El Grupo de Investigación en Salud Mental del Instituto de Investigación Sanitaria La Fe (IIS La Fe) ha publicado recientemente tres estudios que amplían el conocimiento sobre los mecanismos emocionales que podrían explicar algunas conductas de las personas con autismo. Así se ha dado a conocer con motivo del Día Mundial de la Concienciación sobre el Autismo, que se conmemora cada 2 de abril.
El objetivo de la línea de investigación del grupo es responder a los problemas reales de los pacientes con trastornos del espectro autista e intentar derribar algunos mitos sobre esta condición, desde la evidencia científica.
El equipo investigador promueve un paradigma alternativo para entender los problemas que tienen los niños con autismo a la hora de comunicarse con el mundo y que pone el acento en las emociones y no en la conducta, como se ha venido estudiando en los 20 últimos años.
Los estudios más recientes publicados por el Grupo de Investigación en Salud Mental del IIS La Fe abordan cuestiones como la percepción de las emociones, la respuesta a las recompensas y la toma de decisiones ante dilemas morales de los niños con autismo.
Sensibilidad a la amenaza
El equipo que dirige la doctora Ana García Blanco utiliza el seguimiento del movimiento ocular para analizar cómo las personas con autismo presentan atención a la información emocional. Se emplea un entorno realista con escenas sociales complejas y mediciones en diferentes etapas de la atención. Los resultados indican que las personas con autismo muestran un aumento en la atención inicial, seguida de una evitación posterior para protegerse de las situaciones amenazantes.
Así, a través del rastreo de su atención mediante el estudio de sus movimientos oculares, el equipo ha demostrado que las emociones son percibidas de forma más intensa por las personas autistas, que se desconectan del entorno social para defenderse. Estos hallazgos respaldan las teorías que sugieren una alta sensibilidad a la amenaza en personas con autismo. La comprensión de estos patrones puede ayudar a diseñar intervenciones específicas para manejar situaciones amenazantes, mejorando así las interacciones sociales y la calidad de vida de las personas con autismo.
Respuesta a las recompensas y toma de decisiones
Otro estudio publicado recientemente por el IIS La Fe concluye que los niños con autismo son tan sensibles a las recompensas como cualquier otro niño y que las recompensas también hacen que mejore su rendimiento, como ocurre en población no autista. Sin embargo, estas recompensas han de ofrecerse de forma consistente ya que, de lo contrario, la frustración generada entorpecería su finalidad.
Este hallazgo sugiere que las estrategias que incluyan una retroalimentación coherente con su rendimiento y sistematizada por ordenador pueden ser cruciales para mejorar su desempeño en tareas en estos niños y adolescentes. Este enfoque podría abrir nuevas oportunidades para mejorar su éxito en la escuela y su calidad de vida.
Por último, el grupo ha estudiado cómo funciona la toma de decisiones de los niños con autismo ante dilemas morales y revela que, aunque son más capaces de tomar decisiones racionales para lograr un bien mayor en contextos de alta carga emocional que la población no autista, sienten más ansiedad con este tipo de decisiones utilitarias.
Estos resultados sugieren que, al enfrentarse a decisiones morales, las personas con autismo toman decisiones más racionales, pero experimentan más malestar emocional debido a una mayor conciencia de las consecuencias afectivas de sus elecciones. El equipo investigador ha observado que las decisiones morales en dilemas personales se relacionan con más dificultades en sus interacciones sociales. Por lo tanto, las intervenciones terapéuticas para mejorar las habilidades sociales en niños con autismo deberían abordar sus peculiaridades en el desarrollo moral y el diseño de estrategias para manejar estas situaciones emocionalmente cargadas.