Entrevista > Enrique Barrajón / Doctor en Tecnología Farmacéutica en UMH e IDiBE (Madrid, 18-marzo-1977)
El gran impacto que tienen sobre la salud todas aquellas enfermedades que se engloban alrededor del cáncer, siguen motivando una intensa labor investigadora dirigida al descubrimiento de nuevos compuestos que sirvan para complementar y mejorar los tratamientos existentes. Fruto de esa necesidad son muchas las investigaciones que siguen llevando a cabo diversos investigadores.
Es el caso de Enrique Barrajón, doctor del área de Farmacia y Tecnología Farmacéutica de la Universidad Miguel Hernández (UMH) y el Instituto de Investigación, Desarrollo e Innovación en Biotecnología Sanitaria de Elche (IDiBE).
Estudios de los fondos marinos
Su grupo de investigación lleva años inmerso en un estudio de los fondos marinos, y están ya muy próximos a la fase de ensayo con animales de un nuevo fármaco procedente de una babosa de mar que contiene moléculas antitumorales. Se trata de un nudibranquio, una babosa marina conocida como liebre de mar, en la cual han centrado sus principales esfuerzos.
El estudio se centró en un principio en el cáncer de colon, porque es uno de los más frecuentes en todo el mundo y carece todavía de tratamientos 100% efectivos, pero también sería útil en el cáncer de mama.
¿Por qué empezaron a buscar en el mar?
Para la búsqueda de estos tratamientos decidimos buscar en el mar porque a día de hoy es una fuente ingente de nuevos compuestos, con posibilidad de llegar a ser fármacos en el futuro. Tomamos esa decisión ya que se estima que alrededor del 80% de las especies de nuestro planeta viven en ese hábitat y todavía sólo conocemos el 40% de ellas, es decir, queda mucho todavía por encontrar.
Además, las peculiaridades del hábitat marino hacen que la diversidad de estructuras químicas que se pueden encontrar en él sea muy numerosa.
Partiendo de esta base, nuestro grupo de investigación del IDiBE en la UMH ha seleccionado diferentes invertebrados marinos y ha conseguido purificar sus compuestos de interés. Posteriormente hemos probado su actividad antitumoral en diferentes modelos celulares de cáncer de colon y estudiado su mecanismo de acción y selectividad.
«Cualquier pequeño avance como el nuestro es muy relevante para la ciencia y la mejora futura de los pacientes»
¿Qué efecto lograría el nuevo fármaco sobre la enfermedad?
A día de hoy es muy pronto para conocerlo ya que estamos en los estadios iniciales del desarrollo de un futuro medicamento, pero nuestra investigación va encaminada a conseguir un nuevo fármaco que permita que los pacientes tengan otras oportunidades terapéuticas más seguras y eficaces en el futuro.
Queda mucho por delante, pero cualquier apoyo en la lucha contra el cáncer, cualquier pequeño avance como el nuestro, es sin duda alguna muy relevante para el avance de la ciencia y la mejora futura de los pacientes.
¿En qué punto se encuentra en este momento su investigación?
En este momento sabemos que los compuestos que estamos estudiando consiguen ejercer una acción tóxica sobre las células tumorales de manera preferente a las no tumorales, y que esta acción se basa en un incremento selectivo del estrés oxidativo de las células tumorales.
Hoy conocemos con detalle el mecanismo de acción de los compuestos que estamos desarrollando, y hemos entendido la base de su acción preferente sobre las células tumorales.
¿Cómo surgió este proyecto basado en el fondo marino?
En un determinado momento de nuestra trayectoria, hace aproximadamente unos cinco años, decidimos que debíamos ampliar nuestro espectro de búsqueda de nuevos compuestos con actividad antitumoral a los organismos marinos, y en especial a los invertebrados marinos.
A partir de ese momento, y con ayuda de la empresa Todo Pez situada en Monforte del Cid (Alicante), comenzamos a realizar pruebas en acuarios de experimentación que nos permitieron elegir veinte invertebrados marinos como potenciales candidatos a estudiar.
De ellos, a través de sucesivas pruebas en el laboratorio, fuimos eligiendo cuatro, y posteriormente uno de ellos fue en el que más nos hemos centrado. Se trata de un nudibranquio, una babosa marina conocida como liebre de mar, en la cual hemos centrado nuestros principales esfuerzos.
«Estamos trabajando en ampliar nuestros resultados a otros tipos de tumores»
¿Hay alguna empresa farmacéutica que haya mostrado su interés?
Por el momento no, pero si todo sigue como esperamos, pretendemos conseguir el apoyo de una farmacéutica a medio plazo para poder seguir con los pasos necesarios y poder llegar algún día a los pacientes. Nos queda mucho por delante y el papel de una farmacéutica es imprescindible para garantizar el éxito a largo plazo del proyecto.
¿Qué apoyos están recibiendo para sus investigaciones?
El proyecto cuenta con el sello de Interés Social de la Agencia Valenciana de mecenazgo y el apoyo directo como mecenas de Caja Rural Central. También hemos recibido el apoyo de otro ente como es la ‘Asociación de Novelda de ayuda a personas con cáncer’ (ANOC).
Así mismo, tenemos abierta una campaña de recaudación de nuevos apoyos en la plataforma de mecenazgo de la UMH.
«El 80% de las especies de nuestro planeta viven en el mar y sólo conocemos el 40% de ellas»
¿Cuáles son los aspectos principales que entran en juego para padecer cáncer?
En el cáncer entran muchos aspectos en juego, pero fundamentalmente hay dos tipos: los genéticos, que serían los que heredaríamos de nuestros progenitores, y los ambientales, aquellos a los que nos exponemos durante nuestra vida.
¿Le gustaría añadir algo más?
Bueno, quería destacar y agradecer a dos personas en concreto. Una al Dr. Vicente Micol que es el responsable y director del grupo de investigación en donde se está desarrollando este trabajo, y a la Dra. Verónica Ruiz Torres, responsable directa de la realización de la gran mayoría de los ensayos que han permitido sacar este proyecto adelante.
Por último, querría comentar que cualquier persona que quiera apoyarnos en nuestra investigación puede hacerlo a través del portal de mecenazgo de la UMH.