El Museo Dámaso Navarro ha inaugurado su nueva sala de exposiciones temporales con una primera muestra dedicada al pasado histórico de Petrer, y lo ha hecho centrándose en la época medieval.
La muestra, denominada ‘Cuidar, curar, morir. La enfermedad leída en los huesos’, organizada conjuntamente con el Instituto Universitario de Investigación en Arqueología y Patrimonio Histórico (INAPH) de la Universidad de Alicante, nos habla de la huella que las enfermedades y la actividad diaria han dejado en los restos humanos encontrados en las excavaciones realizadas en Petrer a lo largo de los años.
Los restos óseos exhibidos proceden de los fondos del propio museo arqueológico
La huella del tiempo
Como han destacado los responsables de la exposición, que se puede visitar hasta el próximo mes de agosto, no estamos ante una muestra sobre muertos, es un testimonio sobre la vida. Los huesos son una excelente fuente de información y dicen mucho de nosotros a pesar de los siglos transcurridos, de nuestro estado de salud, tanto individual como de grupo, y permiten interpretar y reconstruir las condiciones de vida y las costumbres de las comunidades del pasado.
A través del estudio de una selección de los fondos propiedad del museo, hallados en las diferentes intervenciones arqueológicas realizadas en los cementerios medievales de la villa, el visitante encontrará una exposición didáctica que le ayuda a entender mejor cómo fue el pasado de los antiguos pobladores que construyeron Petrer y las circunstancias que rodearon su muerte.
Autopsias con gran valor histórico
La muestra dibuja un atlas bastante exacto de cómo se vivía en esta parte del mundo hace centenares de años, y está organizada a través de doce paneles informativos y vitrinas que exhiben restos óseos, de hombres y mujeres, datados entre los siglos XI al XIII y rescatados del subsuelo; desde los huesos de un niño que apenas alcanza los doce meses de edad, hasta esqueletos de personas adultas.
Los huesos son como un libro abierto que hay que saber interpretar y que aportan una gran cantidad de información acerca de las condiciones de vida de las sociedades. Una de las piezas más llamativas de ‘Cuidar, curar, morir. La enfermedad leída en los huesos’ es el esqueleto encontrado en el cementerio de la calle San Antonio (s. XII-XIII), de una mujer con su feto de 40 semanas, fallecida en avanzado estado de gestación probablemente por complicaciones derivadas durante la etapa final del embarazo.
Dolencias que dejan rastro
Infecciones, patologías dentales, alteraciones metabólicas, traumatismos, malformaciones congénitas, deficiencias alimentarias, enfermedades no siempre visibles a primera vista como la sífilis o la tuberculosis, o simplemente dolencias derivadas de las vicisitudes producto de la vida, como artrosis y fracturas, tienen su reflejo en los restos esqueléticos expuestos en esta primera exposición temporal del Dámaso Navarro.
Las evidencias de supervivencia y en algunos casos de curación, permiten inferir cómo el entorno social favoreció unos cuidados de alimentación o higiene, expresando la supervivencia de las personas. La exposición también pone de manifiesto la importancia de la vida en sociedad para el desarrollo del ser humano y cómo nos influye la interacción con otras personas.
La paleopatología ayuda a explicar la evolución de las enfermedades
Paleopatología como estudio
Enfrentarse al reto constante de identificar los males que padecieron cadáveres que a veces tienen miles de años no es una tarea nada fácil; de ello se encarga la paleopatología, una ciencia desconocida que tiene mucho de forense, que, a través del estudio de los restos humanos del pasado, permite conocer algunas de las enfermedades cuyas señales han quedado impresas en los huesos.
Sin embargo, no siempre las enfermedades dan la cara, es preciso un tiempo para que dejen su rastro. Por eso, en la mayoría de los casos se necesitan varios años hasta que afloren signos visibles que las identifique.
La exposición se puede visitar hasta agosto de martes a domingo en horario de 11 a 14 horas
Finalización de las obras
Con esta muestra, el museo afronta una nueva etapa con la apertura de la sala de exposiciones temporales tras la culminación de la tercera y última fase de las obras. Dos años después de la inauguración de las nuevas instalaciones de la calle de La Fuente, ya se puede decir con seguridad que el Dámaso Navarro está completamente finalizado.
La intervención también ha incluido la habilitación de un espacio multifuncional dirigido a actividades didácticas, conferencias o pequeños conciertos, así como oficinas y zona de taller para restos arqueológicos y almacén.
La exposición ya está abierta al público y se puede visitar hasta finales de agosto en horario de martes a domingo de 11 a 14 horas, e incluye la realización de actividades didácticas y divulgativas.