Entrevista > Julia Huedo / Escritora (València, 15-septiembre-1952)
Una historia escondida durante más de medio siglo merece ser contada, como ha resuelto hacer Julia Huedo mediante su novela autobiográfica ‘Ingrid o Humphrey. Vivir en la bisagra’, donde relata las dificultades para construir “mi identidad, saber quién soy y encontrar el amor”.
Licenciada en Psicología, ejerció durante muchos años la docencia, “dando clase de casi todo y a numerosos cursos”, y mostró pronto un fuerte interés por la política. “En aquellos tiempos incluso en los partidos de izquierda reinaba la ideología machista, no aceptaban mi homosexualidad y me invitaron a renunciar”, rememora.
De hecho, procedente de una familia republicana, con personas represaliadas, “un ansia de libertad” que también refleja su primera novela. Ya tiene en marcha la segunda, pequeños relatos sobre sucesos que ha oído contar, centrados en los duros años de la Guerra Civil Española.
¿Qué es ‘Ingrid o Humphrey. Vivir en la bisagra’?
Son mis memorias, vividas desde un punto de vista subjetivo. He intentado ser lo más fiel posible a la verdad: los datos históricos están contrastados, mientras los recuerdos personales los vamos variando con el tiempo.
El título hace mención a la confusión que he tenido siempre sobre mi identidad de género. Cuando iba al cine y veía películas como ‘Casablanca’ no sabía si identificarme con Ingrid Bergman o Humphrey Bogart.
¿Esa confusión la mantienes a día de hoy?
Sigo sin identificarme con ninguno de los dos. Hoy quizás ya no tengo tantas dudas; me siento mujer, con unos rasgos quizás masculinos, pero sin el deseo de ser un hombre.
«El título hace mención a la confusión que he tenido siempre sobre mi identidad de género»
¿La homosexualidad sigue estando mal vista?
Está más tolerada, siempre y cuando no caiga en el seno de la familia, porque en el caso contrario se vive casi como una enfermedad. Se piensa que va a sufrir, que en cierta manera es verdad, pues la vida es más sencilla como heterosexual.
A día de hoy, es bien sabido que un sector de la ultraderecha está en contra de la homosexualidad y sigue habiendo agresiones, maltratos…
El diferente origen social de tus padres aparece asimismo en la novela.
Exacto. Mi padre, José Huedo, era el mancebo de botica de la farmacia de mi tía. Venía de una familia muy humilde, emigrantes de La Mancha, y siendo miope y frágil, se introdujo en ese puesto gracias a la intervención de su maestro.
Dormía en la rebotica, muerto de miedo, con el deseo de salir del entorno miserable que vivía. Allí, en la farmacia, comenzó a leer, a ir al teatro e inició una relación con mi madre, Amparo Berenguer.
¿Por qué te lanzas ahora con tu primera obra?
Antes ya había escrito muchos cuentos, poesía, diarios… Tras jubilarme, me embarqué en un curso de escritura creativa y a escribir una historia que llevaba dentro de mí toda la vida, alrededor de cincuenta años.
«En la actualidad la homosexualidad está más tolerada, siempre que no caiga en la familia»
Mucho tiempo, Julia.
Necesitaba contar todo lo que había pasado, para encontrarme a mí misma. Tenía que sacarlo fuera porque, de alguna manera, siempre he pensado que le puede servir de referencia a otras muchas personas, sobre todo jóvenes que lo estén pasando mal.
¿Qué aceptación está teniendo?
Prácticamente la primera edición se ha terminado y la editorial, Flores Raras, cercana al movimiento LGTBIQ+, se está planteando una segunda.
¿El libro es fácil de leer?
Tiene unas 280 páginas y, por lo que me dicen, sí, es ligero de leer. Está gustando mucho y hay quien se lo termina de un tirón, en una tarde. Otros en dos o tres días como máximo.
«Pienso que mi historia puede servir de referencia a jóvenes que lo están pasando mal»
¿Cuál es tu estilo literario?
Tengo una manera de escribir sencilla y clara, sin emplear excesivas florituras literarias. Soy muy directa; en ‘Ingrid o Humphrey. Vivir en la bisagra’ obviamente hay descripción, porque había que contar momentos de la época, escenas de instantes concretos y mucho diálogo. De igual modo, hay reflexiones, análisis, un poco de todo.
Una curiosidad, ¿cuál es tu libro favorito?
Siempre me ha gustado mucho José Luis Sampedro, destacando ‘La vieja sirena’ (1990).
Háblanos de tus próximos proyectos.
Se trata de una serie de relatos de tres personas -dos amigas y yo- que hemos tenido familiares represaliados. Contamos lo que hemos oído explicar en casa sobre la cárcel, fusilamientos…
Son recuerdos reales de nuestra infancia, como el de mi tío Eugenio García Lomas, que tuvo que cuidar y hacerse cargo -en la cárcel de Alcoy- de otro preso al que le habían destrozado los dedos de su mano. A mi tío le habían detenido por ser director del Instituto Obrero de València. Estuvo un año preso y se salvó de milagro de una condena a muerte en un juicio sumarísimo del franquismo.