La UCI Neonatal del Hospital General Universitario de Elche se ha propuesto una nueva meta. A los equipamientos de última generación y a las técnicas asistenciales más novedosas, se une el firme propósito de sus responsables de conseguir que la atención de sus diminutos pacientes sea lo más cercana y lo más humana posible.
En este objetivo han puesto su empeño los miembros de la plantilla de un servicio que es unidad de referencia para todo el sur de la provincia de Alicante, y en cuyas instalaciones se atiende a los recién nacidos adscritos al hospital ilicitano, al hospital del Vinalopó, al hospital de la Vega Baja y al hospital de Torrevieja.
La unidad de intensivos cuenta con nueve incubadoras
Grandes prematuros
En estas instalaciones se atiende, fundamentalmente, a niños prematuros, por debajo de las 37 semanas y hasta los 28 días de vida, que precisan de cuidados intensivos. “La patología predominante en el servicio son los grandes prematuros, niños de menos de 28 semanas de gestación que presentan un peso inferior a los 1.500 gramos”, indica la neonatóloga María Jesús Ferrández.
El servicio de Pediatría del Hospital General Universitario de Elche cuenta en la actualidad con 41 camas, de las que 27 corresponden a la Unidad Neonatal, distribuyéndose en 9 puestos para la UCI y 18 para Neonatología. “En los últimos años se ha logrado aumentar la supervivencia de estos pacientes y eso se traduce en una mayor morbilidad, lo que requiere de un seguimiento más exhaustivo de todos ellos”, afirma la especialista.
Uno de los mayores retos de las unidades de cuidados intensivos es lograr reducir las secuelas que pueden presentar los grandes prematuros y, que en muchas ocasiones, se manifiestan de modo tardío, como el déficit de atención o el espectro autista.
Un colchón de hipotermia ayuda a regular la temperatura de los niños
Programas
La especialista ilicitana asegura que uno de los puntos fuertes, de la unidad neonatal del hospital de Elche, son los programas que se están impulsando para mejorar los cuidados relacionados con el desarrollo de los recién nacidos y la implicación de las familias.
La UCI Neonatal del centro hospitalario ilicitano cuenta con un importante equipamiento que incluye, entre otros aparatos, catorce incubadoras convencionales y dos incubadoras de transporte neonatal con respirador, cuatro respiradores para ventilación invasiva y otros tantos de alta frecuencia o monitores multiparamétricos. “Nosotros disponemos de todo lo necesario para atender a este tipo de pacientes, a excepción de la Cirugía pediátrica que derivamos al Hospital de Alicante como centro de referencia en toda la provincia”, manifiesta Ferrández.
El servicio de Pediatría del hospital ilicitano cuenta con todas las subespecialidades pediátricas, desde la electroencefalografía, a la ecografía, cardiología, neuropediatría, dismorfología, digestivo, neumología, oftalmología, endocrinología, cirugía ortopédica y traumatología, además de un transporte neonatal provincial atendido por neonatólogos, que dispone de dos incubadoras con respirador.
‘Programa canguro’ permite el contacto constante de bebés y familias
Puertas abiertas
En 2009 la unidad ilicitana puso en marcha un innovador programa de puertas abiertas, dirigido a las familias, con el objetivo de que los padres se conviertan en los principales cuidadores de los recién nacidos, puesto que se ha demostrado que mejora el estado general de los niños. “Uno de nuestros fuertes es la atención temprana y la iniciamos de modo intrahospitalario, desde el nacimiento o cuando logramos estabilizar al pequeño, porque la estimulación es esencial para el desarrollo del niño”, asegura Ferrández.
Entre los programas encaminados a humanizar la asistencia sanitaria a los neonatos están las terapias relacionadas con la respiración o con la hipotermia terapéutica para niños con encefalopatía hipóxica. Esta técnica pretende reducir el riesgo de discapacidad. Es la ‘hipotermia terapéutica’, que forma parte de la estrategia neuroprotectora, que se aplica para disminuir el daño neuronal que se produce si las células del cerebro no reciben el riego sanguíneo necesario en los bebés que han sufrido asfixia durante el parto.
De este modo, el nuevo equipo de tratamiento se utiliza en casos de encefalopatía hipóxico-isquémica moderada-grave, y permite reducir la mortalidad y la discapacidad causada por los daños cerebrales provocados por la falta de oxígeno.
