Entrevista> Beatriz Fernández / Directora de orquesta (Paiporta, 9-julio-1983)
Beatriz Fernández es uno de los mayores talentos de nuestra música. Apasionada a ella desde bien pequeña, comenzó en la banda musical de su Paiporta natal, en un principio con el clarinete -del que después se convirtió en maestra-, aunque seguidamente también ha estudiado piano y dirección de orquesta y banda.
Ahora, plenamente consolidada, no quiere dejar de aprender, de formarse y de mejorar día a día en un panorama profesional sumamente exigente. Ha dirigido a las mejores orquestas del país, también alguna a nivel internacional, y trabajado con los máximos exponentes, siempre con la honestidad y sencillez que la caracteriza.
¿Cuáles fueron tus inicios en la música?
Comencé en una de las bandas de mi pueblo, Paiporta, llamada La Primitiva. Sí es cierto que mis padres no son músicos, pero ambos me cuentan que cuando era bien pequeña, al escuchar la banda de música en las fiestas, me llamaba mucho la atención.
Recuerdo que también tenía mucho interés por leer y era porque mi madre me decía que hasta que no aprendiera a leer no me apuntaría a música.
La música me atrae ya desde el principio y poco a poco hago solfeo y empiezo a tocar el clarinete. Pronto me incorporo al conservatorio y voy consolidando mis estudios, porque tenía claro que quería ser profesora de clarinete.
Seguidamente tu formación es muy académica.
Estando en el conservatorio tuve que decidir si optar a una carrera universitaria o no, porque la música no cuenta con ninguna facultad, sino que se estudia en el Conservatorio Superior.
Mi madre me insistía en que debía hacer una carrera universitaria y opté por Magisterio Musical, que cursé en la Universidad de Valencia Ausias March. Al mismo tiempo estudiaba clarinete en el Conservatorio Superior.
Me alegro muchísimo de haber hecho una carrera universitaria por todo lo que aprendes en ese formato y, sobre todo, por los compañeros, con los que mantengo amistad.
«Ya desde bien pequeña me interesó la música al escuchar en fiestas a la banda de mi pueblo»
¿Por qué el clarinete?
Yo quería la trompeta y poco a poco me la fueron quitando de la cabeza, porque consideraban que era un instrumento que requería más esfuerzo, visto tal vez más de hombres. Me dieron entonces la opción del clarinete y ahora para mí es lo máximo, el instrumento que me ha acompañado a lo largo de mucho tiempo.
Acabé el superior de clarinete y mientras estaba cursándolo me empezó a atraer la dirección de orquesta, que me fue cautivando.
¿Cómo fue ese proceso?
Al finalizar clarinete, realicé unos cursos en la Universidad de Valencia y en la Academia Alegro con el maestro Ferrer Ferrán, quien fue el que me impulsó a estudiar dirección porque, aunque me gustaba, todavía no lo tenía decidido.
Hice el examen de la Royal School of Music y obtuve la licenciatura de Instrumentos de Viento, comenzando a estudiar Dirección de Orquesta en el Conservatorio de Murcia.
Al mismo tiempo me trasladaba a Salzburgo a hacer cursos de verano o a Italia, descubriendo otro mundo. También a Alemania y Suiza, además de hacer el master de Repertorio Contemporáneo con el maestro Arturo Tamayo. Trabajé de la misma forma para la Generalitat Valenciana y la Federación de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana (FSMCV) y sus respectivas jóvenes orquestas como directora asistente, y las cosas fueron fluyendo paulatinamente.
Deseaba tocar la trompeta, pero le aconsejaron el clarinete y se enamoró de ese instrumento
¿Hubo un punto de inflexión?
Sí, fue sin duda cuando me incorporé a la Banda Municipal de Barcelona en 2016, donde estuve dos temporadas ejerciendo de subdirectora. Hacer música en el Auditorio de la Ciudad Condal, los auditorios más destacados de Barcelona, sus barrios, etc… para mí eso fue un súper regalo de la vida, porque aprendí muchísimo, no solo de dirigir, sino de cómo gestionar un grupo humano. Fue, sin duda, un aprendizaje continuo para mí.
Poco después tuve la suerte de entrar como directora de la Orquestra Filharmònica de la Universitat de València, un momento importante en mi carrera.
Destacabas en un mundo que, lamentablemente, está acotado a los hombres.
Cuando me iba adentrando en este sector no era consciente de nada: vivía todo con pasión, igual que ahora, aunque a día de hoy soy conocedora de muchos más aspectos, porque he crecido, he madurado y he observado lo complicado que es la dirección de orquesta.
Una de las partes más difíciles ha sido romper con lo establecido, que confíen en mí, en una mujer para organizar un grupo en el que hay muchos hombres.
En un principio mi objetivo era hacer un sueño realidad, formarme, avanzar, progresar, aprender y conocer gente que me aporte cosas que me permitan ser mejor al día siguiente. Perseguir esos objetivos han hecho que esté donde estoy ahora, un camino que quiero seguir para mejorar en esta profesión que no es sencilla ni para hombres ni para mujeres.
«Mi punto de inflexión se produjo cuando estuve dos temporadas como subdirectora de la Banda Musical de Barcelona»
¿Por ser mujer quizás lo has tenido más difícil?
Siempre suceden cosas, pero directamente episodios de machismo no los he vivido. Sí se han producido ciertos comentarios que si, en lugar de ser una chica soy un chico, no se hubieran hecho, como cuestionarte aspectos en los ensayos.
