Entrevista > Antonio Morcillo / Técnico de Medio Ambiente (Decazeville, Francia, 19-noviembre-1969)
La Silene hifacensis o Silene de Ifach, es una especie endémica íbero-balear, presente en los acantilados litorales e islotes del noroeste y sur de Ibiza y algunas poblaciones del interior en el sur de dicha isla, y en el cuadrante nororiental de la provincia de Alicante.
Está protegida a nivel internacional, incluida en el Anexo I del Convenio de Berna y en los anexos II y IV de la Directiva de Hábitats europea. También está incluida dentro del Catálogo Español de Especies Amenazadas y, tal y como explica Antonio Morcillo, técnico de Medio Ambiente del ayuntamiento de l’Alfàs del Pi, su situación actual en el entorno natural es de extinción.
El mayor semillero
Con todo ello en mente, el Centro de Interpretación Paisajística y Medioambiental de Los Carrascos se ha convertido en el mayor semillero de toda la Comunitat Valenciana de esta planta, en el marco de un proyecto que, junto al Centro de Investigación de Especies Forestales, busca conseguir su reintroducción en el ecosistema.
La Silene hifacensis o de Ifach es una planta que está en grave peligro de extinción y en el Centro de Interpretación Paisajística y Medioambiental de Los Carrascos cuentan con el mayor semillero de la Comunitat Valenciana. ¿Cuál es el objetivo de este proyecto?
Tenemos un acuerdo con el Centro de Investigación de Especies Forestales por el que ellos nos traen la planta y nosotros la criamos llevándola hasta su término final, que es cuando se produce la semilla. Una vez conseguido esto, ellos vuelven, la recogen y siguen propagando la planta.
Por lo tanto, el objetivo último de este proyecto es conseguir la reproducción de la Silene y que no se extinga. ¿Cómo? Reimplantándola, desde aquí, en todas las sierras de la Comunitat Valenciana.
«El objetivo último de este proyecto es conseguir la reproducción de la Silene y que no se extinga»
¿Cuál es la situación de conservación de la planta hoy en día?
Técnicamente está extinta, porque en el ámbito natural existen unos pocos tachones, pero ya no puede hacer la polinización natural y, por lo tanto, se da por extinta. Toda la Silene que estamos pudiendo aportar ahora es sacada del Centro de Investigación de Especies Forestales.
¿Eso supone un problema en cuanto a garantizar la variedad genética que asegure su supervivencia futura?
No. La que tenemos nosotros en el Centro de Interpretación Paisajística y Medioambiental Los Carrascos es de una zona de Les Coves, en Teulada, y luego hay dos o tres puntos más de los que también se está sacando semilla, precisamente, para tener esa polinización cruzada y que la variabilidad genética sea viable.
Por lo tanto, el trabajo también se centra en tener controlado el origen de cada planta para, cuando llegue el momento de su reintroducción, tener el control de esa transmisión.
¿Cree que es más fácil conseguir la empatía de la gente hacia la protección de los animales que de las plantas?
El problema que tenemos con las plantas es la falta de información. Es decir, tú vas por el campo y no conoces los usos y la finalidad de cualquier planta y, si te molesta, la chafas. Es una planta más y continuas tu camino.
Fue precisamente con ese objetivo con el que el ayuntamiento de l’Alfàs del Pi preparó el proyecto del Centro de Interpretación Paisajística y Medioambiental Los Carrascos.
«El problema que tenemos con las plantas es la falta de información. Tú vas por el campo y si te molesta, la chafas»
Explíquese
Es un parque que está construido en diferentes sectores en los que tenemos la flora más característica de la Comunitat Valenciana. Al mismo tiempo, damos información de cada planta. Cuál ha sido su uso tradicional. Para ello, tenemos plantas aromáticas, medicinales, culinarias…
Además, disponemos de ejemplos de la mata mediterránea, de la evolución de las plantas o de cómo hemos ido modificando genéticamente la planta forestal hasta convertirla en planta agrícola.
Resulta curioso pensar que muchas de las frutas y verduras que comemos a diario no son, en realidad, la versión original de esa especie.
El manzano, por ejemplo, no es como lo conocemos. Lo mismo ocurre con el peral o el cerezo por poner sólo unos ejemplos. Todos esos árboles, mediante la selección genética, han llegado al uso agrícola, pero la ‘madre’ de ese árbol es una planta forestal.
Por lo tanto, el objetivo real del Centro de Interpretación Paisajística y Medioambiental Los Carrascos es que la gente conozca la planta y cuál ha sido el uso que se le ha dado, y la finalidad que tiene en el momento actual.
Y, a través de ese conocimiento, como decíamos antes, generar la empatía necesaria para involucrar a la sociedad en su protección.
Cuando una persona conoce una planta, sabe para lo que sirve y para lo que se usa y se ha usado, la respeta y la cuida más.
En el caso concreto de la Silene, ¿cuál es su importancia y función en el entorno natural?
Dentro del ecosistema tiene su propia finalidad. Es una planta que se cría en los roquedos, muy característica de esta zona.
