Entrevista > Paloma Orts, Ferran Gisbert y Luisa Pastor / Ganadores de los Premi Llançadora
El Premi Llançadora pretende apoyar a artistas locales a poner en marcha proyectos y propuestas en los que se haya estado investigando y trabajando.
Luisa Pastor (Alicante, 1977), Ferran Gisbert (Alcoy, 25-junio-1982) y Paloma Orts (Alcoy, 13-septiembre-1990) han sido los premiados de este certamen. Sus propuestas trasmiten potentes mensajes de naturaleza local utilizando elementos muy variados. Los tres cuentan la vinculación vital que siempre han tenido con el arte y qué supone para ellos recibir este reconocimiento.
«Yo siempre he tenido el impulso de crear arte escénico» P. Orts
¿De dónde os nace el interés por el arte?
Ferran Gisbert (FG). En la primera etapa de mi vida nace de la observación. Durante la infancia, estaba inmerso en procesos creativos de todo tipo. Siempre miraba muy de cerca cómo mi padre pintaba sus acuarelas. Continuamente visitábamos exposiciones y en casa había libros y revistas de arte y diseño, música, cámaras de fotografía y materiales especializados a mi alcance.
Luisa Pastor (LP). Recuerdo, con cariño y algo de nostalgia, que iba mucho a la biblioteca de mi pueblo, para pasar la tarde viendo aquellos tomos gigantes -que pesaban más que una misma- de historia del arte.
Paloma Orts (PO). En mi casa el arte estaba presente siempre. Mis padres y mi abuela son artistas, pero no solo de plasmación sino de intelectualización del arte. Yo siempre he tenido el impulso de crear arte escénico, creaba auténticos shows en casa con mi hermano.
«El arte supuso el lenguaje más sencillo para mí, en el que encontré una manera de ser» F. Gisbert
¿Cómo desarrollasteis vuestra pasión?
FG. Descubrí que el arte me empoderaba dentro de los grupos sociales o académicos en los que estaba inscrito y eso me hacía sentir que tenía un propósito. Así el arte supuso el lenguaje más sencillo para mí y en el que encontré una manera de ser y estar en los distintos contextos a lo largo de mi vida.
LP. Siempre he disfrutado mucho dibujando, recortando o pegando trozos del suplemento del periódico de fin de semana en cualquier pedacito de papel: hojas sueltas, cartulinas o al final de las hojas de las libretas del colegio, que creo recordar que aún conservo alguna. Podía pasar horas haciendo lo mismo, porque me entretenía mucho.
PO. Generalmente todo lo que he hecho ha sido individual hasta que me encontré con mi compañera Miriam Domenech y empecé a realizar propuestas colectivas. ‘XIII’ fue la propuesta que desarrollamos juntas anteriormente en Alcoy; eran trece mujeres con un cubo de agua y uno de cenizas en el Pont de les Set Llunes. Representaba el tránsito entre la vida (agua) y la muerte (ceniza). Cuando empezó la pandemia ya llevaba más de un año trabajando el tema de la muerte. Ahora mismo el arte supone para mí un trabajo espiritual.
«Este tipo de premios te dan la posibilidad de seguir trabajando, teniendo los medios para hacerlo» L. Pastor
¿Qué supone ganar el Premi Llancadora?
FG. Por un lado, supone una oportunidad para seguir con mi carrera como artista. Y eso es muy importante para mí, puesto que las entidades que emiten el premio son fascinantes. Por otro lado, supone volver al inicio, llegar a casa; reencontrarme con algunas de las personas más importantes de mi vida y hacer esta obra con ellas.
‘Som un paisatge’ es un proyecto que parte de lo autobiográfico pero que traslada ese centro a los demás y activa la memoria de todas las personas involucradas. Es una obra abierta. Es una oportunidad para estar junto a mis amigos y familia después de varios años. Ese es el verdadero premio.
LP. Supone una oportunidad maravillosa de poder realizar un proyecto que me ilusiona y deseaba llevar a cabo. Al final, este tipo de premios te dan la posibilidad de seguir trabajando e investigando en este complicado, pero apasionante, mundo del arte contemporáneo con la tranquilidad de tener los medios necesarios para poder hacerlo. El día que me llamó el concejal de Cultura para darme la noticia me emocioné muchísimo.
PO. Para mí supone un reconocimiento en la tierra natal después de dos años muy duros, en los que me he dedicado en exclusiva a ser artista, viviendo momentos muy precarios. Parece que cuando te reconocen el trabajo es cuando la gente entiende que realmente eres una artista.
¿Por qué son importantes estas entidades para ti?
FG. El IVAM ha sido el museo en el que he podido ver exposiciones y consultar libros de artistas que han supuesto mis referencias como pintor; por ejemplo, Jose María Yturralde, Sean Scully, José Sanleón, Aurelie Nemours o James Turrell.
El MACA conserva y divulga una colección de piezas clave en nuestra comunidad autónoma; Eusebio Sempere es una visita obligatoria cuando voy a Alicante. También alberga la Colección Fundación Mediterráneo en la que están representados buenos amigos, tanto como artistas como gestores de la misma. Celebro los esfuerzos que está haciendo el Ayuntamiento de Alcoy para activar el tejido artístico.
«Propongo iluminar los trescientos metros de las aguas del rio Riquer» F. Gisbert
¿Cuál es vuestra propuesta artística?
