Entrevista > Carolina Ortiz Pineda / Concejala de Personas Mayores y Fiestas (Alcoy, 4-abril-1972)
Carolina Ortiz Pineda se encarga de dos cuestiones muy distintas dentro del consistorio alcoyano. Por un lado es la responsable de la concejalía de Personas Mayores, y por otro de la de Fiestas. Nos ha explicado que el ayuntamiento se preocupó desde el inicio de la pandemia por conocer las necesidades de las personas que viven en una soledad no deseada. También ha asegurado que han trabajado muy duro para ayudar a los artesanos, que llevan casi dos años de parón al no haber fiestas.
¿Qué ha hecho su concejalía para atender a los mayores que se encuentran en una situación de soledad no deseada?
Cuando empezó la pandemia vimos que la gente que vivía sola corría dos riesgos: podían perderse ciertas informaciones importantes y tener unas necesidades concretas. De manera que cogimos el padrón, comprobamos qué vecinos y vecinas estaban solos y organizamos un dispositivo telefónico, en el que pusimos a trabajar a un departamento de personas con conocimientos y formación suficientes para llamar y transmitir lo necesario.
La primera vez hicimos una toma de contacto para ver sus necesidades del día a día: bajar la basura, adquirir medicamentos, etc. Queríamos que supieran que por parte del ayuntamiento estábamos aquí e íbamos a estar pendientes de ellos. El dispositivo telefónico que montamos fue por culpa de la pandemia pero no lo hemos dejado: seguimos con él a día de hoy. De este modo les transmitimos que no deben sentirse solos.
«Confundimos la soledad con algo no deseado, y no hay por qué»
¿Todo el mundo quiere ayuda?
No; y eso es algo que siempre respetamos. Hay mucha gente que es autosuficiente y vive su soledad como algo maravilloso. Muchas veces confundimos la soledad con algo que las personas no quieren; y no siempre es así. Tras las primeras llamadas que hicimos en pandemia supimos quiénes querían que hablásemos con ellos y quiénes no, y mantuvimos el contacto con aquellos que lo deseaban.
A partir de aquí empezamos a pensar que estas personas también necesitaban alguna actividad. Vivir solo no significa que tengas que estar inactivo. ¡Se pueden hacer muchas cosas, incluso desde casa!
¿Cómo se plantearon estas actividades a través del teléfono?
Elaboramos un calendario. Nos reunimos y les propusimos una serie de actividades y se las ofrecimos. No todo el mundo lo necesita, hay mucha gente que tiene muchísima vida.
El programa de la soledad se divide en dos partes. Una de ellas es el programa ’en compañía’, que lo llevamos a cabo a través de un convenio con la Cruz Roja. Unos voluntarios formados hacen esas llamadas telefónicas con acompañamiento y orientaciones, pero además realizan visitas domiciliarias que les permiten relacionarse cara a cara, les acompañan a pasear o a ir a los lugares que puedan necesitar como al médico, a por el pan o a hacer cualquier recado.
«Fomentamos el envejecimiento activo, estar bien física y mentalmente»
¿Y la parte física y mental? ¿Se tiene también en cuenta?
Sí, hay otra parte más orientada a la actividad física. Estamos ofreciendo una serie de actividades para fomentar un envejecimiento activo: que se sientan bien física y mentalmente. Empezamos en marzo, aunque evidentemente tuvo que ser ‘online’.
Les ofrecimos un taller de lecturas comentadas que ha permitido que las personas que viven sin compañía se hayan puesto en contacto entre ellas. Se hablan y es una forma de que no se sientan tan solas. También tienen un taller de escritura creativa. En definitiva, son actividades para el ejercicio mental.
¿Las nuevas tecnologías las han tenido que incorporar a la fuerza?
Un poco. Ahora están aprendiendo competencias más tecnológicas a través de cursos, con dispositivos que les han prestado desde Cruz Roja. Estos mismos voluntarios les forman en competencias digitales.
Muchos de ellos no hubiesen imaginado nunca que podrían hacer todo lo que hacen. Los cursos los han estado siguiendo online. Y también las actividades de las aulas de mayores, que también son de mi competencia.
«Muchas personas se conocieron en nuestros programas y ahora quedan para salir»
Pero cada persona tendrá sus necesidades en función de la edad…
Estas actividades son individualizadas a las capacidades de cada una de las personas. Los voluntarios van a sus casas con regularidad y les cambian las fichas de actividades y de ejercicios mentales.
Esos mismos voluntarios son los que les enseñaron a utilizar los dispositivos tecnológicos. Me consta que algunos ahora quedan para salir a la calle a pasear juntos y se han conocido a través de estos programas y esto es súper bonito.
¿Solo participan en el programa personas mayores?
No, este programa abarca todas las edades. Hay gente muy joven que se siente sola. No hemos puesto una edad, simplemente hemos hecho un perfil, pero tenemos personas desde cincuenta hasta ochenta años.
Al elaborar estos perfiles, detectamos a una persona que tenía otra serie de necesidades más de servicios sociales y fue derivada a una residencia de mayores. Sabemos que ahora esta persona está muy bien atendida. Solemos relacionar la soledad con personas mayores, y hay mucha gente joven sintiéndose sola, incluso viviendo en pareja. Estar solo y sentirse solo son cosas distintas.
