Lejos de atisbarse una solución a corto plazo, el conflicto que enfrenta al ayuntamiento de Altea con la Policía Local del municipio se está enconando cada vez más, y parece haber alcanzado un punto en el que las posturas de ambas partes no podrían estar más alejadas. Tanto es así que fuentes policiales han confirmado a AQUÍ en Altea que las negociaciones, que parecían haberse encauzado al comienzo del verano, están ahora rotas.
Para entender esta situación, de la que este medio ha venido dando puntual información a lo largo de los últimos meses, hay que remontarse más de una década en el tiempo. Después del estallido de la crisis inmobiliaria, las administraciones locales se vieron obligadas a afrontar draconianos recortes en sus presupuestos y una de las partidas que más se vieron afectadas fue la de la masa salarial.
A principios de verano parecía que las negociaciones para el nuevo convenio podían dar, al fin, algún tipo de acuerdo
Reducción de agentes
En aquel contexto, eran muchas las plazas de funcionarios que no se reponían a medida que, por jubilaciones y otros motivos, el número de trabajadores iba menguando. La Policía Local de Altea -y no sólo la de la Villa Blanca- no fue ninguna excepción a esta realidad, y todo ello derivó en un notable descenso en el número de agentes en plantilla.
La situación coyuntural se convirtió en un problema crónico, y en todo este tiempo no se ha encontrado la fórmula para que el número de agentes de policía local en Altea vuelva a aumentar hasta lo que corresponde a un destino turístico como este.
Los policías acusan al equipo de gobierno de cambiar sus condiciones laborales con un «decretazo»
Sobrecarga de trabajo
Esa precaria situación ha derivado, como ya conocen los lectores de AQUÍ en Altea, en unas condiciones laborales inaceptables para una plantilla que lleva años tratando de negociar un nuevo convenio laboral que, además de recoger los puntos comunes al resto de funcionarios municipales, tenga en cuenta las particularidades y peculiaridades evidentes de un servicio como el de la Policía Local que, entre otras muchas cosas, no distingue entre días laborales, festivos, fines de semana o noches.
En la actualidad, el servicio ordinario está compuesto “por cinco agentes por sección y lo normal es que uno de ellos esté librando. Por lo tanto, la realidad es que lo que se suele quedar disponible es un patrulla y media para todo el municipio”.
Las fuentes sindicales consultadas por este medio han insistido siempre en la escasa voluntad de diálogo que han encontrado por parte del equipo de gobierno de Jaume Llinares, pero a principios del pasado verano, con la temporada alta turística encima, parecía que todo comenzaba a encarrilarse.
La última reunión entre las dos partes para negociar el convenio laboral tuvo lugar el día 14 de agosto
Dependencias cerradas
El conflicto, decíamos, viene de lejos y tuvo su momento álgido cuando el pasado año los agentes se vieron obligados, debido a la falta de personal y el exceso de turnos acumulados, a colgar el cartel de ‘cerrado’ en dependencias policiales durante un turno nocturno.
Aquello, aunque supusiera una imagen muy potente de lo que estaba sucediendo, no era más que la punta del iceberg de una situación que, como denuncian desde el sindicato CSIF, ha saltado por los aires tras el “decretazo aprobado por el equipo de gobierno a mediados de septiembre. Hemos perdido la confianza en ellos y entendemos que las negociaciones han quedado rotas”.
Los agentes aseguran que seguirán cumpliendo con su deber para garantizar la seguridad del municipio
El fantasma de un acuerdo
La sorpresa de los representantes de la plantilla de la policía local ha sido todavía mayor teniendo en cuenta que, pese a que en las últimas mesas de negociación celebradas “hemos tenido nuestros más y nuestros menos, estábamos llegando a varios puntos en común”.
El último cónclave entre las dos partes tuvo lugar el día 14 de agosto. En ese momento “todo parecía ir bien y se acordó celebrar otro dos días más tarde, pero optaron por anularlo, porque estaban tratando de convencer a sus socios de gobierno para que no aceptaran nuestros acuerdos anteriores”.
«Si el alcalde es una persona imparcial, debería de mediar un poco para tratar de arreglar una situación que no es sencilla»
Fractura política
Todo aquello, siempre según los delegados sindicales de CSIF, produjo roces dentro del equipo de gobierno formado, recordemos, por Compromís y PSPV-PSOE. Tal y como aseguran fuentes sindicales, “aquello produjo alguna fricción entre Compromís y el PSPV y, de un día para otro, se suspendieron las mesas y, hasta el día de hoy, no se ha vuelto a convocar ninguna”.
Todo ello ha derivado en que, según denuncian desde la Policía Local, “de golpe se hayan sacado de la manga un ‘decretazo’ por el que nos cambian, sin negociación posible, nuestros horarios”.