«Los Carrascos está construido en diferentes sectores en los que tenemos la flora más característica de la Comunitat Valenciana»
Entiendo, por lo tanto, que no juega un papel crucial en el sentido de que existan animales u otras plantas que dependan de su existencia para mantenerse.
No, en ese sentido no existe ninguna especie que se alimente de ella. Pero eso no le quita importancia. Es una especie endémica, muy nuestra, es de aquí y, por lo tanto, la tenemos que proteger.
¿Hay más plantas en una situación similar?
Tenemos muchas más que, aunque no están en la situación crítica de la Silene, también corren riesgo y que son únicas y exclusivas de nuestra zona.
Imagino que este no es un trabajo de unos pocos años, ¿cuánto tiempo ha de pasar hasta que, con proyectos como este, se pueda llegar al punto de que exista la posibilidad de reintroducirla y que ella sola emprenda su ‘camino’ por nuestros montes?
Mínimo tendrán que pasar dos años. Es a partir de ese momento cuando es viable germinativamente, es decir, empieza a producir semillas. Nosotros llevamos trabajando con esta iniciativa desde que se creó el Centro de Interpretación Paisajística y Medioambiental Los Carrascos hace ocho años, y lo cierto es que estamos teniendo muy buenos resultados en toda la Comunitat Valenciana.
¿Con qué otras especies están trabajando que pudieran estar, como ha dicho antes, en una situación de riesgo?
Tenemos un muestrario de plantas que tienen una figura de protección. Si no están en peligro de extinción, son vulnerables. Tenemos, por ejemplo, la caravieja launífera, que está en estado vulnerable; el ruscus hypophyllum, que también está en esa misma situación y que sobrevive en unas zonas muy concretas y que, como en el caso de la Silene, también estamos tratando de propagar desde aquí.
También contamos con ejemplares de teucrium lepicephalum, una planta que se cría única y exclusivamente en la cantera de La Nucía. No existe en ningún otro sitio. No es una planta que esté en peligro de extinción, pero es un endemismo y debemos de protegerlo.
«Contamos con ejemplares de teucrium lepicephalum, una planta que se cría única y exclusivamente en la cantera de La Nucía»
En el Centro de Interpretación Paisajística y Medioambiental Los Carrascos trabajan mucho la concienciación y la divulgación con los más pequeños y, en ese sentido, son frecuentes las visitas escolares. ¿Cómo trabajan con ese público?
A los niños, lo que más les llama la atención es la misticidad de las plantas.
¿Cuénteme alguna historia llamativa en ese sentido?
Es curiosa la del tejo. Antiguamente, en la Edad Media, para que una villa fuera considerada como tal tenía que tener una plaza y una fuente. Había un día al año en el que los mozos del pueblo buscaban novia. Ellas se sentaban alrededor de un tejo y ellos bailaban y, cuando paraban, le tiraban una rama de tejo y si ella lo aceptaba la cogía, y en caso contrario se la devolvía. De ahí viene la expresión ‘tirar los tejos’.
A los estudiantes también les gusta la historia del romero. Se dice que, si estás estudiando, te lo pones en la mano y lo vas oliendo de vez en cuando. Luego, cuando vas a hacer el examen, te lo llevas y al olerlo, tu cerebro, por asociación, recuerda lo que has estudiado.
«A los niños lo que más les llama la atención es la misticidad de las plantas»
Estamos en l’Alfàs del Pi. El pino ni está en peligro de extinción ni parece que tenga una profunda misticidad. Pese a ello, y por hacer un guiño al nombre del municipio, ¿les hablan a los críos del pino en sus visitas?
No. La historia del pino de l’Alfàs está bien documentada y viene del momento de su independencia de la baronía de Polop. El pino carrasco que tenemos en la zona es introducido. Viene de la zona de Alepo, en Siria. Se introdujo y, al ser un árbol muy colonizador, se ha adaptado muy bien a nuestro clima y al terreno, lo que ha provocado que se haya expandido a lo bestia.
De hecho, si ves fotos de la Serra Gelada en los años 40, está completamente pelada, pero con la introducción que se hizo en la mayoría de los montes españoles de este pino, que sube hasta los 1.000 o 1.200 metros de altitud, la ha acabado colonizando porque, además, este es su terreno ideal.
Con casi diez años de experiencia en el Centro de Interpretación Paisajística y Medioambiental Los Carrascos, ¿cree que tener esta suerte de ‘mini’ Serra Gelada concentrada ha ayudado a concienciar a la sociedad sobre la importancia de cuidar y proteger el Parc Natural?
Nosotros trabajamos en la línea de la enseñanza y el respeto al medio ambiente. Con que se vaya una sola persona conociendo algo de la planta y queriendo mejorar cualquier actuación, ya es un éxito.
También enseñamos aquí a hacer compostadoras, huertos ecológicos, los usos y costumbres de las plantas… Por lo tanto, creo que sí que hemos aportado mucho. Cualquier aportación que se haga a favor del conocimiento del ecosistema que tenemos en la Comunitat Valenciana es un punto a favor. Luego, cada cual puede respetar más o menos, pero creo que todas nuestras acciones redundan positivamente en la protección de la naturaleza.