Entrevista > Alfredo Belda / Actor (Monóvar, 10-julio-1975)
¡Qué bonito es amar una profesión como hace el actor Alfredo Belda! La interpretación, pese a sus dificultades -que nos detallará-, otorga infinidad de beneficios, especialmente la que se realiza sobre un escenario, “porque el teatro tiene algo especial”.
Sin embargo, esta pasión no le llegó durante la infancia, como es más habitual, sino al trabajar como figurante en una gran producción que se rodó en la provincia de Alicante. Hasta entonces, Belda -graduado como enfermero en nuestra localidad- sí combinaba sus estudios con clases de arte dramático.
Otros proyectos
Ahora, aparte de aparecer en diversas series de relevancia, hace sus pinitos como modelo de publicidad; canta “a nivel amateur”, confiesa; da clases de teatro e incluso ha rodado una película en inglés. Cuenta también con otros muchos proyectos, que nos explicará en una más que interesante charla.
Nos señalará, de igual modo, si el cine vive o no un buen momento, con infinidad de opciones para visualizar las películas. “Se consume mucho, pero por desgracia no todos los espectadores lo hacen desde la sala, como antaño”, apunta.
¿Desde siempre quisiste ser actor?
No. El gusanillo me entró cuando participé en 2007 como figurante en la producción de ‘Astérix en los Juegos Olímpicos’, rodada en Alicante, con Gérard Depardieu, Alain Delon y Santiago Segura. Vi entonces los entresijos de un rodaje, y me apeteció meterme en este mundillo, aunque ya anteriormente había realizado algunas obras en el instituto o colegio.
«El teatro tiene algo especial, porque trabajas de una forma más completa el personaje»
Dijiste “esto es lo mío”.
Me había graduado en enfermería en Elda, compaginándolo con mis estudios de interpretación. Tenía un pequeño papel como guardia del César en esa película, que fue para mí como partir de cero.
¿Tuviste miedo que te encasillaran como figurante?
Realmente no, porque únicamente lo fui en esa película y seguidamente, mediante un cameo, en la serie ‘Aida’, junto a Juanra Bonet, posterior presentador de varios programas de televisión.
Aprendí mucho de Juanra y conocí a grandes actores como Pepe Viyuela, que hicieron que tuviera incluso más ganas de dedicarme a esta profesión. Lo que hice fue cortar con el tema de la figuración -pese a que me surgieron muchas otras cosas- y centrarme en el de actor.
Pero a veces no se puede elegir.
Comprendo que hay gente que necesita ingresar y por eso acepta a veces ciertos papeles, porque lo peor de esta profesión es la poca continuidad. Sin embargo, si te lo puedes permitir, lo suyo es que esperes tu oportunidad como actor.
¿Te consideras más actor de televisión o teatro?
El teatro tiene algo especial, porque el personaje se vive mucho más, se trabaja de una forma más completa; lo sientes como algo propio, que eres esa persona, pues hablas y piensas como él.
En cambio, por suerte o por desgracia, en el audiovisual, puedes empezar en el final, concluyendo en las grabaciones del inicio. Es como un puzle, aunque la parte buena es que puedes repetir todas las veces que sean necesarias.
«Apenas hay improvisación en las series de televisión; hay un guion y no se puede salir de él»
Al final la conexión es diferente.
Por supuesto. En el cine o la televisión, cuando estás trabajando, te evades de que está la cámara y tienes que desarrollar el personaje en los segundos que tienes para interlocutar con tu compañero/a.
No obstante, cualquier gesto se magnifica mucho más; no puedes estar fuera del personaje porque la cámara lo va a captar y se lo va a chivar al espectador.
¿En el teatro cada función es como una nueva historia?
Sí y no; en cada función puedes sentirte de una forma u otra, vivir sensaciones que no habías tenido anteriormente. Es verdad que el personaje es el mismo, pero quizás lo has ido descubriendo un poco más, con nuevas nociones que las has ido sumando.
La esencia del personaje no cambia, sino que vas incrementando gestos, acciones, posibilidades… Te lo haces más tuyo, haciéndolo crecer. El personaje es tuyo, con tu personalidad cambiada.
¿Qué anécdotas te han sucedido?
Muchas, teniendo una escena rodada, de inicio a final, y a la hora de escucharla darte cuenta de que el sonido ha grabado una discusión o conversación totalmente ajena. Tuvimos que grabarla de nuevo.
O situaciones de caídas con el cableado; un compañero iba hacia mí, y aunque los cables estaban muy bien marcados, estaba tan concentrado en su personaje que tropezó. Eso forma parte de las tomas falsas.
¿Y en teatro?
Quedarse un compañero totalmente sin argumento, en blanco, darle el pie y, aun así, no reaccionar. Al final sacamos tres o cuatro frases de su personaje y finalmente pudo engancharse.
Es como darle un capotazo al compañero, algo que nos puede pasar a todos. En el teatro es determinante tener mucha capacidad de improvisación, tener muchas tablas y experiencia.
«En España se debería apostar por cine de directores que quieren hacer algo importante»
¿Los rodajes en televisión son tan duros?
