Entrevista > Fernando Raduán Llopis / Director de Radoo (Alcoy, 18-agosto-1996)
Fernando Radúan estudió Ingeniería Informática en el Campus de Alcoy de la Universidad Politécnica de Valencia. Durante el confinamiento se puso manos a la obra para ayudar a unos amigos que trabajan en hostelería y logró desarrollar Radoo, una ‘app’ para digitalizar las cartas de bares y restaurantes. Su idea inicial ha ido creciendo e incorporando nuevas funciones como la del reparto a domicilio.
Radoo se ha extendido ya por diversas ciudades españolas, como Madrid, y cuenta con servicio de reparto en Alcoy, Dénia y próximamente Moraira.
¿Fue Radoo una inspiración de la pandemia?
Un poco de inspiración sí que hubo. Empecé a pensar en mi proyecto gracias a un amigo que trabaja en hostelería. Un día me preguntó qué creía que iba a pasar después de la pandemia, cómo iba a afectar a su sector. Le respondí que iba a ver cómo le podía ayudar y me puse manos a la obra. En la primera versión de Radoo nos limitábamos a ofrecer un servicio de digitalización de cartas a los restaurantes, totalmente gratuito pero más allá del típico formato en PDF.
«Fue sorprendente ver cómo se usaba en muchas grandes ciudades»
Pero Radoo creció rápido…
Sí, poco a poco fuimos escalando hasta que, para mi sorpresa, vi que lo estaban utilizando en Madrid, A Coruña, el País Vasco, Cataluña… ¡en todas partes! Fue sorprendente ver el salto de algo que había surgido sencillamente para ayudar a unos amigos y al sector de la hostelería. Al ser gratis la gente se animaba a probarlo.
Ahora ya es más que una digitalización de cartas.
Sí. Eso lo seguimos manteniendo: cualquier persona puede solicitarnos que le demos de alta la carta sin coste alguno. Pero ahora hemos lanzado el sistema de ‘delivery’ (reparto). Por ejemplo, yo estoy en casa y quiero comida de un sitio específico pero no hay mesa o no me viene bien desplazarme… pues simplemente abro Radoo, pido lo que me apetece y me lo traen.
¿Cómo ha sido la acogida en el mercado?
La verdad es que muy, muy buena. Yo lancé el ‘delivery’ en Alcoy porque mis amigos y yo somos de aquí. Pensaba que iríamos poco a poco, pero en cuestión de cuatro meses ya prácticamente nos conoce todo el mundo o ha oído hablar de nosotros. Los pedidos son constantes, ¡no paran! Incluso tenemos sitios que suspenden el ‘delivery’ por un tiempo porque no dan abasto. Esto hace que te sientas muy satisfecho de haber creado algo que realmente funciona.
«Nuestro nicho de mercado está ahora en las ciudades medianas»
Alcoy, Dénia y Moraira, ¿por qué tres ciudades de tamaño mediano?
Radoo suple una necesidad existente en todas las ciudades. En las grandes está cubierta, pero en las pequeñas no. Ahí hay un nicho de mercado muy importante que nosotros hemos explotado. En Dénia y en Alcoy ya estamos funcionando; en Moraira no hemos empezado todavía, pero la idea es comenzar en este mes de agosto o en septiembre.
¿Por qué otras empresas no han triunfado en ciudades medianas?
Porque las condiciones que aplican en las ciudades pequeñas son las mismas que establecen en las grandes, y la facturación no es la misma en Barcelona que en Alcoy. Eso es abusivo y perjudica al hostelero, ya que gana por un lado pero está perdiendo por otro.
En Radoo reducimos al máximo las comisiones y cuotas de servicio que cobran estas compañías y aplicamos nuestro principio original: ayudar al hostelero. No queremos ganar más perjudicándote a ti. Vamos a ayudarte a mantener tu actividad, a que salgas del bache cuanto antes, a que puedas vencerle al covid… Y, sobre todo, queremos que recuperes los ingresos que has perdido durante la pandemia y el confinamiento.
¿En qué más os diferenciáis respecto a otras aplicaciones parecidas?
Nosotros formamos a todos nuestros ‘riders’ (repartidores). Les damos una especie de guion y hacemos que vayan con un compañero con experiencia para que aprendan que lo primero siempre es el cliente. No queremos que sean el típico repartidor de siempre, sino que vayan más allá: que sean amables, simpáticos, etc. Intentamos que el trato sea diferente, tanto con el cliente final como con los restaurantes. Tratamos de ser transparentes y de adaptarnos lo mejor posible a sus necesidades, como por ejemplo los horarios. Tampoco les exigimos permanencias.
Además vuestros repartidores son contratados…
Sí, esto también nos diferencia. Nosotros tenemos a todos los ‘riders’ contratados y trabajando sus horas fijas con un sueldo fijo. No les explotamos, como pasa en otros sitios. También nos diferenciamos por el trato con el cliente. Además, nos hemos esforzado para tener una aplicación muy llamativa e intuitiva; para nosotros las personas no son números sino seres humanos.
¿Cuántas personas componen el equipo?
El pasado mes de enero me planteé hacer algo más que digitalizar las cartas, así que desde entonces somos cuatro personas. Les pedí ayuda a mis amigos alcoyanos, empezamos cinco y ahora somos cuatro: Jorge Francés, Miguel Ángel Francés, Pablo Raduán y yo mismo. Sin ellos no podríamos haber llegado hasta aquí. Cada uno ha aportado cosas distintas y han colaborado en todo. Ahora ya no son unas personas que me ayudan simplemente por amistad; forman parte del proyecto y de la familia que hemos creado dentro de la empresa.
¿Y a cuántas personas dais trabajo más allá de ese equipo de cuatro?
Tenemos cinco repartidores entre Alcoy y Denia, y dos personas más que se encargan de temas laborales y de publicidad. Aunque al final todos hacemos un poco de todo; es lo que tienen estos proyectos.
«Tenemos casos de éxito que han triplicado sus ingresos»
¿Qué planes de futuro hay respecto a Radoo?
¡Seguir creciendo! Nos diferenciamos de otros porque nos desvivimos y estamos en constante evolución, tanto con nuestro cliente como con el consumidor final. Y queremos seguir evolucionando. Si todo sigue como hasta ahora, la idea es aterrizar en ciudades más grandes y hacer competencia real a los grandes del mercado. En la parte de desarrollo, nos interesa seguir sacando cosas nuevas y adaptándolas. De hecho, cada dos semanas lanzamos nuevas actualizaciones para mejorar la aplicación.
Cuando creé Radoo lo hice para ayudar a los hosteleros; hoy conocemos casos de éxito que han triplicado sus ingresos. Y después del batacazo que supuso el covid para ellos, estamos muy orgullosos de haberles ayudado.