Xemayo / Artista urbano
En casa, con su familia, y con los amigos es Xema González (València, 18-mayo-1989), pero cuando se funda su mono de trabajo y agarra sus herramientas se convierte en Xemayo, un artista urbano de estilo muy personal, “buscando siempre algo diferencial”, y enorme talento como reflejan sus casi 2.000 obras.
Amante del dibujo desde siempre, comenzó su obra artística tras quedarse sin empleo en Almería -donde residía en 2008-, a causa de la crisis de la burbuja inmobiliaria. “En ese momento mi cabeza hizo un clic”, reconoce.
Hoy, quince años después, es un artista sumamente reconocido, ganador de concursos, como las dos ediciones de ‘La ruta de arte urbano del Valencia CF’ o Art-Fafara en la localidad de Alfafara. Ejerce asimismo como tatuador y es bandera del movimiento cultural hip hop.
¿Desde cuándo pintas?
Mis primeros recuerdos ya son dibujando, al igual que la mayoría de los niños. Lo que sucede es que algunos continuamos pintando también de mayores.
En clase, por ejemplo, hacía una cantidad ingente de dibujos, siempre solicitados entre mis compañeros.
Pronto intuyeron tu talento…
Mis padres me apuntaron a clases de dibujo: fue un antes y un después, porque me explicaron cómo funciona el cerebro a la hora de interpretar una imagen, el desarrollo creativo, las proporciones y la capacidad de abstracción.
¿En qué momento te diste cuenta tú?
En diciembre de 2008, cuando estando en Almería explotó la crisis inmobiliaria, me quedé sin trabajo y comencé a pintar con grafiti. Empecé con el spray, vi el potencial que tenía y me di cuenta que podía desarrollar una carrera.
Me dije, ¿por qué no? Siempre me ha gustado pintar, así que el dibujar o el tatuar puede ser una buena salida.
«En la escuela de dibujo descubrí cómo interpreta las cosas el cerebro»
¿Cómo han evolucionado tus obras?
A nivel de técnica, muchísimo. En cambio, siempre he mantenido una misma línea en cuanto a creación y sentido artístico. Me apasiona el realismo figurativo: rostros, retratos, animales y caras con expresiones, graciosas o que indiquen algo.
Sorprenden especialmente los detalles.
Son los que marcan la diferencia, además del estilo de cada artista. Al final lo complicado no es plasmar una realidad con mucha textura, sino ir un poco más allá a nivel creativo, mediante luces, sombras, formas…
Esa reproducción que se ve tiene entonces un toque personal o un sentido en concreto que lo hace diferente y único.
¿Qué intentas transmitir con tu obra?
El desarrollo de un mural en la calle implica muchas cosas: la primera es tu superación, el ver cómo poco a poco vas evolucionando en tu técnica y habilidad. Igualmente importante es el intercambio con el público, cómo se asombran o comentan tu trabajo. Son momentos de conversación con la gente que sirven para crecer.
Lo que pretendo es disfrutar y que los demás también lo hagan. Siempre digo la frase “el movimiento genera movimiento”, porque cuánto más trabajo dediques, más oportunidades se presentan ante ti.
«Las conversaciones con el público sirven para crecer»
¿Cuánto tardas en pintar un muro?
En hacer un rostro que no mida más de tres metros de alto, entre cuatro y siete horas. Luego puedo extenderlo más, y estar un par de días, sobre todo en los detalles.
¿De qué forma surgió participar en ‘La ruta de arte urbano del Valencia CF’?
El club lanzó una base y cualquiera que estuviera interesado podía participar, enviando obviamente su currículo artístico y obras anteriores. Seguidamente hice un boceto y me seleccionaron.
Fui obteniendo una serie de puntos frente al jurado, que pedía un criterio muy alto.
Ganaste, obviamente.
Sí, el primer año junto a Mawe y Sink. Hicimos un mural en Cullera, que era una de las localidades seleccionadas. Debido a que la experiencia fue buena nos presentamos de nuevo -en mi caso junto a Sink- y volvimos a ganar.
¿Las obras siempre están vinculadas al club?
El reto es conectar el arte urbano con el València CF y el sentimiento valencianista de los municipios donde se lleva a cabo, además de su propia identidad.
¿Sabes aproximadamente cuántos murales has pintado?
Calculo haber estado alrededor de 6.000 horas frente a la pared, que se traducen en cerca de 2.000 obras. Muchas de ellas son encargos; tras empezar como afición, pronto me comenzaron a preguntar si les pintaría la puerta de su casa, su garaje, su furgoneta o la fachada de su ayuntamiento.
Finalmente, eres también director del grupo de arte ‘Grow up’.
Pertenezco a la asociación valenciana ‘Let’s grow’ (vamos a crecer). En ella difundimos y practicamos las disciplinas del hip hop y sus valores, generando un movimiento de cultura urbana mediante festivales con música y baile, y nuestros elementos que son los grafitis.