Los grandes descubrimientos a veces ocurren por casualidad, o por ese hilo invisible que muchos llaman destino, encargado de darnos información inesperada que conduce al alumbramiento. Algo similar ocurrió durante unas obras el pasado año en la calle Menéndez Pelayo, donde un camión quedó parcialmente hundido en la calzada tras ceder el firme de la calle.
Este incidente dejó al descubierto unas cavidades en el subsuelo, cuya existencia se desconocía, que conectaban con unas galerías perfectamente trazadas. Los departamentos municipales de Urbanismo y Arqueología investigaron lo sucedido y con ayuda de una empresa local de ingeniería, descartaron que se tratase de antiguas canalizaciones o conducciones de agua.
Una construcción precisa
Las indagaciones realizadas tras el hundimiento del camión dejaron visible una galería que había sido perforada en un estrato muy duro de arenisca, donde se apreciaban las marcas de las herramientas empleadas en la excavación. Los riesgos que el propio hoyo generaba en mitad de la calle, y el peligro de desmoronamiento, llevaron a los técnicos a planificar su colmatación hasta la cota del asfalto.
Esta profundización se realizó como trabajo previo antes de dar comienzo a los trabajos de colmatación, acción que provocó un desmoronamiento de tierras que dejó al descubierto una segunda bóveda subterránea. Esta nueva cavidad se encontraba recubierta con ladrillos macizos, perfectamente alineada frente a la primera cavidad hallada y a muy pocos metros de distancia de la misma.
El hundimiento de un camión en Menéndez Pelayo dejó al descubierto dos cavidades subterráneas perfectamente excavadas
Hipótesis de un refugio antiaéreo
El nuevo hallazgo y el descarte por parte de los técnicos de que se tratase de antiguas conducciones de agua, hizo plantear la hipótesis de que aquellas cavidades fuesen el acceso a un refugio antiaéreo construido durante la Guerra Civil. Esta suposición viene reforzada por las pesquisas publicadas por el investigador local, César López Hurtado, recogidas en su libro ‘Villena Roja 1936-1939. Represión de guerra y posguerra’.
Según el trabajo de López Hurtado, en junio de 1938 la Juventud Socialista Unificada de Villena solicitaba por escrito que se intensificasen los trabajos para poder comenzar las construcciones de refugios en nuestra ciudad. A finales de ese año Villena contaba con nueve refugios subterráneos para cuya construcción se empleó como taladradora una máquina del tren del Chicharra.
La tecnología georradar de la UA permitirá valorar las hipótesis recogidas en el libro ‘Villena Roja’
La Guerra Civil en Villena
La ciudad fue bombardeada en diversas ocasiones durante la guerra, siendo la primera de ellas el 19 de diciembre de 1936, ataque que se saldó con dos muertos y dieciséis heridos. El objetivo principal de estos bombardeos fue cortar la conexión ferroviaria entre Alicante y Madrid.
En esas fechas ya había en Villena 800 refugiados y 200 hospitalizados dentro del conocido como hospital de sangre que se instaló en las actuales dependencias del Teatro Chapí. El éxito al inicio de la sublevación en Albacete hizo a las autoridades alicantinas enviar fuerzas de seguridad a Villena, donde en los primeros días de la contienda reinó el caos con incendios en las iglesias de Santiago, Santa María y el Santuario de las Virtudes.
Los refugios antiaéreos de la Guerra Civil descubiertos en la región están protegidos como Bienes Inmuebles de Relevancia Local
Tecnología con georradar
El servicio municipal de Arqueología del Ayuntamiento de Villena contactó con el departamento de Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente de la Universidad de Alicante para investigar y analizar el descubrimiento. Tras informar del hallazgo realizado se contrató con ellos una campaña de prospección geofísica con georradar en las calles Menéndez Pelayo y Cervantes.
El sistema GPR (Ground Penetrating Radar, por sus siglas en inglés) de exploración del subsuelo desarrollado por los profesionales de la universidad es una técnica de prospección electromagnética capaz de detectar estructuras, cavidades, bóvedas y restos arqueológicos en el subsuelo. El trazado de varios perfiles GPR a lo largo de las calles analizadas permitirá obtener un informe veraz que acerque a la ciudadanía la realidad del subsuelo y la confirmación o refutación acerca de la leyenda de estos refugios antiaéreos en pleno corazón de la ciudad.
Bienes Valencianos de Relevancia Local
En la actualidad los refugios antiaéreos son objeto de recuperación como testigos de la memoria histórica de nuestra región durante los oscuros años de la Guerra Civil. Desde 1998 estos refugios están protegidos por la ley autonómica siendo catalogados como Bienes Inmuebles de Relevancia Local, según el artículo 4.3 de la Ley 9/2017.
Un buen número de estas guaridas subterráneas han sido recuperadas en diferentes localidades de nuestra región como elementos turísticos que ayuden a entender los entresijos del conflicto civil en la Comunidad Valenciana. En Villena se tienen indicios de la existencia de nueve refugios de este tipo ubicados en las actuales calles de Menéndez Pelayo y Cervantes.