Rozalén / Cantautora
Un verano más ya tenemos en València los Concerts de Vivers. Artistas como Los Secretos, Nena Daconte o Mónica Naranjo son algunos de los que pasarán a lo largo de este julio por este distinguido parque urbano para llenarlo de música.
Uno de los platos fuertes de este gran menú musical será sin duda Rozalén (Albacete, 12-junio-1986). La cantautora manchega llega a nuestra tierra en plena gira, ya que acaba de lanzar su último disco, ‘Matriz’, justo cuando se cumple su décimo aniversario de trayectoria profesional. Un trabajo con el que quiere reivindicar esa España folclórica y rural que tanto ama y defiende.
Compuse mi primera canción a los 14 años, sobre una mujer inmigrante que falleció en una patera
Comencemos por tus inicios. ¿Cómo fue que te dio por ser cantante?
Pues en realidad mi intención era otra (risas). Yo estudié Psicología y Musicoterapia, eso es lo que pensaba que iba a ser. Aunque también es cierto que canto desde que hablo, y llevo tocando instrumentos desde que tenía siete añitos cuando empecé con la bandurria en la rondalla de un barrio de Albacete, y ya luego con la guitarra.
¿Recuerdas cuándo fue la primera vez que te viste cantando en un escenario?
Por supuesto. Empecé cantando en el colegio y en un coro religioso, así que mis primeros escenarios fueron los altares de las iglesias (risas).
Más adelante, mi primera actuación como cantautora fue con dieciséis años en un concierto benéfico de Manos Unidas llamado ‘Operación Bocata’, que todavía existe. Era un escenario muy pequeñito, pero la verdad es que vino mucha de la gente que me quería y me sentí muy arropada. Por aquel entonces solo había compuesto dos o tres canciones, así que canté sobre todo versiones.
¿Y recuerdas cuál fue la primera canción completa que compusiste?
También me acuerdo. Hablaba sobre inmigración. Me surgió cuando tenía catorce años porque vi en las noticias la historia de una mujer con su bebé que había hecho un viaje en patera y murió. Esto me afectó un montón, hasta el punto que le dediqué una canción.
Ahora se cumplen diez años de tu primer disco, ‘Con derecho a…’. ¿Qué crees que aportaste de nuevo a la música patria que tanto gustó al público?
No lo sé. En aquel disco había bastantes canciones de amor e incluso con conciencia social como ‘Comiéndote a besos’, que hablaba del VIH. Además, evidentemente lo que hacía con Beatriz Romero en un videoclip totalmente inclusivo como el de ’80 veces’ (interpretado simultáneamente en lenguaje de signos) creo que también llamó bastante la atención. Quizás fuera un disco que tenía ese toque fresquito y de humor que lo hizo diferente.
Luego ya con los siguientes discos creo que me conoció todavía mucha más gente, sobre todo con ‘Girasoles’ y ‘La puerta violeta’.
Con ‘Matriz’ he querido hacerle un guiño a España para darle las gracias por estos diez años de trayectoria
¿Dirías que hay alguna canción de tu repertorio a la que guardes especial cariño?
Esto es preguntarle a un padre a qué hijo quieres más (risas). Claro que hay canciones que me han hecho unirme más a la gente o tienen para mí una carga emocional especialmente fuerte. Yo cuento mi vida, pero a veces también historias de gente a la que quiero. Por ejemplo les tengo mucho cariño a ‘Justo’, ‘La puerta violeta’, ‘Amor prohibido’, ‘El día que yo me muera’… En fin, son muchas.
¿En qué consiste tu último trabajo, ‘Matriz’?
Es un disco de folclore, con canciones tradicionales y otras de nueva creación. Con la excusa de que era el décimo aniversario del primer disco, yo quería hacer un guiño a mi país para darle las gracias por todos estos años. Por eso hay muchas canciones de diferentes lugares, muchas lenguas, diversidad, riqueza, estudio e investigación. Algunos son temas que yo ya tocaba desde niña.
Además es un disco donde inevitablemente hay mucho duelo, ya que en estos años he perdido a varios seres queridos. De hecho los interludios son canciones que grabé en la tumba de mi padre y abuelo. Es una manera de honrar a nuestros ancestros y al mismo tiempo también al folclore ibérico.
