Nuestro municipio se prepara para vivir con pasión la Semana Santa, declarada de Interés Turístico Internacional gracias a procesiones tan devotas como las de la Penitencia, la llamada ‘noches de sacos’. Pero, por encima de todo, sobresale el Viernes Santo, ‘La madrugada del levante’, momento cumbre de unas celebraciones que congregan a miles de vecinos y “a muchos de los crevillentinos que viven fuera”.
A pocas jornadas de su inicio, de vivir el “arte, tradición, religión y sentir popular”, dialogamos con Mario Ruiz Igual, desde mayo presidente de la Federación de Cofradías y Hermandades de la Semana Santa crevillentina. “El pueblo puede llegar a albergar unas 70.000 personas en determinados instantes, como el Abrazo de la Porquera, la noche del Viernes Santo”, manifiesta.
«Crevillent ama sus tradiciones y una de las más ancestrales es la Semana Santa»
¿Qué representa la Semana Santa para la localidad?
Es uno de los pilares fundamentales que vertebra el municipio. Crevillent ama sus tradiciones y una de las más ancestrales -procedente del siglo XVII- es la Semana Santa.
Es una fecha determinante entrañable para todo aquel crevillentino que vive lejos, que se acerca a su tierra natal para estar con su gente y entre familia. Se trata, además, de una tradición que pasa de padres a hijos.
¿Son tantos los que se desplazan?
Claro. Crevillentinos de Madrid, de Cataluña o de fuera de nuestras fronteras. Vienen a la localidad, a estar con su familia, a vivir la Semana Santa.
Como nos denominó el pregonero Joaquín Mas, somos los ‘yonkis’ de la Semana Santa, frase que suscribo, porque nos encanta. Somos la sístole y diástole de esta celebración.
De Interés Turístico Internacional, ¿cuáles son sus orígenes?
Las primeras cofradías que empiezan a integrarse en la religiosidad popular -la del Rosario o la del Santísimo- son del siglo XVII. Varias de ellas aún subsisten, mientras otras han desaparecido.
Sin embargo, la Semana Santa comenzó a recobrar nombre a mediados del XVIII, cuando el Duque de Arcos -como atestiguan las crónicas- cedió a la parroquia un terreno para la construcción de un viacrucis, que sería bautizado como ‘El calvario’.
«Las primeras cofradías, como la del Rosario o la del Santísimo, proceden del siglo XVII»
¿Por qué se tomó esa decisión?
Antiguamente el viacrucis estaba emplazado en el camino que atravesaba la población, pero como era objeto de prácticas consideradas como irreverentes y el municipio creció, se decidió construir uno nuevo, sobre una loma.
La entrega de ese calvario no era únicamente para celebrar el Vía Crucis, sino para desarrollar explícitamente las procesiones de Viernes Santo. En el siglo XIX también tenemos constancia de la celebración de procesiones, en el libro de actas ‘La samaritana’. A partir de ahí la Semana Santa no ha parado de crecer.
¿También en el siglo XX, con muchos más escépticos?
Se popularizó de un modo exponencial, pasando de ser referente para toda la comarca -muy seguida por los pueblos de alrededor- a estar declarada, en 2011, de Interés Turístico Internacional.
En la provincia alicantina están las dos Semana Santa más importantes de toda la Comunidad Valenciana, la nuestra y la de Orihuela, con el mismo reconocimiento.
¿Cuáles son los actos más relevantes?
El año que viene, por ejemplo, contaremos con una edición que será centenaria, nuestra revista, la segunda más antigua de toda España, solo dos años menor que la de Málaga.
También tenemos el certamen de bandas y cornetas y el de fotografía, que, aunque tienen un carácter local, son los más longevos del país. Son actividades que se celebran alrededor de Semana Santa, que la engrandan, y que desde antiguo ya nuestros mayores fueron mejorando y enriqueciendo.
«La nuestra y la de Orihuela son las Semana Santa más importantes de la Comunidad Valenciana»
¿Y de la propia Semana Santa?
El Canto Coral, fundamental. Exponente de ello es el extraordinario pórtico que tenemos en la Semana Santa, el Centenario de los Dolores, tan emotivo y arraigado en Crevillent.
Es nuestro pistoletazo de salida; el templo de Belén -el más grande de la diócesis- se queda pequeño ante tanta expectación.
¿La noche más esperada es la de las Dianas?
Exacto, la del Viernes Santo, de ahí nuestro eslogan, ‘La madrugada del levante’, porque Crevillent queda en vigilia desde la tarde del Jueves Santo hasta la noche del día siguiente, con infinidad de momentos: las Dianas, la Concentración, la Subida al Calvario, el Abrazo…
Otra procesión que atrae a mucha gente forastera es la de Martes Santo, la de la Penitencia, que muestra una imagen tallada portada por doce penitentes mientras se apagan las luces del casco antiguo. Se crea un ambiente muy bonito y respetuoso.
También el Miércoles Santo.
Sí, la Concentración de Pasos, cuando acuden sobre todo los crevillentinos ausentes. Nos vemos en la plaza, nos saludamos, reímos y abrazamos.