Entrevista> Mariola Terrer / Presidenta de la Asociación Somos Gos
Aquellos lectores que tengan ya una edad recordarán aquellas campañas publicitarias contra el abandono de animales, especialmente perros, que durante los 80 y parte de los 90 se repetían en verano en la televisión bajo el lema ‘él nunca lo haría’. Por fortuna, y aunque siguen existiendo casos, la sensibilidad social hacia los animales ha aumentado de forma exponencial en España durante las últimas décadas y en esa evolución han tenido mucha culpa las asociaciones animalistas.
En Altea una de las más activas es Somos Gos, un grupo que nació de forma casual y que actualmente, como explica su presidenta Mariola Terrer, se dedica 24 horas al día, 365 días al año a defender los derechos de los animales en la Villa Blanca y buena parte de la comarca de la Marina Baixa.
¿Cuándo y cómo nace Somos Gos?
Comenzamos nuestra actividad en el año 2013. Yo di un parón en mi vida laboral y me ofrecí como casa de acogida y rescate para una camada de perros. Me los llevé a todos a casa y comencé a bajarlos a la playa.
Allí la gente me preguntaba cómo conseguía que fueran todos detrás de mí y callados. Yo venía del norte y me di cuenta de que en esta zona la cuestión de la sociabilización de los animales, sobre todo de los perros, era muy floja. Así, empecé a dar charlas en la playa cuando bajaba a pasear a los perros.
«En un principio, no quería ser una asociación porque eso implica una serie de obligaciones que, si lo haces en serio, es un trabajo de 24 horas al día»
Hábleme más de esa parte de la sociabilización de los animales.
Me di cuenta de que aquí era algo que no se trabajaba mucho. En el norte eso no pasaba porque tenemos mucha costumbre de salir al monte con ellos. Con un par de conocidos comenzamos a hacer paseos por Altea y todo aquello fue a más.
Fue entonces cuando comenzamos a recoger animales que tenían problemas de conducta para reconducirlos y darlos en adopción. También fue entonces cuando comenzamos a dar algunas charlas en los colegios, pero todavía no éramos asociación.
¿Cuándo dieron ese paso?
En el año 2016 nos constituimos como asociación. Antes de eso ya habíamos hecho alguna cosa con los ayuntamientos y habíamos remitido algunos escritos, pero siempre como particulares. En este caso, con mi nombre.
En un principio, no quería ser una asociación porque eso implica una serie de obligaciones que, si lo haces en serio, es un trabajo de 24 horas al día. Pero mira… aquí estoy.
«Gracias a Dios, las asociaciones de gatos han proliferado mucho»
Su nombre, Somos Gos, podría llevar a pensar que sólo trabajan con perros, pero eso no es así.
Recogemos todo tipo de animales. El nombre nace, realmente, porque cuando nos constituimos como asociación nos invitaron a asistir a la primera manifestación que hubo en apoyo a los perros de caza en Benidorm y nos pedían un logo. Comenzamos entonces a pensar un nombre y, aunque parezca una tontería, todos los que tenían relación con una asociación animalista estaban ‘pillados’.
Como la manifestación era a favor de los perros, se nos ocurrió Somos Gos. Pusimos ‘somos’ en castellano, porque todos los que la formábamos en ese momento somos de fuera, y ‘gos’ en homenaje a que estamos en la Comunitat Valenciana.
Perros y gatos son los animales domésticos más numerosos en nuestra sociedad, ¿son también con los que más trabajan?
Gracias a Dios las asociaciones de gatos han proliferado mucho. En Altea existimos cuatro asociaciones efectivas. Nosotros trabajamos con todo tipo de animales y las otras tres son exclusivamente para los gatos. Eso es algo que nos libera de mucho trabajo. Al menos, en Altea. Para el resto de la comarca ya estamos nosotros.
Lo que no hay en la zona son asociaciones que se dediquen a trabajar con animales exóticos o equinos, que es algo que tocamos muchos. Burros, caballos, ponys, cabras, gallinas, conejos… También trabajamos con muchísimas tortugas.
El Gobierno ya ha dado el paso definitivo para aprobar la llamada ley del bienestar animal. ¿Qué opinión le merece el texto?
Es una ley que es un primer paso. Con la que ya existe, si se aplicara bien, hay muchas cosas que ya estarían cubiertas. Es una ley hecha para los animales domésticos y que deja fuera a los animales que realmente sufren un verdadero maltrato. Y no quiero ni hablar de los toros, los zoos.
Que la ganadería o los animales de experimentación se queden fuera hace que la ley de bienestar animal nazca cojeando muchísimo.
«La nueva ley de bienestar animal es un primer paso»
¿Afecta de alguna forma a su actividad?
Nos van a controlar a unos animales que ya tenemos controlados. Van a controlar que nuestros animales tengan chip, que ya lo tienen. Van a controlar que los tengamos vacunados, que ya lo están. Lo que me preocupa son los animales que tienen los cazadores.
¿Se refiere sólo a Altea?
Sí, hablo centrándome sólo en Altea. Me preocupan, como te digo, los animales de los cazadores, los 20.000 animales que están en las huertas. Hoy en día seguimos sacando animales encadenados, con los collares que les ahogan, de personas del pueblo que los tienen sin vacunar y sin chip… y nadie hace nada.
