con cierto interés las propuestas que a principios de cada año natural ponen sobre la mesa sus representantes municipales.
Interés por el día a día
Al fin y al cabo, al común de los mortales le interesa, es verdad, si cerca de su casa va a tener una nueva estación del AVE, un aeropuerto mejorado, una nueva carretera nacional o una nueva infraestructura sanitaria; pero le interesa mucho más, porque es más tangible en su día a día, si va a ver arreglado ese bache que le machaca diariamente la amortiguación del coche, si podrá acceder a una ayuda para el pago de una tasa municipal o si tendrá la opción de enviar a sus hijos a escuelas deportivas o actividades extraescolares de ámbito local. En otras palabras, el día a día.
Adaptabilidad presupuestaria
Durante muchos años ese documento municipal contaba, a grandes rasgos, con tres grandes bloques de los que dos permanecían relativamente inalterables. Los ayuntamientos, también el de l’Alfàs del Pi, podían anticipar, en base a la actividad económica del ejercicio anterior y otras variables predecibles, los ingresos que iban a obtener. Además, las partidas de gasto para los servicios básicos también podían ser relativamente fáciles de predecir. En definitiva, el presupuesto municipal sólo debía modificarse de forma sustancial en el apartado de inversiones para adaptarse a las necesidades cambiantes de cada momento.
El presupuesto es un documento vivo que, aunque encorseta y fija el rumbo de la economía local, siempre está en disposición de adaptarse a los vaivenes de la realidad del entorno al que afecta. Esa fue siempre una máxima que, sin embargo, pocas veces tuvo que aplicarse de forma decidida más allá de algún retoque mínimo.
Pero llegó 2020 y, con él, un elemento microscópico que lo hizo saltar todo por los aires. La economía, literalmente, se paró y nada de lo previsto, lo presupuestado y lo aprobado sirvió de la noche a la mañana, para nada. Tocaba demostrar que, efectivamente, un presupuesto es un documento vivo y que tanto los responsables políticos como, sobre todo, el propio sistema burocrático que marca la aplicación de estos documentos tenían la ‘cintura’ suficiente como para dar respuesta a las necesidades del ciudadano.
«Todas las partidas de las actividades que la covid no nos ha permitido realizar se han destinado a apoyar a las personas que lo necesitan» V. Arques
Reacción rápida
Efectivamente, el equipo de gobierno de l’Alfàs del Pi supo agarrar un documento recién aprobado y reconvertirlo. El presupuesto local, como sucedió en todos los municipios que ya habían aprobado sus cuentas, quedó en marzo en papel mojado.
“En primer lugar tuvimos que eliminar las actividades que la propia COVID no nos permitía realizar. Todas esas partidas se destinaron, además de forma muy rápida, a apoyar a las personas que lo necesitaban. Además, hay que romper una lanza a favor de las asociaciones y colectivos de l’Alfàs del Pi, que han propuesto que parte de sus partidas vayan también a estas acciones”, recuerda Vicente Arques respecto a ese momento.
Se mantiene activas las exenciones de diversas tasas municipales destinadas a aliviar la presión sobre empresarios y comerciantes
El primer edil alfasino se muestra satisfecho por el hecho de que “hemos movido cerca del medio millón de euros de distintas áreas a servicios sociales. Fue una adaptación rápida. Al momento. Además, también tomamos rápidamente una serie de medidas que, más o menos, han tomado todos los municipios como eliminar la tasa de sillas y mesas de la hostelería, la tasa de estacionado de los taxis, ayudas directas a empresas… Ha sido una situación única para nosotros. No la habíamos vivido nunca antes y creo que nos hemos sabido mover muy rápido”.
Arrancada en falso
Y así nos plantamos a las puertas del cambio del año. L’Alfàs del Pi, como el resto de la comarca, había salvado con nota las dos primeras olas de la enfermedad. Además, el optimismo por la inminente llegada de las vacunas hacía presagiar que, sin lanzar al vuelo las campanas del optimismo, las cuentas municipales de 2021 iban a poder diseñarse desde una perspectiva algo más constructiva que lo que podría haber parecido sólo unos meses antes.
