Entrevista> Guillermina López-Bendito / Investigadora en Neurociencia (Santo Domingo, República Dominicana, 19-septiembre-1975)
El pasado 28 de noviembre se entregaron los premios Rei Jaume I en València para distinguir a seis destacados profesionales de la Comunitat Valenciana. Uno de estos galardonados fue la científica Guillermina López-Bendito, quien recibió el premio en la categoría de Investigación Médica ante la atenta mirada del rey Felipe VI y del presidente autonómico Carlos Mazón.
Licenciada en Biología por la Universidad de Alicante y doctorada en Neurociencia por la Universidad Miguel Hernández de Elche y la Universidad de Oxford, actualmente ejerce como directora de la unidad de Neurobiología del Instituto de Neurociencias de Alicante (CSIC-UMH). Esta brillante investigadora nació en la República Dominicana, pero tanto sus orígenes familiares como su residencia actual están en Mutxamel.
«Mi abuela construyó la Casa Verde, que hoy es una clínica de rehabilitación»
¿Cuál fue el motivo que originó que nacieras en la República Dominicana?
Mis padres se marcharon allí por trabajo. En principio iba a ser por un tiempo corto, pero les encantó la isla y se acabaron quedando cinco años allí. Durante ese tiempo nací yo y uno de mis hermanos.
Mi padre era periodista y trabajaba para el Gobierno confeccionando mapas turísticos de la isla. Como recompensa a su labor, le hicieron cónsul honorario de la República Dominicana en la Comunidad Valenciana durante 35 años.
¿Entonces cuál es tu vinculación con Mutxamel?
En realidad mi padre era murciano y mi madre manchega, pero mi familia materna se estableció en Muchamiel porque se dedicaban al sector de la construcción. Edificaron sobre todo por la zona de Urbanova y la costa. Al trasladarse a esta zona mi abuela se construyó para ella la llamada ‘Casa Verde’, un chalet a las afueras que ahora es una clínica de rehabilitación neurológica. Luego, cuando vendió aquella casa, se fue a vivir enfrente del actual Mercado Municipal.
Nosotros cuando nos volvimos de la República Dominicana al principio vivíamos en Muchavista, recuerdo que pasaba cada día por la carretera de Muchamiel y Tángel para ir al colegio Raimundo de Peñafort. Luego, ya en la adultez, cuando me incorporé al CSIC-UMH cuya sede está en la facultad de Medicina de San Juan, también me vine a vivir aquí como en su día hizo mi abuela.
¿Por qué optaste por estudiar Biología cuando decidiste qué querías ser de mayor?
Creo que estuve muy influenciada por mi padre, que era una persona de grandes emprendimientos. Le gustaba mucho salir al campo para explorar y nos llevaba todos los domingos cantimplora en mano. Eso desarrolló mucho mis ganas de descubrir.
Luego, además, a los catorce años, me encontré con una profesora de Biología muy buena y eso me cautivó mucho. Así que a partir de esa edad ya quería ser bióloga.
«Empecé a desarrollar mis ganas por descubrir en las excursiones familiares que hacíamos al campo»
¿Y por qué te especializaste en Neurociencia?
Eso fue un poco por casualidad. En mi último año de carrera apareció un profesor de Neurociencias que iba buscando estudiantes para unas prácticas de verano. Me apunté y me encantó tanto que desde entonces me quedé enganchada. Y ya van 25 años (risas).
¿Cómo fue la experiencia de marcharte al Reino Unido para realizar el postdoctorado?
Muy bien. En un principio fue complicado porque me fui sola y yo no tenía ni idea de inglés. Sin embargo me integré totalmente en la vida de allí y le cogí el pulso rápido. Desde el punto de vista científico, aquella estancia fue espectacular y me marcó mucho los temas de mi investigación, que he estado llevando a cabo desde entonces, relacionados con las conexiones cerebrales durante el desarrollo.
