Entrevista > Fernando Tendero Fernández / Director del Museo Dámaso Navarro (Villena, 13-enero-1973)
Cuando el 8 de febrero de 2019 centenares de personas se arremolinaban con cierta impaciencia en los alrededores de la calle La Fuente, número 1, la sensación que en aquellos momentos flotaba en el ambiente era de que algo grande estaba a punto de suceder. Aquel soleado día invernal, viernes para más señas, la expectación que se había apoderado de los presentes era máxima, porque se inauguraban por todo lo alto las nuevas instalaciones del Museo Arqueológico y Etnológico Dámaso Navarro.
Atrás quedaban meses de intenso trabajo para que Petrer pudiera contar con un espacio funcional, moderno, eficiente y adaptado a las necesidades de un museo del siglo XXI. Apenas un año y medio antes se había dado el último adiós al antiguo edificio de la plaza de Baix, abierto en 1999, pero cuyas instalaciones distribuidas en tres plantas no reunían las condiciones mínimas de accesibilidad y modernidad.
Apuntando al futuro
El eslogan elegido para promocionar la apertura fue ‘Todo el pasado de Petrer en un entorno pensado para el futuro’. Un lema que hoy, justo cinco años después, sigue siendo muy válido para este espacio de casi 700 metros cuadrados, que nos invita a un recorrido por más de 6.000 años de historia de nuestro término municipal, desde la prehistoria hasta el siglo XX, en unas instalaciones que incorporan las últimas tecnologías museísticas.
Junto a una selección de más de trescientas piezas y objetos rescatados de nuestro pasado, aquí se pueden contemplar con todo lujo de detalle un horno romano del siglo III d. C., que se conserva in situ en el propio edificio; las dos secciones del mosaico policromado romano de Villa Petraria de la segunda mitad del siglo IV, descubierto en 1975 en el subsuelo del casco antiguo; o los fragmentos de las yeserías islámicas encontradas en la partida de Puça.
También está presente la colección etnológica, donde se refleja el pasado agrícola y artesanal de la villa con donaciones de las propias familias de Petrer, y una mención al patrimonio inmaterial como rodar la falla, las ‘carasses’ o las Fiestas de Moros y Cristianos.
Crecimiento continuo
Durante estos cinco años se ha mejorado la experiencia incorporando nuevos hallazgos que han enriquecido los fondos patrimoniales; se han ampliado las instalaciones con la apertura de una sala para exposiciones temporales, de taller técnico y despachos; y se ha obtenido la marca turística ‘Q’ otorgada por el Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE), que proporciona al visitante un servicio excepcional y que está en poder tan solo de 28 museos en toda España.
Y todo ello, sin olvidar la continua labor divulgativa que se lleva a cabo para difundir el patrimonio local con la organización de talleres, charlas y conferencias.
Para recordar este primer lustro hemos hablado con su director desde 2007, Fernando Tendero, que ha vivido en primer plano toda esta época de esplendor alrededor de un museo ‘construido’ con las aportaciones de los vecinos de Petrer, que en 2023 recibió más de 6.200 visitas.
«Recuerdo el día de la inauguración como algo muy emocionante»
¿Cómo recuerdas aquel 8 de febrero de 2019, día en el que se reinauguró el museo en sus actuales instalaciones?
Fue un día muy emocionante. Veníamos el año anterior de mostrar la riqueza patrimonial del Dámaso Navarro en el MARQ, y fueron unos meses de trabajo muy intensos adecuando el nuevo museo en la calle La Font, que entonces era un local comercial totalmente desvestido.
Desde finales del 2018 a principios del 2019 estuvimos con el montaje en sí de las estructuras del museo. Luego, todas las piezas que se habían traído del MARQ hubo que montarlas de nuevo aquí, y por fin, el 8 de febrero, llegó la culminación de todo eso. Aún faltaba una fase que tardaría un año más en terminarse, que era la sala de exposiciones temporales y oficinas.
