Jesús Cifuentes ‘Cifu’ / Músico
Uno de los grupos más influyentes de la música española durante estas últimas décadas llega a Alicante. Los Celtas Cortos actuarán en el Teatro Principal el jueves 12 de enero repasando sus temas tanto clásicos como modernos.
Antes de la citada fecha el cantante y guitarrista del grupo, Jesús Cifuentes (Valladolid, 28-julio-1966), nos concede esta entrevista. Conversando con ‘Cifu’ nos percibimos rápidamente del contador de historias nato que tenemos delante, ya sea cantando o hablando.
Remontémonos a tus inicios. ¿Cómo te metiste en esto de la música?
Creo que de alguna manera ya me venía en la sangre. Mi familia es de un pequeño pueblo de Salamanca, justo en la frontera de Portugal, llamado Mieza de la Ribera y mi abuelo era el sacristán de la iglesia, donde tocaba el armonio. Digamos que toda la saga de los Cifuentes hemos sido muy de cantar y hemos estado pegados a la música tradicional. Quizás esa fue mi primera escuela de aprendizaje, de manera totalmente natural.
Yo empecé tocando la gaita charra y el tamboril, un instrumento muy propio de mi zona. Aprendí de manera autodidacta en el sobrao de mi casa, interrumpiendo las siestas de mis vecinos (risas). Hasta que me puse con una guitarra que mi hermana dejó abandonada en una esquina.
«Aprendí a tocar música de manera autodidacta e interrumpiendo las siestas de mis vecinos»
¿Y cómo surgió tu primer grupo?
Mis inicios estuvieron muy pegados a la música tradicional, ligada un poco a las reivindicaciones patrias. Ten en cuenta que a mí me nacieron en Valladolid, luego viví varios años en Asturias y en Euskadi, y con 16 años regresé a mi ciudad natal sin conocerla de nada. Así que cuando llegué me resultó muy interesante este grupo que tocaba música típica castellana. Fue un género que me resultó un alimento muy nutritivo.
A partir de ahí se generó Celtas Cortos…
Sí, en Almadraba estaba ya Carlos Soto y luego una cosa llevó a la otra. Nos fuimos juntando varios músicos y las ideas iban avanzando. Yo por mi parte recuerdo que tenía todo el empeño de tocar una guitarra eléctrica, y además solo me valía que fuera negra (risas). Total que aquella cuadrilla empezamos a interpretar música de influencia atlántica pero mezclando rock, jazz y demás.
Hacíamos música instrumental, pero éramos ya bastante punkies. Yo me acuerdo que en aquellos primeros conciertos soltaba unos monólogos de tipo político-lúdico-transversales… que no sé ni cómo definirlos (risas).
¿Por qué el paso de la música instrumental a la cantada?
Llegó el momento de tomar decisiones. Todos nos queríamos dedicar a la música, pero mis padres me decían “deja la guitarra y más vale que estudies”. Total que hice la carrera de Trabajo Social y llegó un momento en el que no sabía si tirar para adelante o para detrás.
Al final en 1989 mandamos una cinta de casetes con nuestras maquetas a varias compañías discográficas, y contra todo pronóstico una de ellas tuvo a bien llamarnos. Algo que resulta impensable a día de hoy. A partir de ahí grabamos el primer disco, todavía instrumental, pero yo quería cantar. Al año siguiente sacamos el álbum ‘Gente impresentable’ ya con texto, y de nuevo contra todo pronóstico comenzamos a sonar en las emisoras comerciales. De repente saltamos del ámbito regional al nacional.
«La actuación en Alicante probablemente será nuestro último concierto en formato acústico durante una temporada»
¿Qué crees que aportasteis a la música española de principios de los 90 para que alcanzarais un éxito tan repentino? ¿Tal vez fuisteis de los primeros en mezclar ritmos celtas y tradicionales con pop y rock?
De alguna manera heredamos emocionalmente parte de lo que hacían grupos de los 70 como Gwendal. Nosotros le dimos una vuelta de tuerca y encendimos la mecha de algo que se había quedado un poco en el subsuelo de la memoria musical. Luego también tuvimos la suerte de dar con una tecla a nivel de sonoridad que resultó novedosa.
Siempre hemos cultivado el mestizaje, y además hemos sido ciudadanos de a pie muy vinculado con movimientos sociales. Nuestra conciencia política se ha puesto de manifiesto en nuestras canciones. Quizás todo esto fuera la clave, aunque nunca sabe nadie lo que va a pasar.
Yo creo que además el público conecta mucho con vuestras canciones también porque las letras van muy directas al grano, ¿no?
Bueno, hay algunas que efectivamente son un puñetazo en cara (risas) pero luego hay otras más etéreas o metafísicas. Desde luego en general sí es verdad que cuando levantamos el puño… creo que somos muy concisos.
¿De qué forma dirías que ha ido evolucionando vuestro éxito a lo largo de todos estos años?