Pese a ello, Arques reconoce que las mismas iban a “ser distintas porque en estos meses hemos visto como el Voluntariado Social o Cruz Roja han tenido asignaciones presupuestarias del doble de lo que tenían”, e incluso en el mejor de los escenarios posibles esas necesidades surgidas de la crisis económica no se iban a solventar de la noche a la mañana.
Pero esa arrancada anunciada se quedó en nada con el enorme golpe que ha supuesto la tercera ola coronavírica, que ha abierto una vía de agua en la economía valenciana como no habíamos visto en casi un año de pandemia. Por ello, tocaba volver a la mesa, a las hojas de cálculo y a los números.
Dos prioridades destacan sobre las demás: mantener vivas las economías familiares y las del tejido productivo local
Inyección al tejido productivo
Desde la concejalía de Hacienda de l’Alfàs del Pi se trabaja, desde hace ya semanas y meses, en disponer los distintos escenarios posibles para que la reacción ante las nuevas realidades que puedan surgir sea, como lo fue en 2020, lo más rápida y ágil posible. Así, dos prioridades destacan sobre todas las demás: mantener vivas las economías familiares y las del tejido productivo local.
Aunque la comparación pueda resultar muy desafortunada en estos tiempos, es evidente que la industria turística local precisa todavía de la ventilación asistida que la permita mantener el pulso, hasta que llegue el esperado momento en 2021 en el que se pueda ir retirando ese hálito vital y que sea sustituido por el movimiento propio.
Nuestra localidad recibe 1.277.037 euros procedentes del Plan Resistir promovido por la Generalitat Valenciana
Por todo ello, cobra vital importancia el primer gran anuncio económico del año realizado desde el consistorio: la recepción de un total de 1.277.037 euros procedentes del Plan Resistir promovido por la Generalitat Valenciana, dirigido a los sectores que están resultando más afectados por las restricciones a las que obliga la pandemia de la covid-19.
Ayudas a tiempo
Las ayudas, denominadas paréntesis, van a estar subvencionadas en un 62,5% por la Generalitat, un 22,5% por las diputaciones y un 15% por los ayuntamientos. Desde Hacienda explican que “tras su publicación en el DOGV, comienza el proceso para la concesión de estas ayudas, que llegarán en un momento muy oportuno para contribuir a remontar los negocios y actividades del sector turístico especialmente afectados por los efectos de la pandemia”.
Por su parte, el primer edil alfasino destaca que la llegada de este paquete de estímulos “ha sido posible gracias al consenso de Generalitat, diputaciones y ayuntamientos. Se van a poder beneficiar de estas ayudas alojamientos y actividades turísticas, hostelería, restauración y ocio nocturno, actividades artísticas y espectáculos, y actividades deportivas y de entretenimiento”.
A falta de definir con exactitud los detalles del plan, Arques adelantó que “se contemplan ayudas directas de 2.000 euros por autónomo o microempresa de menos de 10 empleados, que se verán incrementadas en 200 euros por cada empleado a su cargo. Unas ayudas dirigidas a cubrir gastos corrientes de la actividad de dichas empresas desde abril de 2020, que tendrán que ser justificados”.
Ayuda directa
Según las primeras estimaciones municipales, “en términos generales podrán beneficiarse del plan 45.000 autónomos y 23.000 empresas. A l’Alfàs del Pi se le han asignado 1.277.037 euros, una cantidad que se ha calculado en función del número de autónomos y empresas del sector afectados, y del número de afiliaciones a la seguridad social”.
En este caso, será el Ayuntamiento el encargado de su gestión y, una vez finalizado el proceso, de hacer llegar la ayuda a empresas y autónomos del municipio cuya actividad esté contemplada en el plan.
En cualquier caso, desde Hacienda se insiste en que este es sólo un primer paso, importantísimo por su impacto y cuantía, de cara a un arranque de año en el que l’Alfàs del Pi seguirá adaptando y reestructurando sus cuentas municipales, con el objetivo final de ser capaz de destinar la mayor cuantía posible a las economías familiares de los alfasinos