¿Qué diferencias presenta con las anteriores instalaciones?
Queríamos que el museo fuera un referente en cuestión de investigación, conservación y difusión del patrimonio. Al ser un edificio nuevo, está dotado con todo lo que la legislación requiere: accesibilidad, mejora y modernización. Hemos incorporado nuevas tecnologías con una parte más gráfica y visual.
Las otras instalaciones, que por cierto este año cumplen 25 años desde que se inauguraron en 1999, tenían entonces prácticamente veinte años de trayectoria. Eran tres plantas sin ascensor y la accesibilidad era bastante precaria.
¿Cuáles son las nuevas funcionalidades que ofrece ahora?
Nuestras funciones como museo han aumentado y hemos mejorado también en personal. Desde hace tres años somos servicio municipal de arqueología y se ha creado la Asociación de Amigos y Amigas del Museo. Ha sido una mejora en la parte de infraestructura, pero también en la parte de servicios y reconocimiento.
«Hemos mejorado en infraestructura, servicios y reconocimiento»
Sin embargo, el museo no se ha estancado durante estos cinco años, sino que ha seguido creciendo con la incorporación de nuevas piezas. ¿Cuáles son las más importantes?
Destacaría piezas singulares como la columna de Villa Petraria o un fragmento de la yesería de Puça, encontrado en las excavaciones de 2022.
Las exposiciones temporales son una de las cosas que también se han hecho gracias a las nuevas instalaciones. La idea es hacer dos exposiciones al año, una dedicada a la arqueología y otra a la etnología. Una de producción propia y otra que venga de fuera.
¿Cuál es la próxima que vamos a ver?
Una selección de los restos encontrados en Villa Petraria durante las obras de la plaza de Baix. Se inaugura el viernes 9 de febrero y podrá visitarse hasta agosto.
Otro de los hitos de estos últimos años ha sido la obtención de la marca de calidad turística ‘Q’, que precisamente hace escasos días acaba de ser renovada. ¿Qué supone esta distinción para el museo?
Es un reconocimiento que tan solo tienen 28 museos en toda España y certifica que la atención que damos al público es excelente. Significa que la persona que venga aquí va a tener un servicio excepcional.
«Va a tener un servicio excepcional el visitante que venga a ver el museo»
El museo tiene expuestas en su colección permanente algo más de trescientas piezas, pero tiene guardadas muchas más que, por razones de espacio o de interés, no están a la vista, ¿hay idea de exponerlas en un futuro?
Podemos decir perfectamente que tenemos 20.000 piezas almacenadas. Puede ser un ánfora o un fragmento pequeño de ladrillo. No todo lo que está guardado es necesario que se muestre, porque, aunque todos los trozos tienen un valor histórico que nos dan mucha información, no todos tienen valor museístico para ser exhibidos.
La sección etnológica también es una parte importante del museo.
Sí, muchas de las piezas nos las han donado los propios vecinos de Petrer, que las tenían en sus casas o las guardaban de sus padres o abuelos.
Entre las funciones de un museo están las de conservar y exhibir sus fondos, pero también organizar actividades didácticas, talleres o conferencias para darse a conocer, ¿cómo hacéis llegar a los más jóvenes la afición por el pasado de su pueblo?
Organizamos talleres educativos con actividades para escolares, coordinados con la concejalía de Educación, desde los cuatro años hasta bachillerato. Unos van a conocer el castillo medieval y las casas cuevas, y otros vienen al museo a aprender las épocas históricas. También nos desplazamos a los centros a hacer talleres. Se trata de plantar en ellos una simiente y dejar una huella dándoles a conocer el patrimonio y el valor de la historia.
En febrero se inaugura una exposición temporal sobre los restos encontrados en las excavaciones de la plaza de Baix
Después de todo lo que ha aparecido últimamente en la plaza de Baix, ¿qué queda por descubrir en Petrer?