Sí, están programados al día y son realmente intensos. También hay muchos intereses económicos; la productora, para que le sea rentable, debe hacer cierto número de episodios y la maquinaria no deja de funcionar, lo que implica rodar casi sin descanso, con guiones que se deben aprender en dos-tres días.
¿Eso no provoca continuamente errores?
Así es, aunque he visto prácticamente de todo, con gente muy experimentada. He participado en seis o siete series de televisión, como por ejemplo ‘Aida’, ‘Amar es para siempre’ o ‘El inmortal’, en la que hay actores de mucha relevancia, pero también muchos otros que están empezando.
Son series muy válidas para gente que acaba de finalizar sus estudios de arte dramático, combinándolos con actores con más años en el sector. Es más fácil, por lo tanto, que se cometan errores.
¿Hay mucha improvisación?
No tanta; tienes que ajustarte al guion, sin salir de él. Las series de televisión apenas te dan para improvisar, pues ensayas la coordinación del diálogo cómo va, ‘una italiana’, como se suele decir, pero después ya entras en escena.
¿Cómo ha sido rodar en inglés?
Fue la película ‘State of prey’ del director sueco Normann Bjornvand. Tuve varias frases en inglés y el resto las pude hacer en castellano (después se doblaron).
La grabamos en la Costa Blanca en 2021 y su estreno todavía está pendiente. Hubo un incidente y se ha demorado.
«Siempre he estado muy vinculado a Elda y tengo muy buenos recuerdos de esta ciudad»
Aunque no se haya estrenado, ¿los actores cobráis?
Por supuesto. En el momento que grabas, automáticamente cobras. Hay rodajes que, no sé por qué, acaban en un cajón.
¿El cine vive un buen momento?
Pienso que sí, se consume más que nunca, pero no se hace, desgraciadamente, a través de una sala, donde antes se congregaban todos los espectadores.
Hay muchas plataformas que no hacen mermar el cine, que tiene una capacidad de comercio y venta de la película que antes no tenía.
¿Algunas películas son más rentables si van directamente a estas plataformas?
Probablemente. Las plataformas quieren un producto muy fresco, que se estrene en ellas o recientemente.
Netflix o HBO, por ejemplo, anhelan disponer de películas que todavía no se hayan podido consumir, para ganar suscriptores. Una de las opciones para la mencionada ‘State of prey’ es pasar a una de las plataformas. El cine se puede también dividir en diferentes secciones, no respecto a su calidad, sino en presupuesto. Cuanto más dinero, más puedes endulzar el producto.
¿La calidad del propio cine ha bajado?
Sigue habiendo muy buenos directores y están llegando nuevos, que se están posicionando y realizan un cine muy bueno, además de novedoso.
Décadas atrás se consumía mucho cine americano de efectos especiales, sin apenas innovación. Pero desde hace unos años parece que se le está dando la vuelta en cuanto a la temática de los largometrajes y vemos films que son muy atractivos.
«Hay rodajes, no sé por qué, que acaban en un cajón, pero los actores cobramos el trabajo»
Las series se han convertido en determinantes.
Muchos directores se han pasado a las series porque son más rentables a nivel económico, asegurándose varios años de trabajo.
Pero si, a través de una buena película, puedes congregar lo que vas a hacer en ocho capítulos, tienes más ‘pegada’…
El cine español, ¿cómo está?
En España se debería apostar por cine de esos directores que quieren hacer algo importante.
¿Cómo fue trabajar con Álex García en ‘El inmortal’?
Da la imagen de ser un poco chulo, pero tuvimos una conversación muy interesante, en la cala del Portitxol, con unas vistas impresionantes. Conmigo fue muy buen compañero, facilitándome mucho las cosas en la escena que compartimos.
¿También trabajas en publicidad?
Sí, principalmente en televisión y redes sociales. Reporta un dinero rápido.
«Estoy realizando un corto sobre corrupción actual del que apenas puedo contar un poco»
Del mismo modo, cantas y presentas eventos.
Lo hago a nivel amateur, al igual que la presentación de eventos en mi pueblo, Monóvar, o exposiciones como la de Candy López, pintora que me hizo un retrato, que por cierto me ha regalado.
¿Qué estás haciendo ahora?
Principalmente un proyecto muy bonito, que es un cortometraje del que apenas puedo hablar. Va sobre corrupción y está ambientado en la actualidad.
Recuérdanos cuál es tu vinculación con nuestro municipio.
Estudié tres años en el instituto La Melva, donde conocí a amigos que perduran a día de hoy. Siempre he estado muy unido a la ciudad y guardo buenos recuerdos, pues había muy buen ambiente a mediados de los noventa.
Para mí Elda es como una segunda casa.
De hecho la presentación de Candy fue en la propia Elda, ¿no?
Se realizó en los Salones Princesa. De Candy me encanta lo buena artista que es y la lucidez y pasión que pone en todo lo que hace.
Fue un placer que se fijara en una foto mía, realizada por Vicente Esteban, para pintar un retrato. Curiosamente eso mismo ya me pasó con otra pintora eldense.