nvestigadores de la Universitat de València han revelado que las relaciones sociales durante la Edad de Cobre en la Península Ibérica pasaron de una primera fase homogénea de gran conectividad a una etapa más fragmentada y regionalizada. A través del análisis de las decoraciones de la cerámica del vaso campaniforme, característico del Calcolítico europeo y asociado a contextos funerarios de las élites, el trabajo publicado en la revista Journal of Archaeological Method and Theory concluye que estos vasos se “democratizaron” en casi 300 años, con la consiguiente reinterpretación y heterogeneización.
“Esta investigación abre nuevas vías para entender fenómenos culturales clave de la Prehistoria como el vaso campaniforme y el estudio de su complejidad social. Además, sienta un precedente en el uso de métodos cuantitativos para estudiar las dinámicas de las sociedades del pasado a través de sus redes de interacción, lo que representa el dinamismo de esta novedosa línea de investigación en redes sociales prehistóricas de la Universitat de València”, afirman Joaquín Jiménez-Puerto y Joan Bernabeu, investigadores del Departamento de Prehistoria, Arqueología e Historia Antigua de la Universitat de València, autores del artículo.
Aplicando modernas técnicas de modelización basadas en análisis de redes sociales, el equipo ha estudiado las conexiones e interacciones entre diferentes comunidades en un amplio territorio y a lo largo de casi 300 años. Centrándose en las variadas técnicas y estilos decorativos de la cerámica campaniforme como proxy para los flujos de información, los autores crearon un modelo cronológico empleando novedosos análisis bayesianos de fechas radiocarbónicas.
De esta manera, identificaron una primera fase entre 2450-2340 a.C. con alta conectividad a nivel macro-regional y una notable homogeneidad estilística en los “estilos internacionales”, a la que siguió una fase de transición y finalmente una tercera fase (2313-2197 a.C.) caracterizada por una creciente fragmentación, diversificación regional y aparición de estilos locales. El estudio también señala la coincidencia del punto de inflexión entre ambas fases con un momento de cambios climáticos hace 4.200 años: el llamado Evento 4.2K, cuando en las principales civilizaciones del Planeta se produjo una fase de gran aridez que influyó en el colapso de algunas de ellas.
“Nuestro análisis revela una creciente complejidad social, con élites locales emergentes que utilizaban estos objetos de prestigio para justificar su estatus”, explican Joaquín Jiménez Puerto y Joan Bernabeu.
Esta investigación forma parte del poyecto PROMETEO “NEONETS: A social network approach to understanding evolutive dynamics of neolithic societies (c. 5600-2000 cal BC)”, financiado por la Conselleria de Innovación, Univesidades, Ciencia y Sociedade Digital de la Generalitat Valenciana.