Nadie podrá negarle al ingeniero y empresario aeronáutico Pierre-Georges Latécoère (1883-1943) su punto de aventura. Nacía en la interior Bagnères-de-Bigorre (Banhèras de Bigòrra en occitano), con 7.085 censados en 2022 (menos que los 9.498 de 1881), con sus pintorescas calles famosas desde el siglo XIV con casas de dos a cuatro o cinco alturas (con profusión de jardines públicos y sobre todo privados) debido a sus termas.
Pero a Latécoère le dio pronto por salir. En 1917 creaba Forges et Ateliers de Construction Latécoère, germen del inmediato aeropuerto de Toulouse-Montaudran, operativo hasta el 18 de diciembre de 2003. Y en 1918 la Société des Lignes Latécoère, que unía Toulouse con Casablanca. Quizá ya se preparaba para unir dos ciudades que se miran casi frente a frente: Alicante y Orán.
En busca de pan
Crear un itinerario entre ambas urbes ya tenía un precedente importante cuando a partir de 1846 campesinos de Levante (sobre todo alicantinos) se vieron obligados a buscarse el sustento en tierras argelinas. El país era colonia francesa (tras unas muy bélicas relaciones con el Estado español) desde 1830, y algunas de sus costumbres habían arraigado en tierras argelinas.
Así, el brioche (pan de leche), invento normando que las tahonas galas popularizaron a partir del siglo XV, se transformó en dulce ‘muna’ y se nos volvió ‘mona’ o ‘toña’ aquí. El trasiego, principalmente desde el puerto de Alicante, sobre todo entre la capitalina urbe y Orán (ambas ciudades se hermanaban el 27 de junio de 1985), tuvo mucho que ver. Ese flujo humano continuó entre ambas orillas.
Desde 1846 campesinos alicantinos emigraron a tierras argelinas
La creación del aeropuerto
En estas, Latécoère unía sus empresas en el aún activo Groupe Latécoère (en la actualidad fabrica componentes aeronáuticos, tras integrar en 1927 el aerotransporte en Aéropostale, 1918, de la que se derivó la actual Air France). Y continuó la expansión: el 25 de diciembre de 1918 volaba desde Toulouse a Barcelona, prendiendo la chispa de, al año siguiente, la Compagnie Générale d’Entreprises Aéronautiques.
En esta aventura, con Argelia siempre en mira, aterrizó en lo que es el campus de la actual Universidad de Alicante, en la zona de Rabassa (cepa de vid), el hoy llamado campus de San Vicente del Raspeig. Desde el 23 de febrero de 1919 instalaba el aeropuerto que operó la filial Lignes Aériennes Latécoère, y que con el tiempo se ampliaba con terrenos en la pedanía ilicitana de El Altet.
Ambas ciudades se hermanaban el 27 de junio de 1985
La Hoguera de Orán
Pero no es en el actual aeropuerto (cuya construcción comenzó en 1967), sino en Rabassa, donde iba a fraguarse a partir del vuelo del 12 de marzo de 1924 el negocio que unía ambas ciudades. Por su parte, la comunicación marítima (que, al igual que la aérea, sufría un tajo con la independencia de Argelia, el 5 de julio de 1962) continuaba con el trasiego para generar más curiosas iniciativas, como la de montar una Hoguera en Orán.
Fue el exportador de vinos benaluense Carlos Ramos Pinsa, de hoy diluida biografía, quien, previendo una buena rentabilidad, decide ampliar el negocio en 1928 en comandita con la marsellesa Société Générale de Transports Maritimes à Vapeur S.A. (1865-1974). En 1928 se creaban las Fogueres de Sant Joan, así que Ramos no perdió el tiempo: entre 1933 y 1936 hubo Hoguera de Orán.
El ferry transporta una media anual de 143.000 pasajeros
Flujos y reflujos
Existía un buen pero indeterminado número de alicantinos residiendo en la ciudad argelina, de la que afirman que se parece a Alicante. ¿Tanto? Bueno, frente a Le Théâtre d’Oran (1900), apurando nostalgias, parece asomar el Benacantil al fondo, y hay una playa (con acantilado) del Canastel, en afortunado estado salvaje (como El Cabo hasta hace poco), pero la zona residencial homónima ya comienza a invadir el lugar.
Iban a venir más alicantinos tras la Guerra Civil, como los refugiados del barco ‘Stanbrook’, que partía del puerto de Alicante el 28 de marzo de 1939. Aunque la negativa de Francia a acogerlos les hizo vivir un calvario (tras la independencia, fueron los argelinos de semilla francesa, los ‘pied-noirs’ -‘pies negros’-, quienes fondearon en Alicante). A decir verdad, hasta 1956, al comenzar la guerra de Argelia, siguió dándose flujo alicantino hacia Orán, frenado desde ambos puertos en 1962.
El ferry populoso
Durante los setenta, el actual ferry (interrumpido en octubre de 1980 y reanudado un año después) fue solidificando este trayecto actual de unas trece horas (cuatro días a la semana), con una media anual de unos 143.000 pasajeros. A comienzos de este mismo siglo, en plena calentura fundamentalista islámica, la burocracia estamental recomendaba repetidamente no ir, y pedía nombre y dirección de alguien allí para acoger al viajero.
Pero por la época hasta los diarios locales decidieron encargar reportajes para contar lo que pasaba allí: ni siquiera entonces pedir una cerveza en el bar del hotel podía considerarse un disparate. Orán alardeaba de ciudad moderna, cuya línea con Alicante, en último cuenteo (2022), había generado un flujo de capitales cifrado en 153 millones de euros. La que montaron los campesinos levantinos y el señor Pierre-Georges Latécoère.