Rafael Álvarez ‘el Brujo’ / Actor y cómico
Hace ya bastantes años que Rafael Álvarez ‘el Brujo’ (Lucena, Córdoba, 20-septiembre-1950) descubrió el mundo del yoga y todos los efectos saludables que puede producir en quien lo practica. Por ello se interesó por los orígenes de esta disciplina tradicional de origen hindú y más concretamente en la vida del yogui Paramahansa Yogananda, quien la puso de moda en Occidente.
Este próximo lunes 8 de enero el Brujo estará en el Teatro Olympia de València para interpretar la obra ‘Autobiografía de un yogui’, inspirada en las memorias del citado Paramahansa. En realidad se trata más bien de un monólogo, dado que es el único componente del reparto, en el que no faltarán buenas dosis de humor. Antes de ello este experimentado actor nos concede unos minutos para conversar sobre sus obras y milagros.
A lo largo de tu carrera has hecho cine, televisión y sobre todo teatro. ¿Recuerdas cuál fue la primera obra por la que cobraste un dinero?
Si no recuerdo mal fue en ‘Proceso por la sombra de un burro’ de Friedrich Dürrennmatt con José Carlos Plaza como director. Precisamente yo hacía de burro (risas). No me acuerdo ya casi del argumento, pero al final interpretaba un monólogo en el que le preguntaba al público quién era el más burro del relato (risas).
¿Hay alguna obra de tu inmensa trayectoria a la que guardes especial cariño?
En realidad todas son especiales, pero si me preguntas en concreto pues te destacaría estas tres: ‘La taberna fantástica’, ‘El evangelio de San Juan’ y ésta que estoy realizando ahora de ‘Autografía de un yogui’.
«En mi primera obra interpreté a un burro»
Aunque hace años que trabajas solo en el escenario, ¿hay algún compañero de reparto con el que hayas disfrutado especialmente?
He tenido muy buenos compañeros a lo largo de mi carrera en el teatro. Por ejemplo en ‘La taberna fantástica’ disfruté mucho con Carlos Marcet, un actor inolvidable a quien hace ya mucho que no le veo. También te diría a Vicente Cuesta, entre otros muchos.
En televisión recuerdo sobre todo a Paco Rabal, un fantástico compañero de reparto y todo un maestro, y a Juan Luis Galiano.
Hablemos ya de la obra ‘Autobiografía de un yogui’ que vienes a realizar a València. ¿En qué consiste?
Es una obra basada en el libro de Paramahansa Yogananda, un maestro de la meditación que viajó a los Estados Unidos en 1920 para difundir las enseñanzas del yoga. Desarrolló una labor muy importante, estableciendo centros e instituciones para compartir una serie de ideales sobre la fraternidad mundial o la armonía. En aquellos tiempos el arte de la meditación era totalmente desconocido, y él popularizó una serie de técnicas.
Es el primer gran maestro de esta disciplina que llegó a Occidente, y además se quedó a vivir ya para siempre en los Estados Unidos. Escribió este maravilloso libro sobre su vida, que se convirtió en un best-seller.
¿Cómo llegó la afición por el yoga a tu vida?
Fue precisamente por medio de otro gran maestro indio a quien yo conocí de jovencito. Mi gran amiga la actriz Verónica Forqué, recientemente fallecida en circunstancias un poco extrañas, fue quien me puso en contacto con él. Gracias a ella conecté con el yoga y así sigo hasta hoy.
«Me inicié en el yoga gracias a un maestro que me presentó Verónica Forqué»
¿Qué dirías que ha aportado el yoga a tu vida?
Me ha abierto muchos caminos en el orden interno y la estabilidad emocional. En realidad esto es algo que conoce cualquier persona que practique tanto el hatha yoga como la parte de la meditación. Ambas técnicas están encaminadas a conseguir una salud corporal que te permita mantener la postura correcta en el tiempo necesario para la meditación.
Incluso en el tema profesional también me ha ayudado mucho para saber controlar mi energía y administrarla. Es muy importante en este trabajo encontrar una situación de quietud y paz interior.
Sin embargo en los últimos años se ha popularizado tanto que me da la sensación de que ya llaman ‘yoga’ casi a cualquier cosa. He visto algunos gimnasios en los que practican un supuesto yoga que casi parece bodycombat.