«Para recuperar la confianza nos gustaría que el alcalde estuviera presente en las negociaciones»
«No hay ningún tipo de comunicación»
Para los agentes de la Policía Local, llegados a este punto, “no hay ningún tipo de comunicación y eso supone una absoluta falta de respeto para aquellos que nos sentamos en la mesa de negociación. No existe empatía alguna con una plantilla que puso todo de su parte para sacar adelante los servicios del verano a pesar de los pocos que somos”.
En este momento del relato cabe hacer un pequeño paréntesis para volver la vista atrás sólo unos meses. Para ello, debemos situarnos en las últimas semanas de junio. La temporada turística se acercaba y las previsiones de ocupación eran muy buenas, algo que, unido a la experiencia del verano 2020, evidenció la necesidad de contar con el máximo número de agentes posible ante la avalancha de visitantes que se acercaba.
Buena voluntad
Como ya explicaran los propios policías a este medio, decidieron entonces anteponer los intereses de Altea, sus habitantes y sus visitantes a los de sus propios derechos y reivindicaciones. Pactaron entonces, en un gesto de buena voluntad, aparcar las diferencias, que no eran pequeñas, que mantenían en la mesa negociadora y afrontar el verano atendiendo todos los servicios necesarios para garantizar la seguridad en un momento tan delicado.
Como se recuerda desde el sindicato, ese acercamiento de posturas previo a la rotura de las negociaciones llegó después de que los agentes de policía local aceptaran, “en señal de buena voluntad”, aumentar sus horas de trabajo durante el verano.
Sin embargo, “el ‘decretazo’ se publicó el 16 de septiembre, es decir, en el momento mismo en el que terminó la temporada alta”, algo que, lógicamente, entienden como un acto de mala fe por parte del gobierno local.
Puentes rotos
Con todos los puentes rotos, las fuentes sindicales consultadas por AQUÍ en Altea explican que, a partir de ahora, “vamos a seguir prestando el servicio de bolsa, como mínimo, hasta final de año. Vamos a cumplir los servicios mínimos que determine la Jefatura para garantizar la seguridad en la calle”, pero también avisan de que a día de hoy “no sabemos qué es lo que va a pasar en el futuro en términos de negociación”.
Los representantes sindicales de la policía local de Altea consideran que en estos momentos “las negociaciones no existen, porque vemos que la otra parte no tiene intención de negociar nada. Llevamos más de un año poniendo todo de nuestra parte, pero desde el área de Recursos Humanos sólo se han dedicado a frenar todo lo que hemos propuesto. Sin comunicación, es imposible negociar”.
En un contexto de absoluta desconfianza hacia las intenciones reales de la otra parte, desde el sindicato CSIF dejan abierta la puerta a volver a recuperar la vía del diálogo, aunque para ello y, sobre todo, “para recuperar la confianza, nos gustaría que el alcalde estuviera presente en las negociaciones. Queremos que se siente ahí, escuche y vea lo que se está tratando. Si es una persona imparcial de verdad, debería de mediar un poco para tratar de arreglar una situación que no es sencilla”.
El equipo de gobierno justifica el cambio de condiciones laborales de la Policía Local
El edil de Recursos Humanos asegura que con el decreto se mejora la prestación de servicios
Mientras que la Policía Local acusa al equipo de gobierno de haber cambiado sus condiciones laborales sin previo aviso a través de un ‘decretazo’, el edil de Recursos Humanos, Rafael Mompó, justifica esa decisión asegurando que lo que “busca es mejorar el funcionamiento” del servicio de la Policía Local.
En su opinión, “la principal tarea de los gestores de recursos humanos consiste en optimizar los activos disponibles en la organización, de manera que se adapten mejor a las necesidades existentes”, y asegura que “el decreto que regula los horarios de los turnos de la Policía Local responde a esta demanda”.
Según Rafael Mompó, el horario continuo de los centros escolares obligaba a realizar este cambio
El horario escolar
Según el edil alteano, todo tiene que ver con los horarios de los centros educativos del municipio. Tal y como él mismo explica, estos “tienen establecida la jornada continua y su horario de salida está fijado a las 14 horas. Hasta la entrada en vigor del decreto, el cambio de turno de la policía local se realizaba a esa misma hora, por lo que difícilmente el relevo llegaba a tiempo de cubrir el servicio”.
Mompó subraya que ese escollo se venía salvando “con una prolongación de jornada del turno saliente” de una hora, algo que, según su versión, “se compensaba con días libres”. Si hacemos caso a los cálculos del concejal esto daba “como resultado un total de 410 servicios al año consumidos por causa de esta compensación”.
Media hora de diferencia
Por todo ello, el edil alteano considera que “lo que se establece en el decreto es atrasar en media hora los cambios de turno de la policía, de modo que no coincidan con la salida de los colegios, haciendo así innecesario que los agentes prolonguen su jornada”.