El dominico valenciano Vicente Ferrer (1350-1419) tenía su punto caprichoso. Una vez que descubrió su capacidad taumatúrgica, o sea, de hacer milagros, los repartía con cierta veleidad, según los mitos o supuestas constataciones que acompañan a su vida. A mitad del camino de Moraira a Teulada, por donde vivía su hermana Constanza, atacó la sed y, ni corto ni perezoso, hizo brotar de la piedra un manantial hoy conocido como la Font Santa (fuente santa). Pero no ocurrió lo mismo en Sant Vicent.
Por las agostadas tierras del municipio de l’Alacantí, allá por 1411, se le pidió un poco de líquido elemento para regar campos, y el santo respondió aquello de “aquest poble serà sequet però sanet” (este pueblo será sequillo pero sanillo). Al menos aportó escudo de armas a un municipio cuyos habitantes supo ganarse, hasta el punto que le dedicaron el nombre del lugar y todo un notable ciclo festero que sumar a las varias celebraciones provinciales en honor al santo.
Un valenciano de mundo
Vicente Ferrer, San Vicente o Sant Vicent a partir de su pronta canonización, el veintinueve de junio de 1455, gracias al papa también valenciano Calixto III (1378-1458), viajó mucho, predicando, filosofando (era experto en lógica, o sea, en el estudio del argumento, el significado y la verdad), y poseía, milagrerías aparte, un indudable don de gentes. Nacía en la misma Valencia, pero pronto tocó hacer maletas: entre 1368 y 1375, este hijo de familia acomodada que tomó los hábitos en 1367 estudiaba en Lérida (Lleida), Barcelona y Toulouse.
Donde iba, dejaba huella, desde su misma ciudad natal, que lo tiene como santo patrón, e incluso lo honra en fiestas con estampas de su vida, posiblemente las que inspiraran al cineasta valenciano Carles Mira (1947-1993) su polémica película ‘La portentosa vida del padre Vicente’ (1978), que en su tiempo se dejó de proyectar en la hoy Comunidad Valenciana tras explotar el veintiséis de septiembre de 1978 una bomba en los lavabos del alcoyano cine Goya.
El futuro canonizado fue experto en lógica
Patronazgos a vista de mapa
Vista hoy, la cinta, con sus notas de humor ‘a la valenciana’, a lo fallero o foguerer, si se quiere, resulta enormemente fiel a los episodios de una historia que los habitantes de Valencia, Alicante o Castellón han hecho muy suya. Aunque tengan que compartir festejos con poblaciones tan lejanas como el municipio argentino de San Vicente, en la provincia de Buenos Aires, con 72.118 habitantes según último cuenteo. O el francés Vannes (53.780 residentes), donde fallecía, un cinco de abril.
Vannes, en plena Bretaña, lo tiene como patrón, y desde 1891 una estatua en la posiblemente más impactante de sus seis puertas arquitectónicas. Pero es en la Comunidad Valenciana donde el santo arrambla con mayor número de dedicatorias urbanas, desde barriadas a ciudades enteras. En la provincia alicantina, anotamos las localidades de Alcalalí, Alcoleja (o Alcolecha), Algorfa, Almoradí, Beneixama, Benidoleig, Biar, Bigastro, Busot, Callosa de Segura, El Campello, Castalla, Confrides, Elche, La Nucía, Petrer, Sant Vicent, Teulada-Moraira (en concreto Teulada) y El Verger.
Se le conmemora incluso en Argentina o Francia
Con Moros y Cristianos
En el ámbito provincial, quizá sea Sant Vicent del Raspeig, dado su propio nombre, la que mayor interés mediático acapara. No solo protagoniza el recuerdo del santo, sino que también le proporciona a la urbe, con 58.912 habitantes en 2021, sus fiestas mayores, patronales, con Moros y Cristianos desde 1975, en honor al canonizado: diez días de homenaje y jolgorio. La Generalitat declaraba los festejos, el veintiocho de septiembre de 2007, de Interés Turístico Provincial.
Eso sí, conviene avisar de que, si la conmemoración oficial es el cinco, la del calendario festero, en toda la Comunidad, se rige por otro planteamiento: siempre el lunes de la segunda semana de la Pascua de Resurrección. Este año toca el veinticinco, al que viene el diecisiete, y el 2024 el ocho. Por ello, en las patronales de Sant Vicent, los días más celebrados son sábado, domingo y lunes después de Pascua. Pero no constituyen, ya lo vimos, las únicas visitas a hacer.
Las fiestas de Sant Vicent son de Interés Turístico Provincial
Modelos de fiesta
Después de todo, Vicente Ferrer está considerado como protector de fuentes y manantiales, y estas tierras o tienen abundancia o necesidad de ellos. Por ejemplo, juegos populares, paellas gigantes, chocolatadas, teatro… en las agrícolas, y chaleteras, pedanías ilicitanas de Perleta (1.454 habitantes) y Maitino (928), del 22 al 25 este año, toca, según programa, volver. Como en Callosa de Segura (19.273), que mantiene la tradicional procesión Comulgar de San Vicente, surgida prácticamente desde las visitas del santo al municipio mientras estuvo en Orihuela.
La costumbre litúrgica practicada aquí, de llevar el viático a los enfermos creyentes, no es más que una manifestación más de la Processó dels Combregars (procesión de los comulgantes), que se desarrolla prácticamente en toda la Comunidad, generalmente en honor a un santo, en muchas localidades precisamente a este santo, identificando lunes de San Vicente y Combregars. Distintas formas de celebrarlo, pues, todas gozosas, a voluntad, quizá capricho.