Las películas de culto son aquellas que perduran con los años, envejecen bien y se convierten en referentes para las siguientes generaciones. Son muchos los ejemplos en esta lista, véase ‘La naranja mecánica’, ‘Pulp Fiction’ o ‘Blade Runner’.
‘Blue Velvet’ (Terciopelo Azul), film dirigido por David Lynch en 1986, entra dentro de esta categoría, por múltiples razones, que nos detallará en las siguientes líneas Luis López Belda, profesor de Comunicación Audiovisual de la Universidad de Alicante.
Autor de diversos libros de cine (‘Hollywood provocador’ o ‘Diccionario de directores de Hollywood del siglo XX’), recibió un encargo por parte de la editorial Amarcord, que quería iniciar una nueva colección Millenial, centrándose ahora en películas más modernas, de culto.
En la elaboración del libro ‘Terciopelo azul’, López Belda ha contado con la participación de numerosos periodistas y críticos de cine, que por medio de artículos aportaron aspectos como qué sintieron cuando vieron la película por primera vez o cuál es su opinión personal de la misma.
«En la vida no todo es racional y ese mundo mágico, onírico y de sueños es el que nos presenta Lynch»
¿Qué representa para ti David Lynch?
Cómo se puede convertir un autor minoritario y con un mundo muy propio, personal, en un director que ha llegado al gran público. De hecho, la película ‘Terciopelo azul’ fue fundamental para Lynch, que recordemos que venía de un fracaso en su anterior proyecto, la primera versión de ‘Dune’.
Sin embargo, el productor De Laurentis volvió a confiar en él y fue un éxito tanto de crítica como de público. Eso le animó a no tener que hacer películas como los demás, como demostró posteriormente en ‘Corazón salvaje’, ‘Carretera perdida’, ‘Twin Peaks’ (serie) y ‘Mulholland Drive’, que para mi gusto es su mejor película.
Aunque sigue siendo muy de su estilo.
Cuando me dicen, gente mayor o más joven, sobre una película de Lynch, “es que no entiendo nada”, les respondo: “¿comprendes todo lo que te pasa en la vida o a tu entorno?”.
En la vida no es todo racional; hay una parte irracional que se nos escapa a todos. Ese mundo mágico, onírico y de sueños es el que nos presenta el director norteamericano. Al escribir la crítica de ‘Mulholland Drive’, hace unos años, expresé que si todas fueran así era para pegarse un tiro, pero a veces es bueno que existan este tipo de historias.
¿Cuántas veces has tenido que ver la película?
Para coordinar el libro e ir dando temas a los colaboradores la tuve que visionar unas tres o cuatro veces, para captar todo lo que se podía sacar de la misma.
Un aspecto fascinante de la película es cómo la belleza se alimenta de la fealdad. Al final, por ejemplo, aparece un pájaro precioso que se está comiendo una especie de carroña. Se trata de algo muy propio de Lynch, donde lo bello y lo terrible están juntos.
«Un aspecto fascinante de la película ‘Terciopelo azul’ es cómo la belleza se alimenta de la fealdad»
¿Cómo es el propio Lynch?
Viendo sus películas podrías pensar que es un tipo extraño, pintoresco o alternativo, pero realmente es una persona bastante convencional: un burgués que vota a los republicanos, aunque sí es verdad que le fascina ese lado peligroso.
Siempre cuenta que esa atracción por lo raro y misterioso le viene porque, cuando era un adolescente, estaba con su hermano y pasó por la calle principal de su urbanización una mujer en ropa interior y llorando. Se dio cuenta entonces de que, detrás de la vida perfecta de las casas americanas, seguramente había muchos dramas ocultos que no salían a la luz, pero que estaban ahí.
Ese es su cine, sin duda.
Exacto, bajo una apariencia calmada, tranquila, sobre todo en ‘Terciopelo azul’ -que empieza con un barrio residencial sumamente bonito- aparece una oreja humana cortada en mitad del césped.
Es el universo de Lynch, que detrás de todo ese mundo bello, en paz y burgués de las zonas residenciales, se esconden a veces cosas terribles.
¿Qué sentiste la primera vez que viste ‘Terciopelo azul’?
No fue en el cine, yo apenas tenía trece años; sino un tiempo más tarde, con una película alquilada en un videoclub.
En mi primera visión, estando ya en la universidad, me sentí totalmente identificado con el personaje que interpreta Kyle MacLachlan, que tenía más o menos mi edad de entonces. Le gusta la típica chica de su barrio, pero que al mismo tiempo conoce a una mujer más mayor (Isabella Rossellini), metida en el mundo del sadomasoquismo. Ese personaje femenino no lo entendía, estaba muy lejos de mí en ese momento.
«Primero me sentí identificado con el personaje de Kyle MacLachlan, luego con el de Isabella Rossellini»
¿Y tras verla otras veces?
