Entrevista > Jordi Tormo Santonja / Geógrafo (Alcoy, 29-abril-1979)
Licenciado en Geografía por la Universidad de Alicante, Jordi Tormo Santonja pronto se especializó en temas de promoción económica, función que desarrolla actualmente en el ayuntamiento de nuestra localidad. Sin embargo, a lo largo de ese proceso descubrió la cultura gitana y le cambió ligeramente el concepto que tenía de ella.
“Mi primer contacto fue con la asociación Arakerando, de mujeres gitanas de Alicante, con las que colaboré impartiendo una serie de talleres de informática”, recuerda. También coordinó la revista más antigua que se editaba en España sobre temas gitanos y trabajó como educador en el barrio Parque Ansaldo, en San Juan, derrocado a inicios de siglo.
Alcoy acogió en abril la ‘I Semana del Pueblo Gitano’ mediante una serie de actividades, véase una exposición, un concierto de rap o la posibilidad de degustar platos típicos de la cocina gitana, siempre con la intención de mostrar una parte de sus centenarias tradiciones. “Ha gustado mucho a los propios vecinos de Alcoy”, sostiene Tormo.
¿Por qué te atrae el pueblo gitano?
Por varias razones. Me he criado en un barrio obrero de la Zona Nord de Alcoy y la población gitana nunca ha sido ajena a mí. Convivíamos, sin una vinculación especial, aunque forma parte de mi aprendizaje y crecimiento como persona.
Asimismo, siempre me ha interesado la segregación en las ciudades y en Alicante me topé con una gente con la que conecté. Principalmente colaboré con mujeres gitanas -un auténtico matriarcado-, me sentí reconfortado y se fueron formando sinergias, hasta tal punto que intentamos crear una asociación gitana en Alcoy, sin lograrlo finalmente.
«Me crie en un barrio obrero de la Zona Nord y la gente gitana nunca me ha sido ajena»
¿Sigue siendo mal vista?
Hay una serie de estereotipos que son muy difíciles de romper. Son los que dicen que toda la población gitana son ladrones, no les gusta trabajar y se dedican únicamente al flamenco, conceptos que son totalmente equivocados.
La sociedad gitana es heterogénea y variada como es la sociedad mayoritaria. También ha habido una autodefensa de la comunidad gitana que ha provocado, de alguna forma, la creación de unos espacios de protección.
Recordemos que la primera ley de persecución contra ellos procede del siglo XV, hacia unas personas que llegaron de la India a través de un viaje por toda Europa. Han sido, por tanto, muchos años de hostigamiento, que ha hecho que tengamos hacia ellos esa mirada clasista.
¿Alcoy les debe un reconocimiento?
Además de celebrar este año la ‘I Semana del Pueblo Gitano’, una excelente iniciativa, en 2014 ya se les hizo uno, pues el paseo que hay bajo el puente de Sant Jordi, junto al río, lleva el nombre de la gitana Juana Moreno Moreno, nacida en 1916 y conocida popularmente como ‘La Canastera’.
Evidentemente se deben hacer más y para ello debemos seguir trabajando, acercando ese ámbito cultural al resto de la población, que lo desconoce. El objetivo debe ser que la coexistencia siga siendo normalizada.
«En Alicante colaboré con mujeres gitanas, y paulatinamente se fueron formando sinergias»
¿Cuáles fueron las actividades que se llevaron a cabo esos días?
Alrededor del 8 de abril, Día Internacional del Pueblo Gitano, realizamos una primera prueba, que considero que fue muy positiva. Se hizo una interesante exposición, talleres para centros educativos y de percusión, una mesa redonda -totalmente abierta- y los alumnos del Instituto de Batoi elaboraron recetas típicas de la cocina gitana.
Hubo también una actuación de rap en la Plaça de Dins, con Montes MDA, un rapero local y gitano, que agradó especialmente. Fue, en definitiva, una forma de acercar esa parte desconocida de la cultura y tradición gitana.
Coméntanos algún detalle más de la muestra.
La exposición ‘¡Mírame!, ahora me ves’ hace un recorrido sobre la historia del pueblo gitano, desde que salen de la India hasta la actualidad y se exponían una serie de referentes de su comunidad, porque hoy en día hay de todo: policías, médicos, abogados, jueces… que se han formado y han desarrollado una carrera profesional como cualquier otra persona.
Había una zona muy chula, el Gitanómetro, unas preguntas que se debían responder y según el resultado obtenido te autoevaluabas sobre cuánto conoces o no del pueblo gitano.
«La sociedad gitana es tan heterogénea y variada como lo es la sociedad mayoritaria»
¿Qué tipo de preguntas se hacían?
Muchas eran de procedencia y otras, que todos erraban, enumeraba a varias personas conocidas y debías señalar si eran gitanos o no. Estaba entre ellas Lola Flores y todos ponían que sí, pero ‘La Faraona’ no era gitana: el que sí lo era fue su marido, ‘El Pescaílla’, por eso sus hijos se enorgullecen de ser gitanos.
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Aunque sea como aficionado, sigo publicando algunos libros. Los últimos están centrados en las biografías de Isabel Clara-Simó, Ovidi Montllor y Antoni Miró.