Obra maestra del gótico civil valenciano, la Lonja de la Senda -o Lonja de los Mercaderes- se sitúa en el centro de la ciudad, frente al Mercado Central y la Iglesia de los Santos Juanes. De finales del siglo XV, su función principal era ser sede de las numerosas transacciones mercantiles que se realizaban cuando València estaba vinculada al comercio de la seda.
En la actualidad es uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad, parada obligatoria en una visita y reflejo de una época dorada. Sobresalen la Sala de Concentración -el espacio más conocido-, el Torreón Central, el Consulado del Mar y el Patio de los Naranjos.
La Lonja de la Senda, de enorme belleza, fue declarado Monumento Histórico-Artístico nacional en 1931 y Patrimonio de la Humanidad en 1996, reconociendo su enorme valor arquitectónico, escultórico e histórico. Se trata, sin duda, de un templo del comercio que se ha mantenido prácticamente inalterado a lo largo de los siglos.
Contexto histórico
El Siglo de Oro valenciano, entre el XIV y XV, fue un periodo de desarrollo económico y notables influencias políticas y culturales. La industria local -principalmente la textil- logró una gran promoción y València pasó a ser un centro comercial al que acudían mercaderes de todos los puntos de Europa.
Un tiempo antes, a finales del siglo XIII, la antigua lonja ya se mostraba insuficiente frente a la prosperidad de la urbe. Se decide entonces, en 1469, la construcción de una nueva, símbolo del poder emergente y en previsión a posibles cambios en la economía local, tras el descubrimiento del Nuevo Mundo y el consecuente desplazamiento del comercio del Mediterráneo al Atlántico.
Recibe este nombre debido a que la seda fue, entre los siglos XIV y XVIII, la industria más potente de la ciudad. De hecho, ya en el siglo XIV había sederos locales, la mayor parte judíos -después conversos-, todos ellos agrupados en la Cofradía de la Virgen de la Misericordia.
Fue sede de las transacciones mercantiles que se realizaban durante el comercio de la seda
Cómo es
Las lonjas de compraventa en la Corona de Aragón se erigían siguiendo el mismo patrón: una sala de planta rectangular sostenida por columnas. La de València mantuvo el patrón de la Lonja de Palma de Mallorca, evidencia de la revolución comercial en la Baja Edad Media, del desarrollo social y del prestigio acumulado por la burguesía de la zona.
El monumento dispone de tres cuerpos con diferentes usos, los ya mencionados Salón de Contratación, Torreón Central y Consulado del Mar. El primero, también denominado Salón Columnario, es un gran espacio interior poblado de ocho columnas helicoidales que dividen la zona en tres naves.
El torreón, por su parte, albergaba la capilla y fue durante siglos prisión de los mercaderes que no podían hacer frente a los pagos, mientras el Consulado del Mar sorprende por una fachada con cuarenta medallones que representan el busto de personajes ilustres, véase varios emperadores romanos.
Patio de los Naranjos
Capítulo aparte merece su jardín, el Patio de los Naranjos, que unifica el conjunto gracias a un rectángulo perfecto. Se accede al mismo a través de la puerta de la Sala de Contratación, llena de detalles escultóricos.
Se trata de un espacio tranquilo y relajante, compuesto por diversos naranjos y cipreses, además de una fuente central en forma de estrella de ocho puntas. Unos bancos de piedra, a su alrededor, permiten descansar y observar las satíricas gárgolas.
En el patio se celebraban fiestas y diferentes ceremonias cuando acudían a la lonja los reyes de la dinastía de los Austrias.
València se convirtió en un gran centro comercial al que acudían mercaderes de toda Europa
Esculturas
Las imágenes escultóricas de la Lonja de la Seda -algunas jocosas, incluso- se aprecian en puertas, ventanas y gárgolas. En el pórtico de entrada, el ‘portal de los pecados’, se encuentran labrados los pecados originales del hombre, indicados por varias figuras desnudas.
Ya en el parteluz está la representación de la brujería y, por encima, la Virgen con el Niño, como señal del poder que tenía sobre los hechizos.
De igual modo, el piso superior de la fachada del consulado se compone de un bloque de ocho ventanas, decoradas por debajo con el escudo de la ciudad, y por arriba con medallones en forma de friso que plasman las figuras de reyes, emperadores u otros personajes ilustres.
Heráldica
Como parte de la escultura del edificio sobresalen las representaciones heráldicas, símbolo de la Corona de Aragón, de la ciudad y del Reino de València.
En concreto dos escudos resaltan por encima de los demás, el sostenido por dos tenantes -ángeles-, ubicado entre la plaza del Mercado y la calle Pere Compte, y el que muestra una inscripción en la filacteria con el inicio de las obras.