Una de cada cinco personas mayores de 40 años tiene hipertensión arterial. Esta patología supone una elevación inapropiada de la tensión arterial, por encima de los 140/150 en la sistólica y 90 en la diastólica. La hipertensión se da con más frecuencia en personas con sobrepeso y diabéticos. Actualmente se puede tratar con dieta, en la que se elimina la sal, y medicación. Los diuréticos ayudan a controlar la hipertensión.
Es una enfermedad silenciosa durante mucho tiempo, por lo que puede pasar desapercibida y tener efectos graves. Por eso es importante tener hábitos saludables.
Principales efectos de la hipertensión
Existen cuatro clases de efectos o repercusiones orgánicas de la presión arterial alta, que es importante tener en cuenta.
Efectos cardiovasculares
Son varias las consecuencias negativas de la presión arterial elevada en el sistema cardiovascular. Daña las arterias, provocando pérdida de elasticidad y mayor rigidez en las mismas. Los principales efectos son:
- Se produce un aumento del grosor de la pared de las arterias, que son los vasos sanguíneos que llevan la sangre desde el corazón hasta el resto del cuerpo. Asimismo, también disminuye el espacio que hay dentro de las arterias, aumentando la presión y la resistencia periférica al paso de la sangre. Las arterias quedan más estrechas y dañadas.
- La presión de la sangre pasando por una arteria dañada origina lesiones en el endotelio, que pueden provocar aneurismas. Son más frecuentes los que aparecen en la aorta.
- El corazón tiene que hacer más fuerza para expulsar la sangre y provoca una hipertrofia del musculo cardiaco. La tensión en el corazón ocasionada por la hipertensión puede hacer que el músculo cardiaco se debilite.
- La disminución de distensibilidad ventricular también afecta a las aurículas y puede producir arritmias como la fibrilación auricular.
- Produce arterioesclerosis, es decir unas obstrucciones en las arterias. Esto causa isquemia o falta de oxígeno, lo que predispone a tener anginas de pecho e infartos.
En resumen, los pacientes con hipertensión arterial tienen un mayor riesgo de padecer enfermedad en las arterias coronarias, atereosclerosis, anginas de pecho e infartos. Asimismo, a partir de los 70 años son más propensos a presentar fibrilación auricular, que es una arritmia muy notable.
Efectos neurológicos
Las personas con hipertensión arterial es frecuente que tengan molestias como dolores de cabeza o cefaleas, inestabilidad y mareos. No obstante, las consecuencias más graves se producen en el sistema nervioso central. Son:
- Accidente cerebrovascular, que puede ser hemorrágico o isquémico. Dentro de los isquémicos, producidos por falta de oxígeno, se encuentran las trombosis y las embolias cerebrales.
- Encefalopatía hipertensiva. Es una afectación del encéfalo por la hipertensión, normalmente por un aumento grave de la presión arterial. Conlleva disminución o alteración de la consciencia, convulsiones, edemas de la papila dentro del ojo e hipertensión intracraneal, entre otros síntomas.
- Demencias multiinfarto y enfermedad de Binswanger.
- Deterioro cognitivo leve.
Efectos en los ojos
La hipertensión afecta a la capa más interna del globo ocular, la retina. Existen cuatro grados de afectación, tal y como se explica en el artículo Manifestaciones oftalmológicas de la hipertensión arterial, escrito por N. A. Rodríguez y A. Zurutuza, delServicio de Oftalmología del Hospital de Navarra, en Pamplona.
- Grado I: se produce un estrechamiento y esclerosis arteriolar.
- Grado II: hay cruces arteriovenosos.
- Grado III: exudados y hemorragias.
- Grado IV: edema de papilas.
También puede dañar al nervio óptico o producir una acumulación del líquido debajo de la retina.
Efectos renales
La hipertensión es una de las principales causas de enfermedad renal crónica a nivel mundial. Hace que le corazón trabaje más, lo que puede dañar los vasos sanguíneos de los riñones, causando una enfermedad llamada hipertensión renal. En esta enfermedad los riñones dejan de realizar algunas de sus funciones, como las de filtrar sangre del aparato circulatorio, dejando deshechos y fluidos extra del cuerpo. Los fluidos extra hacen aumentar aún más la presión arterial.
En una analítica el GFR (índice de filtración glomerular) muestra si los riñones están filtrando bien los deshechos del organismo. También una prueba de orina que mide la albúmina puede determinar si hay daño en los riñones.
Por último, la hipertensión arterial también puede tener consecuencias negativas en la vida sexual de una persona. La disminución del flujo sanguíneo a la pelvis puede afectar tanto a los hombres como a las mujeres, impidiendo a erección en el caso de ellos o reduciendo la lívido en el de ellas.