Pedro Picatoste / Historiador y empresario
Creo que, lamentablemente, ya nos encargamos 364 días al año de tirarnos a la cabeza esas sombras y por eso hoy estaría bien hablar de las luces. Las luces que siempre se han querido convertir en nuestras más oscuras sombras para apagarlas y entonces olvidarlas.
Pero hasta la más pequeña luz de una vela vence a la oscuridad y la velocidad de la luz es de 300.000 kms por segundo y por tanto difícil de detener. Y hay mucha luz en nuestra historia. Empezando por la voluntad de pueblos diversos de un mismo espacio físico de unirse al andar, algunos gobernantes medievales parece que tenían miras tan altas como para ceder parte de su poder en pos de un bien común superior. Parece que los denostados tiempos “oscuros” tuvieron la suficiente luz para mirar más allá y descubrir un Nuevo Mundo, nuevos horizontes, nueva vida más allá de Finisterre.
Las conquistas, durante los últimos 10.000 años se hacen con la fuerza, a veces de la superior tecnología, a veces por el superior número y ninguna vez por el buenismo y el convencimiento, se puede leer esta certeza en cualquier libro de la sección Historia de todas las bibliotecas de Mundo.
El descubrimiento más alucinante
Allá fuimos un puñado de españoles en tres cáscaras de nuez a realizar el más alucinante descubrimiento de todos los tiempos; descubrimos América para la cultura occidental, allí había seres humanos que la habían descubierto antes, pero no para el mundo. No sé si vivían en un paraíso o en un infierno antes de la conquista pero casi seguro que su vida nunca fue fácil, no vivían en comunas democráticas, ni tenían subsidio de pobreza, ni desconocían la violencia, la opresión ni los más crueles ritos de la castas superiores.
Ese grupo de españoles incorporaron esas tierras a la Corona, al Reino de España, curiosamente y como consecuencia de ello, un país que se debatía en luchas internas y en oponer la fe cristiana al creciente mundo islámico, se convirtió en poco espacio de tiempo, en la mayor potencia mundial y con el mayor imperio territorial del planeta. Entiendo que hubiera sido más políticamente correcto crear una especie de ONU medievaloide y repartir amistosamente los fondos y los territorios entre todas las naciones de la época, pero es que las gentes de aquellos tiempos no eran tan pardillas ni tan estúpidas, digamos que no eran de esa especie, tan abundante hoy, de falsos modestos.
España debería quitarse complejos en este sentido, y los países iberoamericanos más todavía, el destino quiso que fuéramos españoles su referente y no piratas ingleses, bucaneros holandeses o tiernos gabachos los que les conquistaran. En ese caso la historia no sé si les hubiera deparado mejor o peor fortuna, pero tengo claro que ya no existiría su huella genética en el mundo. Y es que es mestizaje es otra contribución de los “desaforados” españoles a la historia frente a los “delicados” norte europeos que si se ensucian, pero no se mezclan con sus súbditos. El mestizaje es una de las grandes aportaciones de España al mundo y nadie lo reconoce ni siquiera se nombra y eso es porque se ve como que es una cuestión solo sexual, pero no, vas mucho más allá de ello. Tenga el inicio que tenga sus consecuencias crearon realidades permanentes y, de alguna forma, una nueva raza.
La leyenda negra
La leyenda negra nos persigue y nos la hemos creído, por cierto no hay leyenda negra para Inglaterra ni para Francia y, si la hay, el sistema educativo, el mundo cultural y la firmeza de su nación la ocultaron y la justificaron en todo caso. Aquí, ¿qué esperamos que se diga de esos tiempos de gloria de España? ¿Qué enseñan en las Ikastolas, en la escola…? lo peor es que en los colegios tampoco, entiéndanme.
Mientras tanto en este país de maríacomplejines no recordamos salvo para llamarlos fachas, asesinos o genocidas a aquellos líderes, soldados de su Rey y de su País que se dejaron la vida con valor, y casi siempre con honor, a miles de kilómetros de su tierra a cambio de ingratitud y siempre de desmemoria.
Los huesos de un tal Hernán Cortés de Monroy y Pizarro Altamirano, yacen ( si no los han quemado) en una cochambrosa iglesia olvidada en México, ninguna misión diplomática o de algún James Bond hispánico se ha llevado a cabo para traer esos restos aquí y, para no ocasionar gastos, enterrarlos dignamente en El Escorial por ejemplo ahora que hay huecos.
Héroes olvidados
Muchos de los héroes para España de aquella gesta son tratados como villanos sin entender la misión y su dedicación a lo que tenían encomendado y lo que es peor sin entender su momento histórico.
Ningún país cercano ha sido tan desagradecido con sus héroes. Francia puede no estar de acuerdo con todo lo que hizo Napoleón pero nadie mancilla su nombre, su obra y sus historia. Inglaterra da a sus piratas rango de héroes y les dedica sus principales plazas y estatuas. La diferencia es ese complejo al que antes me refería, un complejo que nos degrada como nación, que nos sume en la ignorancia y que nos lleva al desconocimiento y al olvido. La nada.
Por eso la historia que se enseña hace que en diferentes partes de España se estudie ampliamente el pasado histórico de la nación, pero para machacarla y en el resto se ignore para ver si vas a perder, como profesor o maestro, el insigne grado de “progre de salón” que tanto cuesta conquistar. Es cierto que en la Universidad a veces ni se llega a estudiar el descubrimiento de América, y es cierto que la Reconquista por parte de los reinos cristianos está mal vista. Hasta la palabra Reconquista no mola, estamos en pleno revisionismo léxico. Triste.
No sigo porque sería interminable, pero quiero decir que la Historia de cualquier tiempo no está para ser revisada en función de ideologías, está para conocerla, para sacar de ella la sabiduría que tantas veces necesitamos en la vida común. Y decir que podemos estar orgullosos de ser un país que contribuyó al mundo de forma decisiva y que en América (que yo creo que debería llamarse Colombia o Nueva España), no pasamos como guaperas garrulos vikingos unas vacaciones en Terranova para decir que la descubrimos (cosa esta que cada vez parece cobrar más importancia). España llevó una cultura, incorporó al mundo, civilizó y conquistó para su Reino un continente, asentándose en él, mezclándose con sus habitantes y permaneciendo para siempre en lo más hondo de esa maravillosa tierra.
Si alguno de los que me leéis no me reconoce en estas palabras o piensa que soy un facha impenitente después de leer estas líneas, de verdad, no se ha enterado de nada. Viva España (hoy se puede debería poder decir y además todos juntos)