Entrevista> Mario Urrea / Presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS)
España está viviendo uno de los veranos más calurosos y secos de su historia, una realidad que se ha hecho muy visible en algunos embalses y ríos de la mitad sur peninsular, pero que, como explica el presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), Mario Urrea, no es tan alarmante en esta cuenca gracias, sobre todo, a las lluvias caídas durante la pasada primavera.
El verano de 2022 ha sido especialmente seco en todo el territorio nacional y eso, según avisan los expertos, podría alargarse al próximo otoño-invierno. ¿Cómo ha afectado esta situación a las reservas hídricas de la cuenca del Segura?
La cuenca del Segura ha tenido un comportamiento algo mejor, junto con la del Jucar, que la del resto del territorio nacional en términos de pluviometría donde la escasez de lluvia ha sido una constante.
Gracias a las lluvias registradas en la primavera de 2022 y gracias a la planificación de los recursos hídricos llevada a cabo por la CHS, que incorpora las aguas desaladas, y al uso responsable que los usuarios hacen del recurso en esta cuenca habituada a la escasez, la situación en el Segura es algo más optimista que en el resto de cuencas.
«El suministro para los principales usuarios domésticos está garantizado»
Comienza ahora un nuevo año hídrico y, una vez más, lo hace con la preocupación derivada de los efectos a corto, medio y largo plazo del cambio climático. ¿Es la cuenca del Segura una de las más expuestas a esta situación en España?
La cuenca del Segura es una de las más deficitarias del país. Además, los efectos del cambio climático son más visibles y palpables en una región semiárida como son las provincias de Alicante, Almería y Murcia.
Las previsiones indican que los eventos extremos se van a intensificar y a hacer más frecuentes, por lo que las regiones con mayor escasez del recurso convencional van a ser las que probablemente más sufran los efectos del cambio climático.
En términos históricos y mirando las reservas de agua de la cuenca, ¿estamos ante una situación normal para esta época del año?
Las reservas totales de la cuenca cuentan con 429 hm3, unos 50 hm3 menos que en las mismas fechas del año pasado. Sin embargo, el promedio de recursos disponibles en estas fechas es de 364 hm3, considerando la serie desde el año 2000, con un mínimo de 125 hm3 del año 2003.
A la vista de estas cifras podemos concluir que, a pesar de estar al 37,6% de capacidad total de los embalses, las existencias actuales son mejores de lo normal en estas fechas, lo que nos sitúa en buenas condiciones para afrontar el próximo año hidrológico.
Teniendo en cuenta esos datos y suponiendo que tengamos un invierno seco, ¿hasta cuándo está garantizada el agua para los usuarios de la cuenca?
Los indicadores de escasez, calculados conforme al Plan Especial de Sequías aprobado en 2018, indican a fecha de 1 de agosto de 2022 una situación de prealerta, debido fundamentalmente a la mala situación del subsistema del Trasvase.
Un invierno seco probablemente lleve estos indicadores hasta la situación de Alerta, situación a partir de la cual se ponen en marcha las herramientas previstas en el mencionado Plan de Sequía para paliar los efectos de la escasez de recursos.
En el caso concreto de los regantes, ¿hasta qué punto la situación actual de sequía puede afectar a los cultivos de la cuenca del Segura?
Como se indicaba anteriormente, los indicadores actualmente nos sitúan en prealerta, por lo que no existe sequía declarada.
Si las precipitaciones de otoño e invierno fueran escasas, y los indicadores de escasez se ubicaran en Alerta, o incluso Emergencia, el mencionado Plan Especial de Sequía prevé restricciones al regadío que van del 25% en situación de Alerta hasta el 50% en situación de Emergencia.
«Las existencias actuales de agua embalsada son mejores de lo normal en estas fechas»
Y en el de los usuarios domésticos, ¿hay riesgo de que se tenga que hacer frente a restricciones en el suministro?
El suministro para los principales usuarios domésticos está garantizado ya que, además de las aportaciones propias de la cuenca, contamos con las procedentes del trasvase Tajo-Segura que están garantizadas hasta el final de este año natural, a las que hay que añadir las procedentes de las desaladoras que gestiona directamente la Mancomunidad de los Canales del Taibilla, como aquellas otras de ACUAMED, con las que se tienen convenios, como la de Torrevieja.
¿Qué actuaciones tiene previstas la CHS a medio y largo plazo para paliar una situación que, según los modelos predictivos, se dará con más frecuencia en el futuro como es la de la falta de precipitaciones?
En una cuenca con escasez como la del Segura, las actuaciones dirigidas a incrementar el recurso disponible y a fomentar una optimización del recurso aplicado son una constante en la actividad ordinaria del Organismo.
Si bien es cierto que las previsiones apuntan a una menor disponibilidad de recursos, y a una intensificación de los eventos extremos, resulta complejo planificar a largo plazo cuando hay tanta incertidumbre en cuanto a la disponibilidad real de recursos naturales en el futuro.
«Los indicadores actualmente nos sitúan en prealerta, por lo que no existe sequía declarada»
¿Algo concreto?
Entre las actuaciones previstas cabe destacar los incrementos de la producción de las desaladoras existentes, la utilización en las mismas de las energías fotovoltaicas, el proyecto de interconexión de las desaladoras existentes en la cuenca del Segura, los Planes de Ordenación de acuíferos en riesgo de no alcanzar el buen estado cuantitativo para eliminar la sobreexplotación de los mismos, la permanente mejora de los sistemas de control de aprovechamientos y la revisión de superficies sin derecho que permita proteger los recursos disponibles entre otros.