¿Cómo es la colaboración que encuentran por parte de la Policía Local y del Seprona de la Guardia Civil?
Si te soy sincera, a veces parece que somos sus enemigos. En la Policía Local de Altea cada vez vemos más agentes comprometidos, pero con menos disponibilidad de poder ayudarnos. Antes no había agentes comprometidos, pero ahora sí los hay tanto en la Guardia Civil como en la Policía Local, pero faltan protocolos que pongan a todos de acuerdo.
No es lo mismo ver las cosas desde un despacho a ver la realidad desde la calle, que es donde nosotros trabajamos.
«Me preocupan los animales de los cazadores o los 20.000 animales que están en las huertas»
¿Me puede poner un ejemplo?
Poco antes del verano hubo varios casos de venta de perros que denunciamos, llegando a hacernos pasar por compradores. Llegó el momento de denunciar y no supimos dónde hacerlo cuando es una actividad penada por la ley. Y no se pudo formalizar la denuncia. Incluso en una de ellas intervino el concejal y la cosa no fue más allá.
El Seprona sólo está para delitos o causas penales. Demostrar un delito de maltrato animal es casi como pedir un milagro, porque incluso cuando un veterinario detecta un delito o una desatención, el Seprona no lo ve.
Eso les lleva a la acción directa.
A pesar de lo que se nos acuse, Somos Gos jamás comete una ilegalidad. ¿Vamos muchas veces en la línea? Sí, pero jamás la hemos cruzado. Ni asaltamos fincas, ni robamos perros, ni robamos caballos, ni nada por el estilo. Siempre vamos con la ley en la mano.
¿Cómo hacen entonces para rescatar a esos animales de los que me habló antes?
Hay tantas trabas burocráticas que no podemos contar con el Ayuntamiento, con la Policía o con la Conselleria. ¿Qué hacemos entonces? Vamos como asociación e intentamos hablar con los dueños y no diré que los amenazamos, pero sí les decimos que si no toman medidas les vamos a denunciar y así es como conseguimos sacar a los animales.
Lo que nos gustaría es que en esas actuaciones nos acompañara la Policía Local, porque en ocasiones nos ponemos en peligro con gente que está muy mal de la cabeza.
Una pata fundamental en todo ese ecosistema de protección animal son las propias protectoras. ¿Qué tal está ese ámbito en Altea y la comarca?
Nosotros no nos llevamos bien con ninguna de ellas. Los Ayuntamientos por volumen de habitantes (aunque debería de ser por el de animales) tienen la obligación de tener refugios. Altea lo tiene, pero como no hay gente suficiente para llevar a cabo esa actividad, está obligado a llevar a los animales a la protectora de Benidorm.
La protectora de Benidorm ha mejorado mucho, pero hay una acumulación de animales muy importante. En mi opinión, no se rehabilitan los animales en condiciones. No porque no quieran, sino porque es imposible.
«A pesar de lo que se nos acuse, Somos Gos jamás comete una ilegalidad»
Al menos, esa, según dice, sí funciona bien.
Funciona muy bien porque hay asociaciones sin ánimo de lucro dentro de la propia protectora que los ayudan, pero no por ella misma. En Benidorm se les llena la boca diciendo que están abiertos 24 horas, 365 días al año y yo te puedo asegurar que a partir de las 13 horas o los fines de semana es imposible contactar con ellos.
Y cuando eso ocurre, cuando no pueden, a quien recurren es a Somos Gos. Nosotros sí estamos 24 horas al día, 365 días al año porque no se puede planificar cuándo un animal necesita ayuda, cuándo te encuentras uno herido o atropellado.
Tengo la sensación de que la sensibilidad social hacia los animales ha mejorado mucho en los últimos años. ¿Comparte esa reflexión?
Ha mejorado mucho, pero es un arma de doble filo. Nuestras charlas, que deberían estar subvencionadas, y nuestras salidas a los colegios son la mejor manera de combatir lo que había antes, que era una indiferencia total hacia los animales. Está mejorando mucho en el ámbito de la comprensión hacia ellos.
Explíquese.
Tenemos a algunos animalistas que actúan a lo loco, sin saber muy bien qué es lo que necesita ese animal, incluso durante los rescates. Pero, a la vez, está aumentando la sensibilización hacia lo que estamos haciendo mal, también cuando vamos a salvar animales.
En ese sentido, también se está notando en cuanto a los animales domésticos. La gente ya no quiere tener animales porque sí. Eso es algo, la educación, en lo que Somos Gos emplea la mayor parte del tiempo.
«Que la ganadería o los animales de experimentación se queden fuera hace que la ley de bienestar animal nazca cojeando muchísimo»
Habrá ayudado en ello el uso cada vez mayor que se está haciendo de los animales como acompañantes y parte de la terapia para muchas enfermedades mentales.
No debemos hacer uso de los animales. Durante la pandemia, muchos psicólogos y psiquiatras recomendaban que se adoptasen perros o gatos. ¡Una persona inestable no puede coger un animal! Muchas veces vienen de un maltrato o un abandono y ya están bastante inestables.
En Somos Gos lo que hacemos es fomentar que haya una comprensión y una ayuda mutua entre las familias y el animal que se recoge.