Hay un desconocimiento fuerte de la filosofía profunda que existe detrás del yoga. En realidad se trata de una práctica que forma parte de un cuerpo de enseñanzas. La propia palabra ‘yoga’, igual que ‘yugo’, significa unión. Aporta una serie de valores y principios que se deben respetar.
El yogui no solo debe mantener una práctica, sino también toda una serie de códigos éticos que están arraigados a la filosofía del propio yoga.
«El humor, al igual que el yoga, es una terapia contra la tensión y la rigidez»
Llevas interpretando ‘Autobiografía de un yogui’ por toda España desde hace ya unos cinco años. ¿Qué tiene esta obra que sigue gustando al público?
Es interesante esto que me preguntas. En realidad ésta es una obra compleja que tiene un lenguaje complicado hablando de filosofía, cosmología y cosas de la India que no son muy conocidas en la civilización occidental. Aunque yo la realizo con mucho humor, y básicamente intento transmitir la enseñanza del yoga y los episodios autobiográficos de este gran yogui.
Me he encontrado un gran interés en la gente, y yo creo que esto se debe sobre todo a la necesidad que tenemos de aprender técnicas de meditación debido a la dificultad que está adquiriendo nuestro estilo de vida actual. Estamos generando una civilización tecnológica que, en algunos aspectos, nos puede dar cierto confort; pero en muchos otros atenta directamente contra nuestra salud física y sobre todo la psíquica.
Quizás desde la pandemia este fenómeno al que te refieres se ha acelerado todavía más…
Sí. Esto es algo que realmente viene desde antes, pero en estos años se ha desarrollado de una forma todavía más rápida. Aparte de la angustia propia que produce una pandemia, se ha acrecentado la digitación de la vida y ahora parece que estamos un poco empachados. No acabamos de dirigir bien esta nueva realidad digital.
Por ejemplo, en vez de facilitarnos procesos administrativos para pedir una consulta médica, buscar un trabajo, etc. la realidad es que ahora necesitamos echar mucho tiempo para aprender el manejo de esta tecnología. El no tener a una persona delante con quien puedas hablar y verle los ojos produce mucho estrés. Ya en muchas ocasiones ni siquiera podemos conversar por teléfono, sino que tenemos que conformarnos con la frialdad de un mecanismo que a veces no te comprende… ni tú tampoco a él.
Yo creo que una de las mejores terapias contra el estrés precisamente es reírse. ¿Qué tipo de humor hay en tu monólogo ‘Autobiografía de un yogui’?
Siempre he sido un cómico y en todos mis monólogos tengo una forma humorística de contarlos. El humor es la distensión, igual que el yoga. Tal y como yo lo concibo, es una forma de superar el dogmatismo, la rigidez y la tensión. Te libera de muchas cosas y te hace más humano.
Para mí es muy importante que el público cuando acude al teatro se divierta, más allá de que también reflexione o aprenda algo.
«Concha Velasco fue el símbolo de varias Españas»
En noviembre ya estuviste en València interpretando el ‘Lazarillo de Tormes’. Ahora regresas con esta obra y volverás de nuevo en marzo. Te gusta mucho venir por nuestra ciudad, ¿no?
Sí. Cada vez que voy a València me estoy encontrando una cantidad enorme de público que viene a verme. Así que mientras esto siga sucediendo, por supuesto seguiré regresando.
Para este comienzo de 2024 tienes programadas además varias actuaciones de ‘El viaje del monstruo fiero’ y ‘Los dioses y dios’ en diversas ciudades de España. ¿Cómo lo haces para producir e interpretar cuatro obras al mismo tiempo?
Estoy muy entrenado para ello. Ya no solamente yo, sino todo mi equipo formado por los músicos, los técnicos y mi conductor que nos lleva a cada sitio. A ellos se suma también al equipo de contratación y gestoría radicado en Madrid. Cuando algo funciona coordinado… la cosa marcha.
Ya para terminar. ¿Te gustaría dedicar unas palabras en recuerdo a Concha Velasco?
Nunca tuve la oportunidad de trabajar con ella, pero desde luego era una persona maravillosa y una artista enorme. Algunos de sus trabajos son absolutamente increíbles, de quedarte embobado. Por ejemplo recuerdo su papel en ‘Herederos’, era algo contundente con una maestría y fuerza tremendas. Siempre fue una actriz muy creíble, con mucha capacidad de transmitir cosas al público.
Cuando se va una persona así con una carrera tan larga, es una conmoción emocional. Ella fue símbolo primero de una España, luego de otra, y luego de otra… Le deseo que descanse en paz.