¿Qué necesidades tienen los mayores, y cómo se puede ayudar desde el consistorio y desde la propia sociedad?
No por tener más años tienes necesidades diferentes a los demás. Lo esencial es relacionarse; estar con otra gente es muy importante para los mayores, y esto lo vemos en nuestras aulas de ‘gent gran’.
Fue muy emotivo ver las ganas que tenían de volver a verse, cuando la pandemia nos permitió empezar a salir y pudimos retomar las actividades presenciales. Los cursos ‘online’ los han seguido muy bien, pero les ha encantado volver a las aulas y estar al aire libre, encontrarse, relacionarse… Somos muy afortunados de tener sitios muy bonitos para poder hacer de todo: gimnasia, clases de pintura, de yoga…
Desde otras concejalías, como Vivienda, se piensa en casas colaborativas donde conviven varias generaciones, ¿puede ser una solución a la soledad?
Sí; para todo el que quiera, sí. Creo que se trata de una iniciativa maravillosa porque involucras a diferentes generaciones. Todos podemos aprender de alguien: los jóvenes pueden adquirir la experiencia de los mayores, pero estos también pueden fijarse en la juventud de hoy porque no es la época en la que ellos crecieron. Creo que es un dar y un recibir muy al cincuenta por ciento.
Me parece una iniciativa genial. A pesar de pertenecer a la concejalía de Vivienda, nosotros también estamos involucrados. También me gusta mucho el siguiente paso, la construcción de una vivienda colaborativa; es algo que permite que la gente del barrio se implique en la vida de sus vecinos.
Cambiando de tema… ¡qué ganas de fiesta tenemos en Alcoy! ¿Finalmente se celebrarán en abril de 2022?
Siempre lo hemos dicho: dependemos de la pandemia. Nosotros queremos celebrarlas, por supuesto, pero siempre acataremos lo que nos diga Sanidad. Claro está que hay que poner algunas fechas.
Estas fechas ya estaban consensuadas desde hace algunos años y las mantenemos. En algún momento estuvo sobre la mesa hacer algún cambio: que durasen cuatro días en vez de tres, o que fueran en octubre, aunque tal y como están las cosas posiblemente en ese mes no se habrían podido celebrar. Pienso que lo mejor es hacerlas en abril y mantener las fechas.
Nuestro objetivo siempre ha sido ayudar a quienes lo están pasando mal, pensando en los artesanos, en la economía, y también en esas personas que tienen cargos y lo están pasando mal psicológicamente. Por ejemplo: desde que empezó la pandemia, los artesanos no han podido trabajar nada.
«Hemos presentado un programa de actos a la Consellería para ver si podemos desarrollar el Mig Any con cierta normalidad»
¿Se podrá desarrollar con normalidad el Mig Any?
En mayo me reuní con la consellera Ana Barceló junto con el presidente de la Asociación de Sant Jordi, Juanjo Olcina, y nos dijo que presentáramos un proyecto de todas las actividades teniendo en cuenta las medidas sanitarias, los controles de aforo, etc.
La idea sería hacer Entraetes todo el mes de octubre, viernes y sábados. Por ejemplo, salir dos ‘filaes’ por Sant Nicolau y dos por Sant Llorenç, y no concentrarlas todo el día del Mig Any. También estamos pensando si hacer la Gloria Infantil, porque los niños lo están sufriendo mucho. Y el día 23, la Olleta. Esto es lo que hemos presentado, pero la última palabra es de Conselleria y lo acataremos.
«Es esencial buscar ayudas para que los artesanos puedan remontar»
¿Qué ha supuesto esta parálisis para la concejalía de Fiestas?
No hemos parado; hemos tenido incluso más trabajo que nunca. Cuando algo va bien y está todo controlado, va todo más o menos rodado, aunque con mucho trabajo. No solo trabajamos en Moros y Cristianos, sino en otras festividades como la Verge dels Lliris, Sant Maure, etc.
«Intentaremos que este año los niños puedan salir a la calle para ver a los Reyes Magos»
No hemos dejado de hacer nada, incluso si recordáis el año pasado los Reyes vinieron. Ese trabajo fue brutal. Nos hemos tenido que reinventar por completo. Solo faltaron las Fiestas de Moros y Cristianos porque el aforo era incontrolable, el resto, se ha hecho todo.
Hemos tenido que buscar también ayudas para toda la gente que lo está pasando tan mal y en el mundo de la fiesta hay muchos artesanos parados mucho tiempo, y tú eres su voz y representas a tu pueblo ante muchos sitios.
¿Será posible una Cabalgata como antes de la pandemia?
Creo que será difícil, por lo menos este año. Pero tranquilos, porque ya estamos en contacto con Sus Majestades y estamos viendo con ellos de qué manera los niños podrán salir a la calle a verlos. Seguramente no los podremos besar ni abrazar; ojalá sí, pero no lo creo.
De todas formas la realidad puede ser otra, esto se debe tener en cuenta. Espero que de aquí a diciembre la situación mejore. Son muchos meses vacunando a mucha gente. Creo que estaremos mucho mejor y podremos salir a la calle a disfrutar de la ilusión de siempre.