En los años 90 y principios de la década de los 2000 está claro que tuvimos la suerte de emocionar con nuestras canciones a la gente que venía a los conciertos. Aquello se fue convirtiendo en algo más grande y nos permitió viajar por todo el mundo.
Me gusta considerarnos como corredores de fondo. Hemos conocido todas las alturas de la ola, tanto lo más alto, como la parte de en medio y lo de debajo. Afortunadamente somos gente trabajadora y sabemos que lo importante es el camino. Y en ese camino seguimos.
«Hemos conocido todas las alturas de la ola del éxito, desde la cresta a la más baja»
Normalmente al cantante siempre se le suele considerar como el líder espiritual del grupo, ¿te sientes más responsable de los éxitos o los fracasos?
Éste es un grupo bastante anárquico así que pienso que no ejerzo de líder. Es cierto que un porcentaje de los temas que forman parte de nuestra discografía han venido de mi mano, pero luego todo se construye entre todos.
Pero sí… efectivamente tengo más responsabilidad o presión por ser el careto que sale en la foto. Aún así no ejerzo demasiado este rol, creo que lo hago así desde la honestidad y la humildad. No me considero por encima de nadie.
¿Hay algún disco de vuestra amplísima trayectoria al que le guardes especial cariño?
Es difícil responder, porque cada uno ha sido un peldaño de nuestra autoconstruida escalera. Por decirte alguno… ‘Tienes la puerta abierta’. Fue un disco que ya empezaba a tener escarceos con ciertos tintes electrónicos. En una trayectoria tan larga nunca dejas de aprender y de sorprenderte de las cosas nuevas que vas escuchando. Y en aquel momento ese disco fue una vuelta de tuerca especial. Aunque de alguna forma todos lo son.
Normalmente la gente tiene memoria para los grandes éxitos, pero aquí en el mundo de los grupos lo mejor es lo último. Aunque no por ello sea lo más conocido. Esa es nuestra mochila que tenemos que arrastrar.
Entrevisté recientemente a Víctor Manuel y me confesaba que cuando va a cantar temas nuevos la gente le pide que interprete solo sus clásicos. Supongo que es algo habitual de los que lleváis tanto tiempo en el candelero.
Pues sí, de alguna manera sucede eso. Aún así creo que nosotros en el repertorio conseguimos colar goles, porque mostramos otras cosas distintas que igual no son tan conocidas pero en el momento de tocarlas también hacen emocionarse a la gente.
¿Qué esperas de vuestro concierto en Alicante?
Hemos venido muchas veces a actuar por aquí y tenemos un montón de amigos. Este concierto será probablemente el último que haremos dentro de este proyecto de formato acústico en recintos del tipo teatro y salas cerradas, que llevamos realizando desde hace unos años. Por lo menos a corto o medio plazo.
«Cuando Celtas Cortos empezó rescatamos un género que se había quedado en el subsuelo de la memoria musical»
¿Hay mucha diferencia entre tocar en un reciento abierto a hacerlo cerrado en acústico?
Sí. Por suerte el año pasado pudimos retomar ya la normalidad e hicimos unos setenta conciertos, la mayoría en formato eléctrico que es como más nos conoce la gente normalmente. Y en breve iniciaremos una gira en festivales rockandgoleros de este tipo.
Sin embargo este otro formato que haremos en Alicante es más especial, se establece un mayor grado de confianza con el público. Aquí no es coger aquella guitarra eléctrica negra y soltar potencia, sino que te sientes más completamente desnudo en el escenario. Es otra manera de relacionarse con el espectador, yo creo que preciosa. Así que animo a la gente a venir, ya que todavía quedan unas pocas entradas a la venta.
Cuando se tiene un repertorio de tres décadas… ¿cómo se puede resumir en un concierto de unas horas?
Como te comentaba antes, intentamos siempre darle una vuelta de tuerca para combinar el peso de la mochila de los clásicos con otras cosas nuevas, menos conocidas, o inventos que hacemos cada año mezclando.
En realidad tenemos un cajón lleno de canciones que nos planteamos seguir publicando, pero como ahora ya no se hacen discos, sino que se suben cosas con un vídeo a las plataformas, pues… Es una especie de batalla pírrica.
Hace ya años que no sacáis un disco nuevo. ¿Hay algo en proyecto?
Teníamos dos discos para hacer justo cuando empezó la pandemia. Grabamos algunas canciones y ya habíamos incluso hasta programado la gira de unos 60 conciertos que arrancaba en Francia. Al final todo se fue a tomar por saco.
Toco madera sobre mi calva y espero que ya conservemos la normalidad. Yo imagino que el siguiente disco llegará pronto, pero a veces se nos amontonan ensayos y conciertos. Además nosotros no estamos bajo el yugo de ninguna compañía multinacional, así que vamos con cierta calma. A estas alturas no tenemos prisa ya por nada… o por casi nada.