Entrevista > Marina Escoda / Directora del Conservatorio Profesional de Música ‘Rafael Rodríguez Albert’ (Alicante, 12-junio-1972)
Termina el curso escolar 21-22 para una de las principales instituciones académicas de Mutxamel. Actualmente el Conservatorio Profesional acoge a unos 240 alumnos y se imparten clases de guitarra, viola, violonchelo, violín, trompeta, clarinete, trombón, trompa, flauta, piano, saxofón y percusión.
Conversamos con Marina Escoda Patrón, quien lleva ya diecisiete cursos dando clases de piano en este conservatorio y desde 2019 es también la directora del mismo. Muchos años enseñando a innumerables alumnos mutxamelers y de otras poblaciones cercanas a ‘dar con la tecla’.
¿Cómo te metiste en la música?
Yo estudié Derecho mientras, y a la vez, el superior de piano. Empecé dando clases particulares en la escuela de El Campello, al mismo tiempo que trabajaba en un despacho… y la verdad es que no me gustaba nada (risas). Como la música sí que me atraía mucho, al final me decanté por esto. Y cuando salieron oposiciones me saqué una plaza.
«A veces nos ocurre que los padres se quieren matricular con sus propios hijos»
Llama la atención que Mutxamel tenga todo un conservatorio profesional habiendo dos en Alicante e incluso la escuela de música de L’Aliança en la calle de al lado.
De todos es sabido que en Mutxamel existe mucha tradición musical. En L’Aliança les dan una formación para tocar instrumentos de viento en la banda, pero no es una escuela oficial donde se salga con titulación. Al final cada uno ocupamos nuestro espacio en la localidad. De hecho algunos alumnos suyos luego vienen aquí para sacarse el título profesional.
Curiosamente esta institución comenzó como escuela también, lo que pasa es que aumentó tanto el número de matriculas que luego fue reconvertido a Conservatorio Elemental y años más tarde definitivamente en Conservatorio Profesional. Nunca hemos parado de recibir cada vez más y más matrículas. También es cierto que no todos son mutxamelers, pues también vienen alumnos de otras localidades donde no hay conservatorio como Jijona, El Campello o la playa de San Juan.
¿Cuál es el perfil del alumno? ¿Normalmente por qué se matricula alguien en el conservatorio?
La mayoría de los alumnos empiezan a los ocho años, y se matriculan porque sus padres están interesados en que estudien música. Aquellos que superan el grado elemental y continúan en el profesional son quienes realmente sienten una vocación por esto. Algunos son hijos de músicos, pero no es el perfil más habitual.
¿Tenéis también adultos?
Sí, quizás esto sea el caso contrario. Son personas que vienen porque sus padres no los trajeron cuando eran niños. Incluso tenemos el caso de algún padre que ha traído a sus hijos y ha decidido dar el paso de apuntarse también él.
De todas formas los adultos son minoría, porque la ley da preferencia a los niños y solamente pueden ingresar en caso de vacantes.
«La forma de enseñar música ha cambiado mucho, antes te chillaban cuando fallabas una nota»
Con lo divertida que es la música, yo tuve un mal profesor en el instituto y me aburría mucho en las clases. Quizás sea una de las asignaturas que más dependen del docente.
Por supuesto, pero también influye que en el instituto el profesor tiene a muchos alumnos mientras que en el conservatorio el ratio es de uno a uno. Para los pequeños es de las pocas veces que tienen un profesor para ellos solos. Es cierto que si le haces la clase amena, el niño se engancha rápido y si no pues se aburre.
¿Qué instrumentos suelen querer aprender más los alumnos?
En esta comarca casi todos los músicos tocan en alguna banda, y por tanto hay mucha querencia a tocar instrumentos de viento. Sin embargo en nuestro conservatorio el más demandado es el piano, y luego la guitarra y el violín. Esto es habitual en todos los conservatorios, cuando un padre apunta a su hijo pues suele pensar más en un piano que por ejemplo en un fagot.
¿Ha cambiado mucho la forma de enseñar música desde que empezaste?
Sí. Sobre todo el lenguaje musical, lo que antes llamábamos solfeo, antiguamente era muy rígido y teórico. Hoy en día los métodos son más modernos. Por ejemplo podemos dar clase con programas de ordenador, lo cual engancha más al niño.
También han cambiado mucho la relación profesor y alumno. Antes se estilaba ir a la clase, que te escucharan la lección, que te soltaran cuatro gritos cuando fallabas una nota, que te marcaran con letras gigantes los errores… y para casa. Hoy en día los profesores intentamos explicarlo todo más para trabajar más mano a mano. Es un trato mucho más cercano, no existe esa gran distancia entre el maestro y el estudiante.
