Entrevista > Francisco Mira / Neurólogo (Benidorm, 1979)
Superior calidad o bondad que hace digna de aprecio y estima una cosa o a una persona. Así define el diccionario de la RAE la palabra excelencia, un sustantivo al que, al menos en teoría, cualquier profesional o sector debería aspirar en su día a día; pero que, quizás por el uso y al abuso que se ha hecho del mismo, ha caído en el descrédito que, en ocasiones, se produce cuando la publicidad se confunde con la propaganda.
Conseguir la fidelización
Hay sectores donde ese irrenunciable anhelo de conseguir la superior calidad a la que hace referencia la definición académica del término se torna, además, fundamental. Así sucede en el turismo, motor de la economía de Benidorm y la Costa Blanca -y, a la luz de la crisis económica derivada de la pandemia, también de España en su conjunto-
El sector servicios, tantas veces vilipendiado como un nicho de bajo valor añadido, tiene la obligación diaria, desde su escalafón más bajo hasta el ocupante -casi siempre hombre- del sillón más destacado en un consejo de administración, de ofrecer al visitante la mejor de las experiencias para conseguir la fidelización del mismo. En otras palabras: que vuelva.
Neurología: desconocida y compleja
El cliente, el turista, podrá ver y apreciar esos esfuerzos o darlos por hecho; esa es, depende de cómo se mire, la gran ventaja o desventaja del sector. Sin embargo, hay otras profesiones en las que la excelencia no sólo es un valor fundamental, sino que también supone un plus reputacional que impacta de manera directa en la actividad diaria y que, a su vez, retroalimenta las oportunidades de mejora. Una de ellas es la medicina.
Francisco Mira es neurólogo y benidormense, aunque el orden de esos factores podría invertirse y no alterar el producto final. O quizás sí, como quedará claro en alguna de las respuestas que ofrece en esta entrevista. Sobre su especialidad, la Neurología, existe un gran desconocimiento general por su evidente complejidad.
Retención de talento
Sea como fuere y pese a su relativa juventud (42 años), Mira es un claro ejemplo de que para alcanzar la excelencia y, a través de ella el éxito en su profesión, no es necesario poner kilómetros de por medio con la tierra que le vio nacer.
Multipremiado en el último año con reconocimientos que llegan por parte de la comunidad médica, pero también de los pacientes, es el vivo ejemplo de que, si se proporciona a los profesionales el entorno y las herramientas necesarias, la fuga de cerebros, incluso en una región tan volcada en un sector productivo concreto, es más que evitable.
«El premio que me produce una mayor satisfacción es el de Top Doctors»
En los últimos tres meses ha recibido tres premios que, por hacer un resumen muy simple, le han llegado tanto por reconocimiento de sus compañeros médicos como de sus propios pacientes. ¿Sientan todos igual?
No. Para mí, el que me produce una mayor satisfacción es el de Top Doctors. Es una plataforma internacional que elige a los cincuenta mejores de España, un listado que se elabora en base a las opiniones de pacientes y otros profesionales. Son ellos los que eligen a los premiados.
Para entendernos y salvando todas las distancias, ¿hablamos de una suerte de TripAdvisor de la Medicina?
Sí, pero con matices. El TripAdvisor de los médicos sería Doctoralia, donde está todo el mundo. En el caso de Top Doctors deberíamos imaginar un TripAdvisor de restaurantes con estrella Michelin cuyo chef, a su vez, escoge a otro compañero.
Por lo tanto, entiendo que usted no se presenta a ese premio.
Así es. No puedes entrar a Top Doctors si ellos no te llaman.
«Quería ejercer la medicina privada porque deseaba tener unos tiempos, unas formas y un respeto al paciente»
¿Cuáles son los otros dos premios que ha recibido recientemente?
El Premio Pasteur de Medicina, Farmacia e Investigación Clínica, que entrega la Asociación Europea de Economía y Competitividad (AEDEEC). En este caso, no conozco los criterios y, por lo tanto, no sé el motivo por el que se me ha concedido. Simplemente, te llaman un día y te informan que se te ha concedido. El último que se me ha concedido es el Premio Nacional de Medicina Siglo XXI en la especialidad de neurología.
Como decía, todos son bienvenidos; pero no sientan igual. El más importante es el Top Doctors porque, al final, es un reconocimiento que te dan los que te conocen: médicos y pacientes. Yo no sé qué he hecho para llegar ahí; pero sí sé que todo pasa por estar en Top Doctors.
¿Por qué ha optado por ejercer en la sanidad privada y no en la pública?
En mi caso, y hablo sólo a título personal, yo tenía muy claro que quería ejercer la medicina privada porque deseaba tener unos tiempos, unas formas y un respeto al paciente que no se da, por distintas cuestiones, cuando te obligan a ver a un paciente cada siete minutos o cuando no puedes revisar a un paciente en menos de seis meses. Eso es inhumano.
Además, vengo de Benidorm y aquí tenemos una cultura de sanidad privada muy sólida. Por lo tanto, no me parecía algo raro. Quizás en otros sitios de España, donde no hay hospitales privados y esa medicina es la de un médico que por las tardes hace algo en un piso, sí pueda resultar más extraño.
¿Qué ofrece la sanidad privada que no ofrece la pública?
De entrada, no hay una sanidad privada única, sino que hay tantas como empresas te puedan contratar y, por lo tanto, tienes mayor capacidad de elección sobre tus condiciones laborales. No es de recibo que en la sanidad pública la gente tenga contratos basura de un mes, una semana o un día. Que tengan que firmar el viernes el cese para entrar de nuevo el lunes. Que estés dos meses aquí y otros dos allá.
«La sanidad que tenemos en España es un privilegio y hay que utilizarla con mucha más mesura para que pueda sobrevivir»
Algo que, supongo, repercute en la calidad de la atención al paciente.
