Entrevista > Abraham Fernández / Educador social y técnico de Servicios Sociales en el Ayuntamiento de Bigastro
El confinamiento y las actuales restricciones horarias y de movilidad que acatamos todos los ciudadanos han supuesto un duro golpe e interrupción en nuestras vidas, dejando muchas secuelas laborales, económicas, sociales e incluso psicológicas a nivel personal en muchísimos casos.
Los adictos y las víctimas de violencia de género han hecho frente como todos a esta situación, suponiendo un riesgo mucho más extremo para la integridad de estas personas. AQUÍ en la Vega Baja ha entrevistado a Abraham Fernández, técnico en Servicios Sociales y experto en este ámbito, para que nos cuente cómo estas personas que requieren de apoyos externos han vivido y viven la delicada situación que atravesamos desde marzo.
¿Cómo ha hecho frente al confinamiento una persona con problemas de adicción?
Obviamente mal. Hay que distinguir entre aquellas personas que se encontraban en un proceso de desintoxicación y se han visto obligadas a interrumpirlo o alterarlo, de aquellas que continúan consumiendo de forma resignada.
Pensemos que se ha modificado la rutina de quienes tenían problemas de adicción sociales (sustancias) o comportamentales (tecnologías, juego, etc.) y por lo tanto afecta a su nivel de estrés y de autocontrol.
Se recomienda que estas personas adictas estén vigiladas y acompañadas. ¿Se ha mantenido la vigilancia durante estos meses?
Tengo constancia de que sí. En el caso de quienes acuden a un centro de día se ha realizado el seguimiento por parte del personal de las organizaciones especializadas en adicciones vía telefónica o por videoconferencia; y en el caso de quienes residían en centros terapéuticos de desintoxicación y no contaban con apoyos familiares, han permanecido encerrados con educadores y terapeutas para poder seguir ayudándoles, evitando recaídas o abandonos.
En Servicios Sociales también hemos llevado un seguimiento personalizado de cada caso familiar donde teníamos constancia de consumos o riesgo de desarrollar alguna adicción; e inclusive en junio de este año, logramos en Bigastro que la Consellería de Sanidad nos acreditase la apertura de la Unidad de Prevención Comunitaria de Conductas Adictivas (UPCCA).
«Alcohol, cannabis y el uso de internet fueron adicciones al alza durante el confinamiento»
Según un informe del Observatorio Español de las Drogas y Adicciones publicado tras el confinamiento, se redujo el consumo de sustancias ilegales, pero aumentó exponencialmente el consumo de alcohol y el uso de internet. ¿Es válido ese estudio con la población de la Vega Baja?
No hay datos concretos en la Vega Baja, pero es lógico pensar que se haya producido una cierta bajada del consumo de sustancias ilícitas en detrimento de consumo de alcohol, atendiendo a que ha existido mayor dificultad para adquirir drogas ilegales, debido al confinamiento, a las continuas prórrogas de este, a las restricciones a la movilidad y a la economía.
A nivel nacional la compra de cerveza, por ejemplo, aumentó en más de un 75% en las dos primeras semanas de cuarentena. No olvidemos que el alcohol es una de las drogas más económicas y accesibles junto al tabaco, y se utiliza como forma de combatir la soledad a modo de estímulo. También se señala un aumento en el consumo de cannabis y en el abuso de internet o móvil durante los meses más restrictivos.
«Hay que activar una red comarcal que optimice nuestra intervención»
Actualmente no estamos confinados, pero sí vivimos con limitaciones horarias y restricciones de movilidad. Tras tantos meses, ¿tienes alguna sugerencia para conseguir que mantengan las adicciones a raya?
No existen recetas mágicas, aunque deberíamos aprender sobre lo ya recorrido y repasar nuestros programas y prácticas municipales. Hay que activar realmente un trabajo en red, por ejemplo a nivel comarcal, con los recursos existentes, no entiendo por qué se sigue actuando de forma individualizada, para actualizar las redes de atención, información, asesoramiento, prevención y tratamiento de adicciones.
Hay que apostar por una intervención y propuestas revisadas constantemente, modernizadas y que incluyan un mejor acceso a la atención. Reducir el estigma experimentado por las personas con trastorno debido al consumo de sustancias mediante campañas con alto impacto y, como no, apostar más que nunca por propuestas preventivas a nivel comunitario, a nivel familiar y a nivel escolar. Pero ojo, propuestas contextualizadas acordes a la cultura local. No todo vale, ni dos charlas es un proceso preventivo.
«El agresor se ha sentido más impune y seguro durante el confinamiento»
Hablemos ahora sobre la violencia de género. Basándote en los casos que llaman a tu puerta, ¿cómo ha sido el confinamiento para una persona que sufre este tipo de violencia no pudiendo separarse de su agresor?
Muchas mujeres, ya víctimas o en riesgo de serlo, se han encontrado con un aumento en el tiempo de convivencia entre ellas y la pareja agresora. Este aumento de tiempo, además de dificultar el poder hacer una llamada telefónica de auxilio para muchas mujeres, ha supuesto mayor control sobre ellas limitando su autonomía, así como el crecimiento de conflictos cotidianos por cuestiones familiares y domésticas. Y todo bajo un peligroso ‘paraguas’ a modo de percepción de seguridad e impunidad en quien infringe el daño o acoso.
La propia ONU ya advirtió que la violencia contra las mujeres durante el confinamiento fue otra pandemia en la sombra.
