Muchas de las grandes preguntas a las que se enfrentan las ciencias sociales se basan en las relaciones de causa-efecto, cuestiones difíciles de responder pues siempre existen variables que se escapan de la ecuación. Pongamos un ejemplo: ¿cómo afecta una educación más larga a los ingresos futuros de un individuo? Nunca lo sabremos, pues esa persona ha estudiado un tiempo determinado, no lo ha hecho durante más o menos tiempo, por lo que la pregunta se queda sin resolver.
Sin embargo, ahora ya hay un modo de obtener una respuesta: mediante los experimentos naturales. La clave se basa en utilizar situaciones en las que los cambios en las normas resulten en que los grupos de personas son tratados de manera diferente, en un modo similar a los ensayos clínicos en las disciplinas médicas. Este nuevo enfoque no solo ha permitido que la economía avance, sino que se ha expandido hacia otros campos de estudio revolucionando la investigación empírica –basada en la comprobación de los hechos–, valiendo a sus descubridores el Premio Nobel de Economía 2021.
Mediante los experimentos naturales, David Card ha conseguido analizar los efectos en el mercado de trabajo de los salarios mínimos, la inmigración y la educación. «Sus estudios de principios de la década de los 90 retaron al conocimiento convencional, abriendo una vía para nuevos análisis y puntos de vista», añade la Academia en un comunicado. Los resultados demostraron que incrementar el salario mínimo no significa necesariamente que haya menos puestos de trabajo, del mismo modo que también sabemos que los recursos de los que disponen las escuelas son mucho más importantes para el éxito laboral de los estudiantes de lo que eran antes.
Sin embargo, los datos de un experimento natural son difíciles de interpretar. Otro ejemplo: aumentar en un año la educación obligatoria para un grupo de estudiantes (pero no para otro) no afectará a todos los integrantes del grupo del mismo modo. Algunos habrían seguido estudiando sin tener la obligación de hacerlo, por lo que teniendo en cuenta su opinión, el valor de la educación no es representativo del grupo en concreto.
¿Es posible sacar conclusiones válidas de ese experimento? A mediados de los 90, Joshua Angrist y Guido Imbens dieron con la solución de este problema metodológico, demostrando cómo de precisas pueden ser las conclusiones de los experimentos naturales mediante su metodología. «Los estudios de Card de cuestiones fundamentales para la sociedad y las contribuciones metodológicas de Angrist e Imbens han demostrado que los experimentos naturales son una gran fuente de conocimiento. Sus investigaciones han mejorado sustancialmente nuestra habilidad de responder cuestiones claves para nuestra sociedad», afirma Peter Fredriksson, presidente del Comité del Nobel de Economía.