FG. Para la propuesta ‘Som un paisatge’ se propone iluminar los trescientos metros de las aguas del rio Riquer que corren por el cauce situado bajo el Puente Maria Cristina en la ciudad de Alcoy. La intención de esta intervención es señalarle el rio al paseante y convertir su caminar en una herramienta estética donde, mediante la observación, prevalezca el recuerdo. Poder, por unos días, convertir el paseo en un acto de reflexión y conmemoración.
«Uso documentos antiguos para elaborar un lenguaje alternativo al archivo que rescato» L. Pastor
LP. ‘Todo lo sólido se desvanece en el aire’ es un proyecto plástico y conceptual, que parte de la búsqueda de documentos antiguos: facturas, libros contables, actas, manuscritos, etc. que tengan una relación directa con el registro de la actividad económica de la ciudad de Alcoy. A partir de ahí, me interesa jugar a ‘subvertir’ la lógica económica del discurso capitalista, inscrito en estos documentos, para elaborar un lenguaje alternativo del archivo encontrado, capaz de reescribir un nuevo relato de la memoria de un pueblo.
PO. ‘El vol de les ànimes’ es una propuesta artística escénica. Ocho mujeres sentadas en sillas en un campo de trigo cantando y acompañadas de un piano que tocaré yo misma. Pretende ser un rito de acompañamiento en el tránsito de las almas de las personas fallecidas el último año. Quedé muy impactada cuando se suspendieron los funerales al inicio de la pandemia y necesitaba crear algo para rendir homenaje a todas estas almas que deben trascender.
¿Qué te ha inspirado a usar técnicas textiles y luces flotantes en el interior del cauce del rio?
FG. Recuerdo que no me parecía injusto ni aberrante para la naturaleza ver bajar el rio Riquer de color rojo cuando cruzaba el puente de María Cristina para ir a visitar a mi abuela Amparo. Debía tener unos seis años. Más bien, antes de llegar al puente, me preguntaba de qué color estaría hoy el río. Me decepcionaba cada vez que no estaba notoriamente coloreado con los desechos de la industria del tinte textil.
Tomando este recuerdo como punto de partida, la propuesta pretende, con la humildad que corresponde, convertir la memoria de un pueblo en una propuesta artística.
¿Cómo acabaste en la idea de las hojas de un libro contable?
LP. En segundo año de carrera me topé con una pila de estos cuadernos en la puerta de una librería de segunda mano, en Granada. Compré algunos como soporte para dibujar, porque sus hojas me recordaban al papel milimetrado. Luego, con el paso de los años, fui profundizando en el propio discurso del cuaderno, impuesto por el Plan General de Contabilidad, y me di cuenta de que podía trabajar, de manera poética, cuestionando la ley del discurso.
¿Por qué un campo de trigo? ¿Podría ser un espacio cerrado?
PO. Sí, podría ser también un espacio cerrado. Es volver al origen de los cantos folklóricos que se hacían en el campo, por eso se busca un campo de trigo. Es en ese espacio donde se cantaba mientras se trabajaba. Un día me pongo a tocar el piano y noto un placer inmenso y pienso que estoy muy a gusto y que realmente lo que me apetece es tocar ese piano en medio del silencio y la inmensidad de la montaña. Este es el punto de arranque de la idea. Fue un instinto natural, como una niña, lo que me apetecía era poner el piano en mitad de la naturaleza.
«La puesta en escena es en un campo de trigo, con un piano acompañado de ocho mujeres cantando » P. Orts
¿Qué se trasmite con vuestra obra?
FG. ‘Som un paisatge’ es para y desde la ciudadanía. Quiero hacer visible y accesible a las distintas generaciones la relevancia que el rio ha tenido en la definición de la cultura de los pueblos de territorios como el nuestro dentro de la Comunidad Valenciana. Recuperar temporalmente uno de los signos de la industria y de la instrumentalización del paisaje que se origina en el siglo XV, y que más adelante convirtió a Alcoy en uno de los primeros focos industriales de la península.
LP. El espectador podrá deambular debajo de una instalación arquitectónica de papel de contabilidad, suspendida en la sala de exposiciones, y contemplar una serie de estructuras de metal que contienen una pluralidad azarosa de documentos entrelazados, en una búsqueda sobre la resignificación del concepto de ‘archivo’.
PO. Trasmite muchas cosas. Pero también son ocho mujeres a modo simbólico, porque según los antiguos egipcios el alma debía viajar siete esferas hasta llegar a la octava y llegar al alma divina. El silencio de las casas cuando alguien moría, según la cultura cristiana, se rompía con el rezo de las mujeres. Debo agradecer a Miriam Domenech su empuje y acompañamiento en el desarrollo de mi arte.
¿Cuándo se va a hacer efectiva la propuesta?
FG. Estamos coordinando eso, avisaremos para que vengáis a participar.
LP. Evidentemente, tengo que ser muy estricta con los plazos que me he propuesto alcanzar, porque mi modo de trabajo es muy meticuloso y el tiempo siempre juega en mi contra, pero supongo que el resultado final se podrá ver a finales de año en el IVAM-CADA de la ciudad de Alcoy.
PO. Siguiendo con la simbología del ocho, la idea es poderlo realizar el 8 de agosto de este año. Porque también es el momento en el que el campo de trigo tiene un tono dorado.