«La crisis ha propiciado que se incrementen los casos de violencia de género»
¿Tenemos en la Vega Baja muchos casos así?
La crisis por la covid ha propiciado que se incrementen estos casos en algunos sitios de forma sensible atendiendo a si es una ratio baja de población, y en otros con población a partir de 5.000 habitantes se ha podido ver que se han duplicado y hasta triplicado las denuncias.
Pero este incremento de la violencia se ve también a nivel nacional aumentando en más del 50% el uso telefónico del 016, o en la cifra de más de 4.000 detenciones por violencia machista durante las primeras seis semanas de cuarentena, que ofrecía el Ministerio como datos anecdóticos.
Gracias a Dios en la Vega Baja se destinan cada vez más recursos públicos y privados a la actuación frente a la violencia de genero.
«Solicitar en farmacias una ’Mascarilla 19’ activa un protocolo de ayuda a las víctimas»
¿Qué les recomendarías a esas personas en el caso de que decreten un nuevo confinamiento?
Primero intentar no perder el contacto social ya sea con familiares o con vecinos. Atreverse a denunciar en caso de tener un tiempo sin el agresor, pedir protección a través de la policía que suele patrullar o intentar acercarse a una farmacia y solicitar una ‘Mascarilla 19’.
En este último caso el personal farmacéutico realiza una llamada para alertar de la situación a los servicios de emergencia o municipales, quienes indicarán los pasos a seguir garantizando en todo momento la máxima discreción y confidencialidad.
Existen muchas otras formas como la violencia de género digital, más silenciosa pero que afecta cada vez a víctimas en edades más tempranas. ¿En qué consiste?
Consiste en agresiones que tienen lugar por medios telemáticos y digitales como WhatsApp o redes sociales, pudiendo llegar a generar daños psicológicos irreversibles en las parejas o exparejas y que se producen de forma sostenida y repetida en el tiempo.
Podemos traducirlo en cambiar o falsificar datos personales sin autorización, controlar cuentas en las redes sociales, suplantación de la identidad sin consentimiento, acecho mediante herramientas de geolocalización, comentarios abusivos o sexualizados, conductas reiteradas de acoso, difusión de información personal sin consentimiento, extorsión, etc.
¿Cómo podemos detectar que una persona cercana o familiar sufre este tipo de violencia de género?
La mayoría de las chicas o mujeres que son víctimas no saben cómo reaccionar ni qué medidas tomar. Es imprescindible disponer de información y ayuda para detectar cualquier caso de ciberacoso en internet.
Si se está en pareja se debería prestar especial atención a cosas como que él quiera controlar lo que hace y dice ella en redes sociales, censura las fotos que ella comparte, si exige saber dónde está o que le facilite sus contraseñas, se enfada por no obtener siempre una respuesta inmediata, etc.
¿Toma tan enserio la policía este tipo de denuncias como las que llegan con muestras físicas de golpes?
La Policía debe tomar en serio cualquier sospecha de agresión, ya sea física, verbal, psicológica, sexual o digital puesto que cualquiera supone la vulneración de derechos básicos constitucionales y, en el caso de la violencia de género digital, se añade además el derecho a la intimidad en las telecomunicaciones, tipificado por el código penal.
Bigastro ha establecido el primer Punto de Atención Temprana a la Víctima. ¿Cómo funciona este servicio al ciudadano?
La idea del Punto de Atención Temprana a la Víctima surge a raíz del último estudio realizado por la Asociación Nacional STOP Violencia de Género, en el que, con una muestra de 1.000 personas, se observó que casi el 50% se habían sentido acosadas en alguna red social, y la misma cifra desconocía cómo reaccionar ante este tipo de delitos informáticos.
El estudio también reveló datos preocupantes, como que cuatro de cada diez reconocía haber revelado sus contraseñas a su pareja o que el 28,4% afirmara haber recibido insultos o amenazas de su pareja a través de algún medio digital.
Viendo la sensación de desprotección, logramos establecer este punto donde se ofrece información, orientación, un estudio individualizado de cada caso, y un análisis forense gratuito de los dispositivos tecnológicos que se tengan.
La localidad es pionera en ofrecer este servicio capaz de detectar programas espía para controlar en los móviles. ¿Es tan habitual que esto suceda?
Sí, en cierto modo toda nuestra vida depende de una u otra manera de las tecnologías, pero no somos conscientes que también es una forma de exponer nuestra vida privada y perder el control que tenemos sobre ella.
En el segundo semestre de 2020 dotamos de este servicio al Punto de Atención Temprana a la Víctima, con personal informático forense del Observatorio Español de Delitos Informáticos. Servicio pionero en una administración pública en toda España y resto del mundo. Una apuesta para disponer de profesionales capaces de detectar delitos virtuales, identificar evidencias y que garanticen la anhelada ciberseguridad.
¿Cómo podemos intuir que nuestro teléfono tiene un programa espía?
Una señal de alerta puede ser que la batería de tu móvil dure menos; podría deberse a que se tiene una aplicación espía. Que desaparezcan conversaciones o fotografías, errores de funcionamiento que antes no había, reinicios inesperados o visitas poco comunes en el historial del navegador del móvil, tablet o pc…
Aconsejamos que nos visiten en el Centro de Atención a la Víctima si hay una mínima duda. Asesoraremos a la víctima sobre sus opciones tanto de autoprotección como técnico-legales que se deben llevar a cabo y, en caso de encontrar evidencias en los dispositivos, se denuncia ante las autoridades.