Los pacientes que tienen mejor pronóstico son los que tienen al mismo médico. Al final, por bueno o malo que sea el profesional, sabe qué líneas ha probado y no han funcionado. Es algo que está más que demostrado en Medicina de Familia. Mantener el mismo médico de familia disminuye los ingresos, las complicaciones y la mortalidad de los pacientes.
Me hablaba de las ventajas de la privada frente a la pública.
Yo tengo acceso a ciertas tecnologías que para mi es inmediato. Pondré un ejemplo: mis pacientes se hacen la prueba de imagen y me ven a mi el mismo día. Eso no es posible con otra organización de sistema.
Dicho todo eso, ¿la sanidad debe ser pública, universal y gratuita para todos?
Es algo irrenunciable. ¿Qué modelo se debe seguir? Un modelo de contratación no funcionarial donde exista estímulo para el progreso, reconocimiento del progreso, identificación de las áreas de no eficiencia y corrección de las mismas.
«Si quieres investigar, lo tienes que hacer fuera de horario y debe tener una finalidad»
Explique ese último punto.
¿Qué ha pasado en la pandemia? ¿Cómo puede ser que tengamos los centros de salud reventados y especialidades donde sólo se ha atendido la urgencia? Todos esos profesionales han seguido recibiendo su salario mes a mes y no se ha hecho un ERTE, que es lo que se tendría que haber hecho, ni se ha reubicado a todos esos profesionales en otros servicios. Si tú haces eso, claro, tienes a los sindicatos en pie de guerra.
¿Usted, en la privada, ha reforzado otros servicios?
Yo he hecho todo lo que tenía que hacer. Es más: no tenía por qué hacerlo, pero lo hice porque mi responsabilidad humana y profesional me llevó a ponerme donde me tenía que poner en ese momento.
Se cumplen ahora dos años de los famosos aplausos desde los balcones a los profesionales sanitarios. En este tiempo, hemos vuelto a ver un aumento importante en el número de todo tipo de agresiones a esos mismos profesionales. ¿Se creyeron ustedes aquellos aplausos? ¿Ha sido una sorpresa esta regresión?
La gente aplaudía porque era una excusa para salir al balcón. En realidad, no se valora el sistema sanitario. Ni antes, ni ahora. Se interpreta todo desde un punto de vista que no permite entender que tener la sanidad que tenemos en España es un privilegio y que hay que utilizarla con mucha más mesura para que pueda sobrevivir.
¿Existe un riesgo real de que no pueda hacerlo?
Sí, pero, por otro lado, el político no se atreve a sancionar el mal uso porque estaría sancionando a su votante. Nos han dicho que tenemos la mejor sanidad del mundo, y eso es potencialmente verdad en grandes indicadores. Por ejemplo, en el de inversión versus resultados, al tener tan poca inversión, la ratio sale muy bien. Estados Unidos tiene la mayor inversión del mundo y tiene peor resultado.
«El paciente no sabe lo que es la Neurología y la confunde con otras especialidades»
Uno de los premios que le han concedido incluye la investigación. Con tan poca inversión, ¿cómo se puede investigar en este país?
Es una cuestión de voluntad. El principal problema que hay en España se llama ‘sacar la plaza’. Una vez que se tiene, parece que has tocado un lugar que te pertenece para siempre y eso hace que dependa del talante de cada individuo el acomodarse o el avanzar.
Si quieres investigar, lo tienes que hacer fuera de horario. Además, la investigación debe tener una finalidad. No puede ser que sólo se investigue para publicar y que las publicaciones al peso sirvan para tener más posibilidades de tener la plaza.
Más allá de la definición académica, ¿qué es la Neurología para el paciente?
No lo sabe (ríe). El paciente no sabe lo que es la Neurología y la confunde con otras especialidades como la Psicología, la Psiquiatría, el médico de los nervios… La Neurología es una especialidad médica que puede aportar beneficios o soluciones en enfermedades que tienen un alto impacto en su calidad de vida.
En definitiva, es una especialidad muy compleja, muy bonita y muy difícil que puede tener un impacto enorme en la calidad de vida de una persona.
¿Estamos en un momento de especial avance en el campo de la Neurología gracias a los avances científicos y tecnológicos de los últimos tiempos?
Así es. La Neurología de los años 70 y 80 no tiene nada que ver con la actual. El tratamiento revolucionario del ictus tiene quince años. Tratamientos muy potentes de la esclerosis múltiple tienen diez o cinco años. Hace tres años se comercializó por ver primera en España uno de los fármacos rompedores contra la migraña.
«Se calcula que sólo nos visita el veinticinco por ciento de los migrañosos»
Hay un momento que todo el mundo conoce y es el del dolor. Además de cuando el dolor resulta insoportable, ¿en qué momento un paciente se muestra más abierto a probar esos tratamientos nuevos?
Ante la muerte. Pongo un ejemplo actual: un negacionista antivacunas que no quiere ser intubado que seis horas después pide que le intubes.
Dado que existe ese importante desconocimiento respecto de la Neurología, ¿en qué momento una persona debe decidir acudir al neurólogo?
Todo el mundo sabe lo que es el dolor de cabeza y mucha gente está en su casa con unas migrañas brutales y no va al médico porque su abuela era migrañosa, su madre también y ellas le dijeron que no había nada que hacer. Se calcula que sólo nos visita el veinticinco por ciento de los migrañosos. Eso quiere decir que hay un setenta y cinco por ciento de personas sufriendo dolor de cabeza que no consulta al especialista.
El dolor crónico puede tener un origen articular, pero también nervioso y también es un motivo para acudir a la consulta. Bien para encontrar la causa o para que se te derive a otro especialista.