«Opositar a profesor es la salida profesional más segura, pero todos los músicos quieren tocar en conciertos»
Aunque hoy en día la enseñanza de conservatorio no sea tan rígida, imagino que debe ser duro para los estudiantes compaginarlo con el instituto. Tendrán bastante menos tiempo libre que los chavales de su edad, ¿no?
Nuestros alumnos son unos superhéroes. Sobre todo cuando llegan a los últimos cursos. Los que están en sexto compaginan segundo de Bachillerato con once horas presenciales en este Conservatorio todas las semanas. Tienen que hacer un montón de asignaturas como Historia de la música, Análisis, Música de Cámara, una optativa, etc.
Los estudios en el Conservatorio no son como un deporte. Tú apuntas a tu hijo a tenis y practica un rato en el club, pero luego no se lleva deberes de tenis a casa. Aquí, aparte de las horas que se pasa en el centro, luego tiene que dedicarle otras tantas al instrumento en su casa para ensayar. Por eso te digo que son admirables. De hecho los que llegan a los últimos cursos suelen ser chavales de mucho nivel académico.
¿Qué tipo de música de piano se toca hoy en día?
Una cosa es la que nos gustaría enseñar y otra cosa es la que enseñamos. Porque debemos ceñirnos al programa oficial, el cual incluye que tienes que tocar una pieza del barroco, otra del clasicismo, del romanticismo, etc. Exactamente igual que un instituto tienes que pasar por el tema 1, el 2, el 3…
En mi caso particular yo intento compaginarlo también con música tipo jazz o alguna melodía de música moderna que les guste a ellos.
¿Cómo os apañasteis durante la pandemia?
La pandemia llegó en mi primer año como directora, ese fue mi debut. Además no hubo ningún tipo de organización previa, pues todo llegó sin avisar. Nos fuimos de aquí un viernes y ya no volvimos el lunes.
Dimos clases online y cada uno sacó sus armas para hacerlo. Por el método que fuera como Skype, Zoom, el teléfono móvil, etc. Mostramos nuestros salones a los alumnos, y viceversa.
«Nuestros alumnos que compaginan el conservatorio con el instituto son superhéroes»
Se me antoja bastante complicado enseñar música online, ¿no?
Sí, pero se puede. Hoy en día si esto volviera a ocurrir quizás estaríamos más preparados. Porque por videollamada había un pequeño desfase, que se notaba, entre el niño tocando y el profesor escuchando. Además no todo el mundo tiene la misma cobertura de Wifi en casa, y a veces fallaba la señal.
Tampoco todos los instrumentos son igual de agradecidos para una conferencia online. Y los percusionistas lo tuvieron más complicado dado que sus instrumentos están en el centro, no los tienen en sus casas.
En general fue más difícil con los niños pequeños, porque ellos necesitan que les enseñes a colocar la posición y las manos. Los grandes no necesitan tanto ese trato más cercano. Pero aún así nos apañamos. Había que tirar para adelante y lo hicimos.
Recientemente varios de vuestros alumnos fueron premiados en la Gala de Educación de Mutxamel.
Es una gala anual que organiza la Concejalía de Educación. Es un reconocimiento a los alumnos que se lo merecen. Supone además una manera de hacer visible que hay movimiento cultural y actividad en el municipio.
¿Cómo está el mercado laboral para los músicos que terminan sus estudios de conservatorio?
Ahora el mercado es muy amplio. Hay quien se decanta por la vía clásica y oposita para ser profesor de instituto o conservatorio. También hay quien prefiere trabajar en campos más actuales como la producción de sonido. Luego están los que se especializan en jazz, edición de partituras o cosas así.
«Si volviera a venir otra pandemia estaríamos mejor preparados esta vez»
Quizás opositar es la salida más segura pero también la menos vocacional, ¿no?
Sí. Un músico siempre quiere tocar en conciertos. Pero claro, en este país tampoco es que vengan a buscarte permanentemente a tu casa para ofrecerte actuar. Es difícil y al final muchos aspiran a estabilizar su vida.
Además se puede tener una plaza con ingresos estables y al mismo tiempo intentar seguir dando conciertos en tu tiempo libre. Vivir solo de los conciertos es posible, pero a lo mejor te toca llevar una vida un poco bohemia (risas).
¿Tenéis algún exalumno que haya llegado a una orquesta internacional?
En mi caso los pianistas no suelen tocar en orquestas, pero yo tengo una alumna que está tocando en París y otra que ahora es profesora en el Conservatorio de Alicante. Alumnado bueno, hay.
¿Quieres aprovechar para pedir algo a la Conselleria?
No me puedo quejar demasiado porque en general todo lo que hemos pedido en el Conservatorio nos lo han dado. La dotación de instrumentos que tenemos es buena.
Sí que pediría más profesorado para poder atender toda la demanda de alumnado, porque en determinadas especialidades hay algún alumno que se queda en lista de espera.