La verdad es que en cualquier rincón podemos encontrar algo. Hay lugares más susceptibles para que aparezcan restos, como es el centro histórico, y luego, dentro del término municipal, tenemos distintas áreas en las que sabemos que si se interviniera encontraríamos cosas.
Ha sido una verdadera pena que finalmente no se hayan podido hacer visitables esos restos.
En efecto. Hemos estado dándole muchas vueltas, pero era muy complicado y muy costoso. Al estar tan superficiales obligaría a elevar la altura del suelo en donde están en cerca de dos metros. Esa solución no iba a quedar bien, dado el gran uso que tiene este espacio tan céntrico para todo tipo de actividades. Muy distinto hubiera sido si estuvieran más enterrados o en otro sitio que no fuera la plaza de Baix.
Aun así y a modo de recuerdo, en el proyecto de reforma de la plaza se va a marcar en el suelo el contorno donde se encuentran esos restos.
¿Se puede el visitante hacer una panorámica bastante precisa del pasado de Petrer con todas las piezas de la edad del bronce, ibéricas, romanas, medievales y de tiempos más recientes que se exponen en el museo?
Totalmente, aunque todo este conocimiento puede incrementarse. Por ejemplo, en el caso de Villa Petraria, las excavaciones nos han cambiado totalmente la idea que teníamos y nos hemos dado cuenta de que realmente era más importante de lo que pensábamos.
La historia no se acaba nunca. Siempre aparecen nuevos datos, nuevos restos y nuevas investigaciones que te ayudan a completar parte de la historia del pueblo, y que te van completando y matizando lo que hasta ese momento sabías de los periodos históricos.
El museo exhibe más de trescientas piezas en su colección permanente
El mosaico romano descubierto en 1975 siempre se ha dicho que es la pieza estrella del museo, pero hay otras que también merecen atención. ¿Cuáles destacarías?
Siempre digo que hay una pieza singular en cada uno de los periodos históricos. En época prehistórica tenemos una olla de hace 4.000 años. En época ibérica, un exvoto de bronce. Los mosaicos romanos, por supuesto, y las yeserías de Puça de época andalusí.
También, un cráneo de lo que puede ser una vecina del Petrer del siglo XVI con una marca que podría ser un velo; y el libro de la Giradora, donde aparece el primer escudo que tenemos de Petrer.
Si tuvieras una máquina del tiempo, ¿a qué época histórica de Petrer te gustaría viajar?
A la época medieval. Aunque Villa Petraria tuvo que ser una pasada, yo, por mi formación, mis estudios y mis gustos históricos, me decanto más por la época medieval musulmana.
En el origen de todo esto está el Grupo Arqueológico Petrelense, ¿cuál fue su aportación para que todo ese germen culminara en la creación de este museo?
Hay que agradecer que, si estamos aquí, en parte sea gracias a ellos y a su trayectoria, porque hace cincuenta años ya tenían todos ellos muy claro que querían un museo para Petrer. Dámaso Navarro no era historiador ni una persona formada en arqueología, pero le encantaba saber de sus orígenes y tuvo el acierto de rodearse de gente a la que inculcaba el amor al pasado. Murió joven, pero la gente que le conoció dice que era un tío fantástico.
Actividades por el quinto aniversario
Para celebrar el quinto aniversario de la reinauguración del Museo Dámaso Navarro en sus actuales instalaciones, este mes está previsto que se realicen cuatro actividades.
La primera será el jueves 8 y promete ser muy emotiva porque, en colaboración con la Asociación de Amigos del Museo, se va a presentar un documental grabado en los primeros años de la década de los ochenta sobre la vendimia tradicional.
Al día siguiente, se inaugurará una exposición temporal sobre los últimos descubrimientos encontrados en la plaza de Baix, que estará abierta hasta agosto. El sábado 10 se realizarán unos talleres didácticos. Y finalmente, el domingo 11, se realizará el acto de entrega de la Mención de Honor al Mérito Cultural a la arqueóloga Concha Navarro.