Incrustada en la zona más hotelera de la ciudad, la popularmente conocida como ‘zona guiri’, lleva ya año y medio sumida en un silencio poco habitual en unas calles que, en circunstancias normales, bullen de actividad los 365 días del año.
Con la calle Mallorca como epicentro, la meca del turismo británico de Benidorm echó el cierre, como el resto de la oferta lúdica de la ciudad, en marzo de 2020, pero al contrario de lo que ya ha sucedido con muchos otros establecimientos, la ausencia casi total de su principal clientela mantiene muchos locales todavía con el cartel de cerrado colgando en la entrada.
‘Zona guiri’
Los pocos que han podido o se han atrevido a abrir trabajan muy por debajo de lo que cualquier economista calificaría como márgenes operativos aceptables y esperan que en su país de origen el gobierno de Boris Johnson tome una decisión, la que sea, que permita a sus compatriotas volver a la Costa Blanca. Un deseo compartido, no cabe duda, por todo el entramado turístico benidormense y por la propia ciudad.
Tan polarizante en las opiniones que despierta entre los vecinos y visitantes como el turismo al que da servicio, la ‘zona guiri’ es tanto un motor económico fundamental para Benidorm, como un lugar de diversión y excesos. Un punto estratégico de la capital turística de la Costa Blanca a la que su éxito en la desestacionalización había impedido, desde hace años, acometer un muy necesario lavado de cara a toda la zona que ahora, aprovechando los últimos -o eso esperan todos- coletazos de la crisis pandémica, se ha decidido a realizar.
Inicio de las obras
El inusual e inquietante silencio de esas vías que normalmente suenan a música machacona, huelen a cerveza y están iluminadas día y noche por coloridos carteles lumínicos, se rompió hace algunas semanas con la entrada de la maquinaria pesada que debe llevar ese enclave británico directo al siglo XXI.
Será, sin duda, una de las muchas, grandes y agradables sorpresas que los más asiduos a la ciudad de los rascacielos se encontrarán a su regreso tras el parón coronavírico.
La calle Mallorca pasará a ser completamente peatonal y con un aspecto totalmente renovado
Renovación integral
El propio concejal de Obras y Ciclo del Agua, José Ramón González de Zárate, ha explicado que esta intervención no sólo implicará una renovación a nivel estético de la calle Mallorca, sino que, como ha venido haciendo su departamento en otras zonas de la ciudad, también se aprovechará para acometer “la renovación de todos los servicios públicos de agua, energía eléctrica y telecomunicaciones, así como la escena urbana con la instalación de nuevo pavimento, arbolado y mobiliario”.
Unas obras que se están realizando a marchas forzadas ya que, pese a la gran incertidumbre existente en cuanto al momento en el que los turistas británicos podrán volver en masa a la ciudad, González de Zárate ratifica la intención de la ciudad de que “la obra esté totalmente acabada cuando empiecen a venir los turistas, para que se encuentren con una calle Mallorca totalmente nueva en uno de los enclaves más importantes del turismo británico”.
La calle Mallorca pasará a ser completamente peatonal y con un aspecto totalmente renovado
Peatonalización total
El uso peatonal de la propia calle Mallorca se va a potenciar con esta actuación ya que, al término de la misma, toda su extensión será de uso exclusivo para viandantes, incluido el tramo que transcurre entre la calle Gerona y la avenida del Mediterráneo, que actualmente todavía está abierto al tráfico rodado.
Una decisión, la de la peatonalización total de la vía, que González de Zárate justifica explicando que “se ha realizado a propuesta de los vecinos, comerciantes y empresarios de este tramo”. Así mismo, el edil de Obras y Ciclo del Agua avanza que el presupuesto total destinado a esta intervención roza el millón de euros (945.000) y que esa cantidad se financia a través del Fondo de Renovación 2020-2027 del contrato del agua.
Además, el concejal benidormense explica que también “se va a renovar todo el alumbrado con la instalación de luminarias de LED, se va repavimentar todo el tramo de obra con asfaltado impreso de diferentes colores, quedando en un sistema de plataforma única totalmente accesible, manteniendo las palmeras existentes y replantando las que faltan”.
Además de la parte estética, también se renovarán por completo los servicios hídricos del subsuelo
Mejora de servicios hídricos
Pero si la parte estética es fundamental en un proyecto de este tipo, no lo es menos todo aquello que queda enterrado y lejos de la vista de los turistas y vecinos. Como ya ha ocurrido en otras zonas de la ciudad, se aprovechará el levantamiento de la calle Mallorca para renovar todo el entramado de servicios hídricos del subsuelo.
En ese ámbito, González de Zarate explica que “se va sustituir la actual conducción de agua potable y a crear un colector de aguas residuales que conecte con la nueva red de la avenida del Mediterráneo. También está prevista la sustitución de la red de pluviales, incorporando una nueva, así como la instalación de hidrantes. Unas actuaciones encaminadas a mejorar la eficiencia y reducir los costes de mantenimiento”.