Tus investigaciones sobre todo se han centrado en las primeras etapas vitales del cerebro, es decir en embriones y niños pequeños. ¿Por qué te ha interesado más esto?
Quizás porque es el momento en el que todos nos estamos desarrollando. A mí siempre me ha interesado mucho comprender el origen de las cosas. En el caso del cerebro es en esta fase cuando se forman y ensamblan las neuronas, o se originan las reglas por las cuales contactan las subcélulas pequeñas y no tan pequeñas. Me parece algo espectacular.
Creo que ésta es mi manera de aproximarme a lo desconocido. En lugar de ir mejor a entender el coche en su todo, me gusta comprender las piezas y cómo se ensamblan unas con otras.
«Es una leyenda lo de que los humanos solo utilizamos un porcentaje muy pequeño del cerebro»
¿Cuál fue tu primer descubrimiento de gran calado… tu primer “¡eureka!”?
Diría que cuando encontramos unas celelulitas que se mueven en el cerebro muy temprano para abrir un puente que posibilita una conexión axonar. Antes de este descubrimiento la gente entendía que la migración de las neuronas y la formación de sus conexiones eran dos procesos consecutivos.
Sin embargo nosotros vimos que de hecho se ayudan moviéndose a un territorio muy hostil, para que los axones crucen por este puente o pasillo permisivo de atracción por el que pueden llegar a la corteza cerebral. Esta investigación se publicó en una de las mejores revistas del mundo y supuso un cambio muy grande.
A partir de ahí has publicado decenas y decenas de artículos científicos. ¿Cuál dirías que ha sido el que más repercusión tuvo en la comunidad científica?
Uno de los que más fue cuando vimos que el sentido del llanto ya estaba activo durante el embrión. Esto fue muy importante porque también cambió conceptos. Antes la gente pensaba que las vías sensoriales que van desde los ojos, los oídos, las manos, etc. hasta las neuronas cerebrales son activas cuando uno nace. Nosotros descubrimos que eso no es así, sino que esa vía está totalmente conectada. También que el embrión tiene un mapa topográfico por el cual incluso puede distinguir un dedo de otro.
Todo esto lo descubrimos realizando experimentos que nadie había hecho antes. Consistían en estimular los órganos sensoriales en embriones registrando la actividad de la corteza cerebral mediante patrones transgénicos, por ejemplo tocando el hocico de roedores que sería su símil de nuestras manos al ser con lo que exploran.
¿Y con qué estáis ahora entre manos en tu equipo del CSIC-UMH?
Recientemente nos concedieron un proyecto europeo, ECR Advanced Grants, que cuenta con un gran prestigio. De hecho nuestro grupo es de los pocos en España que ha obtenido ya tres proyectos Grants de este tipo.
Mediante este último se pretende entender un fenómeno que también fue descubierto en parte por nuestro laboratorio. Cuando las neuronas circulan durante la fase del embrión, todo el ensamblaje está mediado por una actividad espontánea. Están ensayando cuál será su actividad posterior cuando reciban la estimulación sensorial.
Tenemos evidencias de que estos patrones en formación tienen un código que les indica a las neuronas cómo tienen que ensamblarse y readaptarse cuando perdemos un sentido sensorial. Así, nuestro objetivo es descifrar estos códigos y manipularlos en modelos similares para depositar la información.
«Todavía no podemos intervenir en cerebros humanos para corregir enfermedades, pero avanzamos en ello»
¿Qué aplicaciones tienen todas estas investigaciones a nuestras vidas? ¿Si conseguimos entender mejor el cerebro de los embriones y los niños, podemos prevenir la aparición de enfermedades mentales?
Exacto. De hecho desde hace años los neurólogos recogen información sobre cómo están los niños prematuros que nacen temprano, para determinar si el cerebro se está desarrollando bien. Se realizan correlaciones de medidas anormales de su actividad espontánea con el posible desarrollo de autismo o problemas de neurodesarrollo en estos niños.