He empatizado mucho más con el personaje de la mujer, maltratada, chantajeada, con su sufrimiento…
También me pareció muy interesante e inteligente por parte de Lynch que la película tenga un aspecto atemporal, sin saber si está ambientada en los años sesenta u ochenta. Es la primera vez que lo realiza, atrayéndote con la estética, pero contándote algo que nada tiene que ver.
¿Era su forma de engañar al espectador?
Sí, en el buen sentido; un poco como Alfred Hitchcock, manipulando para llevarte por su camino. Pienso, en ese sentido, que el director siempre debe ir un paso por delante del espectador, para sorprenderle.
¿Fue el primero en posicionar una canción con una escena en concreto?
No sé si fue el primero, pero sí ha confesado que la canción ‘Blue Velvet’ -una de sus favoritas durante la infancia y adolescencia- fue el ‘leitmotiv’ de la película. Esa canción evocadora le generó todo el argumento.
Seguidamente, en un taxi en Nueva York, creo, escucha una canción que tenía olvidada, ‘In Dreams’, de Roy Orbison, que tendrá un papel muy importante en la película.
«Opino que el director siempre tiene que estar un paso por delante del espectador, para sorprenderle»
Las dos aparecen en momentos claves de la película.
Mediante la conjunción de ambas elabora de hecho toda la película, como describe brillantemente en su artículo Antonio Martínez, director del programa ‘Sucedió una noche’ de la Cadena Ser.
Esto que ya hizo Lynch con la música lo repitió después Quentin Tarantino tanto en ‘Reservoir dogs’ como en ‘Pulp Fiction’.
¿La película tuvo éxito de taquilla?
En España fueron a verla al cine 600.000 personas, una cifra respetable siendo una película rara. A día de hoy pocas alcanzan esos números, desgraciadamente.
Lo más remarcable, señalan las personas que han colaborado en el libro, es el impacto que les produjo cuando la vieron. Mariano Sánchez Soler, por ejemplo, titula su artículo ‘Terciopelo azul me abrió una de las puertas del infierno’. Posteriormente funcionó muy bien en videoclubs y en venta doméstica.
¿Qué acogida ha tenido el libro?
Se está vendiendo bastante bien, teniendo en cuenta que los libros de cine no son ‘best sellers’. Lo recomendaría a cualquier cinéfilo que quisiera profundizar en la vida de David Lynch, porque los autores han escrito sobre toda su obra.
No se trata de un libro únicamente sobre ‘Terciopelo azul’, sino que toca toda su filmografía, así como las influencias que tiene la película y a las que ha condicionado posteriormente.
«Las salas están en un mal momento, a raíz de la pandemia hay personas que ya no han vuelto al cine»
Dime títulos, por favor.
El artículo de Iván Escoda nombra algunos títulos, como ‘Memento’, ‘Pulp Fiction’, ‘Heat’, ‘Fargo’, ‘Seven’ y ‘Drive’.
¿Cómo está el sector del cine?
Está en el mejor y en el peor momento de su historia, como decía Dickens en ‘Historia de dos ciudades’, el mejor y peor de los tiempos.
Por un lado, el cinéfilo jamás ha tenido tanto acceso a toda la filmografía mundial como ahora. Antes, recuerdo, veías las películas en el cine, en la televisión o en reposiciones de La 2. Además, hay mucha producción interesante -como pasa con la música- cuyo estreno no se produce en las salas. Los cines, por su parte, van a lo seguro, con estrenos que les van a asegurar una buena taquilla. También es comprensible.
¿Y en el aspecto negativo?
Para las salas estamos en malos tiempos, especialmente a raíz de la pandemia. Conozco personas que no han vuelto a los cines.
«Los cinéfilos, gracias a las plataformas, jamás han tenido tantas opciones para ver la filmografía mundial»
¿Optan por ver el cine en casa?
Se compran una buena pantalla y una buena barra de sonido… De la misma forma, no tienen que hacer cola, ni desplazarse, ni aguantar al de la butaca de al lado.
¿La fuerza de las series también afecta?
Por supuesto, ahora muchas estrellas del cine quieren hacer televisión, cuando antes era al revés: los que aparecían en televisión estaban locos por salir en la gran pantalla.
Realmente no soy de series muy largas, más de miniseries. Recomiendo ‘The Offer’, sobre cómo fue la producción de ‘El padrino’.
¿Qué otros proyectos tienes en marcha?
Ya nos han encargado el nuevo volumen de la serie ‘Millenial’, que saldrá para después del verano y se centrará en la película ‘Pulp Fiction’, que en octubre se cumplirán treinta años de su estreno en Estados Unidos.
En España se produjo un poco más tarde, en enero de 1995. Pensamos contar con todas aquellas personas que han participado en la primera entrega y con otros que se sumen al proyecto.