Colchón de hipotermia
Asimismo, la unidad cuenta con un colchón de hipotermia que regula la temperatura del bebé, así como un complejo sistema de monitorización cerebral que indica el estado neurofisiológico del neonato en todo momento. “Es esencial contar con programas como éste, porque su éxito depende de que pueda aplicarse en las primeras seis horas de vida para mejorar el pronóstico neurológico del recién nacido”, señala la neonatóloga.
En concreto, se trata de reducir la temperatura corporal del bebé hasta los 33 grados, manteniéndolo así durante 72 horas. Transcurrido ese tiempo, se debe reiniciar el ‘recalentamiento’ hasta alcanzar los 36 grados, ya que el procedimiento ha demostrado su eficacia, para reducir la mortalidad y la discapacidad mayor, en los niños que sobreviven tras una agresión hipóxico-isquémica perinatal.
Hasta ahora este tratamiento solo estaba disponible en el Hospital General de Alicante, lo que obligaba a trasladar allí a estos bebés y sus madres.
Implicación de las familias
Otra de las iniciativas, encaminadas a mejorar la humanización de la asistencia sanitaria a los recién nacidos que precisan hospitalización en la UCI, es el programa de ’puertas abiertas’, el denominado ‘programa canguro’ que permite que los padres puedan estar en cualquier momento del día en constante contacto con el neonato.
“En estos boxes se facilita que los padres y los niños compartan el mayor tiempo posible juntos, y se mejora el aprendizaje de los cuidados que el niño requerirá cuando se marche de alta”, explica Aurea Carbonell, coordinadora del área de Pediatría.
Ferrández y Carbonell remarcan que el objetivo de estas iniciativas, impulsadas en los últimos años, están encaminadas a humanizar al máximo los cuidados del recién nacido, una atención en la que es esencial la implicación de las familias. “Los estudios demuestran que este tipo de actuaciones mejora sustancialmente la evolución de los niños y, por ello, queremos aumentar el espacio para que los padres participen activamente en los cuidados de los niños durante su estancia hospitalaria”, manifiestan las especialistas.
El hospital logra ser selector de donantes de leche materna
Banco de leche
En el proceso de humanización asistencial ocupa también un lugar relevante el banco de leche. En este sentido, el Hospital General Universitario de Elche fue nombrado el pasado mes de febrero selector de donantes de leche materna, lo que ha permitido que las madres ilicitanas y del sur de la provincia puedan donar su leche en el hospital ilicitano, sin necesidad de tener que trasladarse a Alicante.
El centro ilicitano participa en el proceso de donación de leche materna desde el año 2017. Este programa permite que los bebés hospitalizados que necesiten leche materna puedan recibirla, sin necesidad de que sus madres tengan que hacerlo en la capital donde se les realizaba una analítica para análisis microbiológico y donaban la leche. Ahora mismo esto ya es posible en Elche.
“Ahora somos receptor y selector de donantes, e incluso queremos que haya hospitales satélites que recojan la leche para facilitar las donaciones. Desde febrero hasta ahora hemos atendido a 27 donantes y se han recogido 700 litros de leche”, indica María Jesús Ferrández.
Este servicio tutela un programa de duelo perinatal
Lucha contra el ruido
El ruido existe en las UCI Neonatales también es motivo de atención en el hospital ilicitano, donde se ha instalado un medidor para procurar que el ambiente sea lo más silencioso posible, puesto que los mecanismos de monitorización están en el interior de las unidades y suelen ser algo ruidosos.
Pero en el centro ilicitano tampoco olvidan que no todos los recién nacidos hospitalizados logran superar sus complicaciones. Por ello, también se ha puesto en marcha un programa de duelo perinatal, que facilita el trance de unos padres que tienen pasar por el duro proceso de perder a su hijo.
“Si ellos quieren, permitimos que el niño fallezca en sus brazos, se señalizan algunas zonas para advertir al resto de padres de un momento tan duro y se les acompaña en todo lo que precisan. Es importante que el duelo sea adecuado para que la evolución psicológica de los padres sea lo más positiva posible”, remarcan Carbonell y Ferrández, para quienes la participación activa de los padres en los cuidados del recién nacidos es esencial en la evolución de los niños.