Hace ya algunos años, recuerdo, no me seleccionaron en una de las pruebas que pude realizar para banda amateur -mediante votación- y después me expresaron que había tenido algo que ver el ser mujer. Ciertamente fueron hechos puntuales, ya que en los últimos cinco años hemos vivido una revolución social en cuanto a la dignidad profesional de la mujer. Lo importante es tener confianza, estar formada y preparada para cualquier momento.
¿Cómo fue debutar al frente de la orquesta de la Comunitat Valenciana?
Fue en el Palau de les Arts, donde junto a algunos miembros de la orquesta de la Comunitat Valenciana, una de las más relevantes del país, interpretó el concierto ‘El Carnaval de los Animales’. Poder trabajar con este tipo de músicos profesionales te da otro tipo de visibilidad, porque significaba pasar horas en un podio delante de orquestas de altísimo nivel. Hace que te conozcan mucho más y valoren tu trabajo.
Casi no me lo creo, pese a que fuera un musical escolar, ya que me permitía compartir experiencias y aprender de músicos de tanto nivel.
«Estoy en un mundo tradicionalmente de hombres y, aunque ha habido cosas, no he notado machismo directamente en mi actividad»
Has compartido trabajo con algunas de las orquestas más importantes del país.
Sin duda. Recientemente he podido estar al frente de la BOS Bilbao Orkestra Sinfonikoa, Orquesta Sinfónica de Navarra y la ADDA Sinfónica de Alicante.
Actualmente también estoy trabajando habitualmente como asistente de la mexicana Alondra de la Parra, una de las mejores directoras de orquesta a nivel mundial, y junto al maestro Juanjo Mena, en Navarra, una de las mejores batutas españolas, de gran trascendencia internacional, y eso me permite conocer y trabajar junto a orquestas de un altísimo nivel profesional.
Son infinidad los premios, galardones y reconocimientos a tu labor.
Sí, afortunadamente. Como galardón más reciente fui seleccionada, entre más de 200 candidatas a nivel mundial, para participar en marzo en el prestigioso concurso de dirección de orquesta ‘La Maestra’, en la Philharmonie de París. Éramos catorce, en rondas eliminatorias, y llegué hasta el final, ganando el tercer premio.
Esto me permitió, como decía antes, que se visibilizara un poco más mi trabajo como directora, sobre todo en Francia y el centro de Europa. Ahora tengo también la posibilidad de estar dentro de la academia ‘La Maestra’ en París, lo que supone recibir clases de los mejores directores a nivel internacional, realizar diferentes ‘master class’ y ser asistente en las orquestas más remarcables del país galo, así como de otros países.
Además, si todo va bien, en noviembre dirigiré una gira, un tour europeo, con la Paris Mozart Orchestra, que pertenece a la Philharmonie parisina. Esto me da todavía más experiencia y tener un aprendizaje para el futuro. Estar frente a un grupo humano implica también gestionar muchos aspectos, no únicamente el musical.
Considera que está en el camino correcto de su larga trayectoria, después de miles de esfuerzos y sacrificios
¿Tienes algún proyecto más que puedas desvelarnos?
Para esta temporada 2023 destacaría los compromisos junto a la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, la Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya, Banda Municipal de la capital catalana, Banda Municipal de Alicantes, Banda del Conservatorio Profesional de Gran Canaria y Orquesta Filarmónica de Gran Canaria.
Es decir, el calendario de 2023 ya está completo.
Podemos decir que sí, a falta de algunos compromisos pendientes de cerrar. Incluso ya tengo fechas de cara a la temporada 2024 en la que tengo adquirido los compromisos con la Orquesta Sinfónica de Málaga y la Orquesta Nacional de España.
El reto es no parar, compartir mi música en diferentes lugares del mundo, que es para lo que estoy luchando, a través de conocer gente nueva y aprender una nueva forma de hacer música, por cómo tocan o por el sonido singular de una orquesta u otra. Para todo ello cuento con el excelente trabajo de la agencia que me representa, CAMIMUSIC, y con la cual estamos trabajando de manera conjunta.
«Hay nervios antes de cada concierto, pero confío plenamente en mis músicos, grandes profesionales pese a su juventud»
¿Sigues teniendo nervios cada vez que subes a la tarima?
Para mí la música no es un trabajo, es un regalo y cada vez deseo más que llegue el día del concierto, porque lo disfruto muchísimo. Es una comunicación tan viva y activa la que hay entre director y orquesta; pero evidentemente en los momentos previos siempre está el pensamiento de cómo saldrá, sobre todo porque es un directo.
No obstante, confío plenamente en los músicos, ya sea cuando estoy con mi orquesta -la Orquestra Filharmònica de la Universitat de València-, que pese a ser muy jóvenes demuestran ya una gran profesionalidad, o bien cuando estoy de invitada con las orquestas y profesores profesionales. Les respeto totalmente, porque sé que musicalmente van a dar lo mejor de ellos mismos.
Los días previos al concierto son momentos de continuo aprendizaje, de conocernos unos a otros a nivel musical, pero el día de actuación es para disfrutar, que el público pueda apreciar todas nuestras emociones.
Por último, ¿estás en el mejor momento de tu carrera?
Estoy empezando a caminar por la vía correcta. Es un camino muy largo, de mucho esfuerzo, y todo lo que he hecho hasta ahora, si me lo preguntaran hace cinco años no me lo creería, porque es muy difícil tener estas oportunidades, que no dependen plenamente de ti.