He necesitado de varios profesores y mucho estudio para poder cantar correctamente en euskera
¿Cómo fue tu proceso para cantar en vasco, gallego, catalán o asturiano? ¿Te costó mucho aprender a pronunciar correctamente en estos idiomas?
En el caso del gallego y el catalán no mucho ya que había cantado antes en estas lenguas. De hecho mi familia emigró para Cataluña y en los veranos mi pueblo se llena siempre de catalanes, así que tengo el oído bastante habituado a este idioma. Y para el asturiano me ha ayudado mucho Rodrigo Cuevas.
Confieso que lo más difícil ha sido el euskera, dado que tiene una raíz y una fonética muy diferentes. En realidad ya es la cuarta vez que grabo en este idioma, pero aún así he necesitado estudiar y tener a varios profesores de Donosti muy encima. Me he esforzado para hacerlo lo mejor posible y que se mostrara todo mi cariño y respeto.
Por desgracia en España a veces nos seguimos peleando todavía entre nosotros por el tema de las lenguas. ¿Quizás estos trabajos plurilingües puedan ayudar a que aprendamos a tener una mejor convivencia?
Ojalá. En lo personal, te diré que este trabajo me ha servido para ser más consciente de todo este debate que genera el tema de las lenguas como apuntas. Mi intención desde luego siempre es la de generar puentes y amar a todas las partes, porque tengo que decir que yo me siento súper querida en todos los lugares.
¿Cómo será el concierto que tienes programado en los Jardines de Viveros?
Presentaremos el proyecto de ‘Matriz’, pero por supuesto también habrá canciones de las siempre… mis greatests hits (risas). Es una manera muy única de vernos, con un formato más orgánico y sonidos relacionados con el folclore. La verdad es que será una pasada, creo que será el concierto más diferente de todos los que llevamos desde que cantamos.
Me cuesta escribir canciones de amor, pero al final es algo que siempre está presente en nuestras vidas
Has programado una gira muy reducida con solo cinco municipios. ¿Por qué has elegido el nuestro entre ellos?
La verdad es que esto no lo decido solo yo. Nos han llegado muchas peticiones, pero este año la intención era de no girar.
Sin embargo sí teníamos que cantar en Leturalma, el festival que hacemos en mi pueblo (Letur, Albacete) contra la despoblación rural. Así que al final decidimos abrir un poco la veda, y elegir solo sitios muy especiales. Es decir que estén rodeados de naturaleza o relacionados con el folclore. Por eso también vamos por ejemplo al Pirineos Sur en Huesca o a La Mar de Músicas en Cartagena. Creo que nos va a sentar bien, porque tenemos mucho mono de actuar.
Tus letras siempre me han parecido muy emotivas y potentes. Pensando ya en tu próximo disco, ¿sobre qué temas que todavía no hayas tocado te planteas escribir canciones?
Ahora mismo estoy en plena composición. A mí me cuesta mucho escribir temas de amor, que es lo que más se suele hacer en todos los lados, pero al final acabamos contando nuestra vida, y por supuesto cosas tan importantes como el amor o la muerte siempre están presentes. De esto quizás en mi próximo disco haya más canciones que en otros anteriores.
También me están saliendo ahora letras sobre otras vivencias que observo como el odio, las redes o los procesos de paz que he conocido en otros países.
Recientemente te dieron un premio del Movimiento de Acción Rural y en tu discurso comentaste que “el orgullo rural está creciendo”. ¿A qué te refieres? ¿Crees que la gente joven ya empieza a valorar más vivir y echar raíces en los pueblos como el tuyo?
A ver… por un lado creo que nuestra sociedad sigue más enfocada en lo superficial que en los valores que se pueden adquirir en un medio rural. Sin embargo, por otro lado, sí percibo un cambio.
Me explico. Igual que ahora se está produciendo una vuelta al folclore modernizándolo, también se está creando toda una red de gente muy bonica que está volviendo a repoblar los pueblos y quiere hacer mucho movimiento cultural allí.
A la vista están los festivales como Leturalma en mi pueblo, La Bénefica de Piloña (Asturias), el BoinaFest en Arenillas (Soria), el Festivalino de Pescueza (Cáceres)… Todos ellos están siendo impulsados por personas jóvenes que están orgullosas de haberse criado en un pueblo y quieren vivir en él.