A pesar de casi un siglo de investigación y encendidos debates sobre las pruebas más tempranas del asentamiento humano en las Américas, los detalles sobre la migración de las primeras comunidades humanas al Nuevo Mundo y su impacto en el paisaje del Pleistoceno siguen siendo poco conocidos. Ahora, sin embargo, el hallazgo de un conjunto de 60 huellas humanas en el lecho de un antiguo lago ofrece una nueva evidencia científica sobre cuan temprano el hombre puso su pie por primera vez en América.
Hasta el momento, las estimaciones actuales situaban las pruebas más tempranas de la presencia del hombre sobre el continente americano en un periodo comprendido entre hace 13.000 y 20.000 años. Las improntas ahora encontradas en el hoy territorio del Parque Nacional de White Sands, en nuevo México, sitúa no obstante esta presencia entre hace 21.000 y 23.000 años. Esto muestra que los seres humanos ya se encontraban en el continente antes del Último Máximo Glacial, la época durante el último periodo glacial de nuestro planeta en que los hielos alcanzaron su máxima extensión impidiendo la migración humana desde el continente asiático.