Por nuestra parte estamos seguros de que si desciframos estos códigos podemos entender o predecir problemas posteriores.
Para los padres de niños pequeños que lean esta entrevista. ¿Tienen en su mano alguna manera para poder ayudar al correcto desarrollo cerebral de sus hijos?
Creo que lo único que puedo pedirles es que tengan paciencia. Todavía estamos lejos de poder intervenir en seres humanos. Estamos haciendo muchos avances en modelos animales que comparten con nosotros el 99% de los genes, pero aún sería muy arriesgado plantear una intervención en humanos sin tener claro que es lo que sucede en los animales.
Aún así no estamos lejos de que esto sea posible. De hecho se ha avanzado mucho en entendimiento de la patología de desarrollo, autismo, esquizofrenia, epilepsia, dixlesia… Estamos mucho mejor que antes. El pronóstico es alentador, pero aún no podemos decir nada en claro.
Aparte de intervenciones quirúrgicas, me refería también a si existen prácticas o quehaceres que puedan ayudar a desarrollar mejor el cerebro de los niños.
Esto quizás te lo podría responder mejor un médico. Por supuesto entrenar permanentemente el cerebro siempre hará que funcione mejor y que tengamos más memoria en el futuro.
«España invierte menos en ciencia que nuestros países vecinos»
Siempre se dice que los seres humanos utilizamos solo un porcentaje pequeño de nuestra capacidad cerebral. ¿Esto es realidad o leyenda?
Leyenda como un piano de grande. Nosotros usamos el 100% del cerebro. Lo que sí es verdad es que para cada tarea utilizamos un porcentaje. Por ejemplo, cuando leemos estamos utilizando un área cerebral distinta a cuando memorizamos. Pero no tenemos ninguna parte sin utilizar, solo que no es todo a la vez.
Recuerdo una película en la que Scarlett Johansson conseguía utilizar toda su capacidad cerebral e incluso podía mover cosas la mente…
Pues que quieres que te diga… sinceramente no creo que eso vaya a ser posible fuera de Hollywood (risas).
¿Cómo está actualmente el tema de la investigación en España? ¿Hay mucha ‘fuga de cerebros’ o nuestros investigadores se pueden quedar en casa?
Afortunadamente estamos mejorando, aunque aún nos queda mucho en lo que equipararnos a otros países, sobre todo en equilibrios salariales. Desde luego ahora existen muchas opciones y programas científicos para que incluso los que están en el extranjero puedan reincorporarse. Estamos mucho mejor que cuando yo empecé.
Eso sí, hay que invertir mucho más en ciencia. España invierte poco en comparación con nuestros países vecinos. Mejoramos pero aún queda por hacer.
«La carrera de investigador es fascinante si te gusta descubrir cómo funciona el entorno que te rodea»
Enhorabuena por tu reciente premio Rei Jaume I. ¿Qué supuso para ti recibir este reconocimiento?
Muchas gracias. A título personal es un gran honor recibir este elogio al esfuerzo que he realizado durante toda mi carrera. Y esto también es una recompensa para mi equipo del CSIC-UMH. Todos dedicamos incontables horas al avance de nuestras investigaciones, y este premio nos ayuda tanto a dignificar nuestro trabajo como a difundirlo en la sociedad.
¿Qué les recomendarías a los futuros investigadores?
Que persigan sus sueños. Si les gusta descubrir cosas nuevas para comprender mejor nuestro entorno, dedicarse a la investigación es una carrera muy gratificante. Esto consiste básicamente en resolver problemas cuya solución no conoce nadie. A mí desde luego eso me resulta muy estimulante.
¿Pasarás la Navidad en Mutxamel?
Sí, voy a estar por aquí. De hecho el 18 de diciembre me reuní con el alcalde Rafael García Berenguer, y me felicitó por el premio.